Mantén Tu Piel Hidratada: en Invierno

E s fascinante cómo nuestro consumo de agua puede variar según el clima. ¿Alguna vez te has preguntado por qué tenemos menos sed cuando hace frío, a diferencia de un ambiente cálido? Expertos en salud sugieren que esto se debe a que, en los días fríos, nuestra temperatura corporal no puede detectar fácilmente la deshidratación, lo que puede ocasionar sequedad en la piel. Además, los baños calientes durante el frío pueden contribuir a esta resequedad.

Para que nuestro organismo continúe funcionando eficientemente, tanto en climas cálidos como en fríos, es fundamental mantener un consumo adecuado de agua, tal como se hace de manera habitual, puesto que en ambos existe pérdidas de líquidos corporales tras el gasto de energía, la temperatura y la ropa. Pareciera poco, pero tan solo para mantenerse hidratada, nuestra piel requiere de 400 mL de agua.

¡Cuidado con las transiciones de clima!

Cuando recién nos adentramos en el mundo del cuidado de la piel, es común cometer errores por falta de conocimiento. ¡No nacemos sabiendo todo! Debería existir una guía que nos introduzca a los aspectos básicos, porque… ¡nadie habla de cómo adaptarse al clima!

Di no al gatekeeping.

Recuerdo claramente mi primera experiencia en un lugar con nieve. Nunca antes había experimentado un clima así. A pesar del paisaje impresionante, lo que más me sorprendió fue no sudar, especialmente porque vivo en un lugar sumamente cálido. Incluso mi piel grasa parecía comportarse de manera perfecta. Sin embargo, el verdadero desafío comenzó cuando regresé a mi país, con su clima caluroso. Mi piel estaba deshidratada, mostraba signos de descamación y brotes. Quizás podría haber evitado esto si hubiera sabido lo importante que es adaptar mi rutina de cuidado de la piel según el entorno.

Mi piel ante el frío

A medida que hemos ido aprendiendo, hemos descubierto que existen distintos tipos de piel: grasas, secas, sensibles e incluso una combinación de ellas. Sin embargo, es fundamental recordar que todas y cada una de ellas requieren atención y cuidados específicos. Cuando llega el clima frío y seco, nuestra piel puede sufrir afectaciones, especialmente en la barrera cutánea, que se vuelve más vulnerable. La producción de lípidos se ve comprometida, lo que dificulta que la piel retenga la humedad debido a la reducción en la producción de grasas naturales, esto aplica para la piel facial y corporal.

Si combinamos estos elementos: baja hidratación + clima frío + baños calientes, nuestra piel podría licuar los lípidos superficiales de la capa cutánea, lo que causa su desprendimiento y la deja menos protegida. Es como quitarse el suéter en plena nevada.

¿Qué debo de hacer?

Descuida, no todo es tan complicado como parece. Aquí tienes algunas recomendaciones que van desde aspectos a considerar en tu rutina de cuidado de la piel hasta alimentos que te darán un pequeño empujón.

1. Esto no puede faltar, por favor que no se te olvide tomar agua. El contenido de agua en la piel desempeña un papel crucial en la función protectora de la epidermis, la capa más superficial. Además, reduce la fricción entre las fibras, actuando como un lubricante tanto en las capas profundas como superficiales, lo que resulta en un aspecto más radiante, saludable y juvenil del rostro.
2. Puedes implementar en tu rutina una crema con ácido hialurónico, esto ayudará a tu piel a retener moléculas de agua, por lo tanto, humedad.
3. Un aceite limpiador garantiza una limpieza profunda sin resecar tu piel, manteniendo sana la barrera cutánea.
4. Para una limpieza libre de enjuague, el agua micelar es tu aliada.
5. La crema hidratante es un elemento fundamental en el cuidado de la piel, no solo para el rostro, sino también para otras áreas del cuerpo, como el cuello, brazos, manos, codos, rodillas y más. Busca cremas que contengan ingredientes humectantes como ácido hialurónico, glicerina o aceite de coco, que ayudan a retener la humedad y a mejorar la barrera cutánea. No olvides aplicar la crema después de la ducha o el baño, cuando la piel está aún húmeda, para sellar la humedad y obtener mejores resultados.
6. Es importante recordar que los rayos UVA, UVB y la luz azul están siempre presentes, incluso en días nublados. Por lo tanto, es esencial utilizar un fotoprotector solar diariamente para proteger nuestra piel de los daños causados por la exposición a estos tipos de radiación. Incluso en condiciones de poca luz solar, como en interiores o en días nublados, los rayos UV y la luz azul pueden penetrar en la piel y causar daño a largo plazo, como envejecimiento prematuro, manchas oscuras y aumento del riesgo de cáncer de piel.
7. Es recomendable evitar la exposición directa al calor, ya sea de la calefacción, un humidificador de aire o una chimenea. El calor extremo puede provocar deshidratación en la piel y contribuir a su sequedad. Además, el aire caliente puede eliminar la humedad de la piel, dejándola más propensa a la irritación y a la pérdida de elasticidad.
8. Humectante de labios, sin importar la estación del año.

Dieta

Esto es un complemento, puedes incluir:

• Vitamina A: zanahorias, espinacas, calabaza, perejil.
• Vitamina E: semillas oleaginosas, aguacate y salmón.
• Vitamina B5: cacahuates, setas y carnes rojas.
• Vitamina C: toda fruta y hortaliza con color.
• Zinc: pescado, marisco, algas, carne, huevos, cereales integrales.