La rutina facial perfecta para una piel radiante
Descubre como mantener una rutina de skincare simple y rápido con solo 6 pasos
¿Estás lista para descubrir los secretos detrás de una piel radiante? A veces, al sentir que no tenemos tiempo para nada en el día a día, encontrar tiempo para mimar tu cutis puede parecer un lujo, pero créeme, ¡es una inversión que vale la pena! Desde las mañanas apresuradas hasta las noches relajantes, tu rutina de skincare es más que una serie de pasos; es un ritual de autoamor que te acompaña en cada etapa del día. En este artículo te cuento cómo con simples pasos y en tan solo minutos puedes cambiar tu piel, y lograr que todos los productos que usas logren un mejor resultado para una piel resplandeciente.
Los hábitos que cultivamos a diario son clave para mantener una rutina efectiva y alcanzar los beneficios que buscamos. Ser constantes con nuestros hábitos nos guiará hacia la piel que anhelamos, incluso en medio de la apretada agenda diaria. En un artículo anterior, abordé la importancia de los hábitos diarios en el cuidado de la piel, los cuales también contribuyen significativamente. Puedes echar un vistazo a ese artículo a través de este enlace.
El orden correcto de tu skincare diario
Para lograr esos resultados tan deseados en nuestra piel es muy importante ser constantes y disciplinadas. Es esencial tener en cuenta cuales son las necesidades de nuestra piel y, por sobre todo, elegir productos adecuados a nuestro tipo de piel.
- Limpieza facial.
No debemos pasar por alto la limpieza diaria, tanto por la mañana como por la noche. Este paso es especialmente crucial por la noche, donde se recomienda una doble limpieza. Durante el día, una limpieza ligera es igualmente importante para refrescar la piel y prepararla para los siguientes pasos. La limpieza es el primer paso y el más importante; descuidarla impide la regeneración natural de la piel, reteniendo toxinas y grasa en la superficie, lo que puede provocar acné y envejecimiento prematuro. Asimismo, descuidar la limpieza de los ojos puede debilitar y resecar las pestañas, mientras que dejar restos de labial puede causar deshidratación en los labios.
Durante el día, puedes optar por un limpiador facial ligero, adecuado para tu tipo de piel.
Por las noche, te recomendamos primero desmaquillar tu rostro, con cualquier desmaquillante de tu preferencia y luego continuar con tu limpiador facial preferido.
2. Tónico.
Es un elemento esencial para preparar la piel antes de aplicar cualquier tratamiento. Entre sus funciones destacan la reducción de poros, la prevención de la acumulación de suciedad, la revitalización y la hidratación adicional.
3. Serum.
Gracias a su consistencia, puede penetrar más profundamente y rápidamente, con activos concentrados para abordar problemas cutáneos desde adentro. Durante el día, recomendamos un sérum hidratante con ácido hialurónico o un sérum con un 15–20% de vitamina C. Para este paso es imprescindible elegir el serum correcto para tu piel y necesidades, en este link puedes encontrar una guía para elegir correctamente el mejor serum para tu piel y necesidades.
4. Crema hidratante.
Paso fundamental para tratar la piel del rostro. Elige la que contenga activos adecuados a las necesidades de tu piel, ya sean antioxidantes, niacinamida o cualquier principio activo que ayude a impulsar el funcionamiento natural cutáneo. De esta forma, además de hidratar su fórmula puede prevenir o retrasar la aparición de manchas, arrugas o flacidez. Por las noches te recomendamos optar por una crema nutritiva, ya que durante la noche la piel es más permeable, lo que la hace más receptiva a la absorción de activos y nutrientes.
5. Contorno de ojos.
La piel del contorno de ojos es mucho más fina y delicada que la del resto del rostro, así que es mejor usar productos específicos para su cuidado. Un contorno de ojos adecuado puede prevenir el envejecimiento, tratar bolsas y ojeras, y mejorar la frescura y apariencia de la mirada.
6. Protector solar.
Ultimo paso y esencial en tu rutina de día para proteger la piel del sol y evitar el envejecimiento prematuro de la piel.
