Los vinilos y su regreso triunfal

Juan David Nino
CULTURA Y PUNTO
Published in
5 min readNov 15, 2020

Después de más de dos décadas, el vinilo revivió y coleccionarlos se convirtió en uno de los hobbies más recurrentes y populares.

La Roma Records, Bogotá. Agosto 17, 2018. (foto tomada de http://mpi-dirsa.com/2018/08/seis-anos-de-musica-seis-anos-de-la-roma-records/ )

Nacido a comienzos del siglo XX y comercializado en la década de los cincuentas, para después ser reemplazado por el CD y años después resurgir de las cenizas cómo el ave fénix, esa es la trayectoria del disco de vinilo. Creado en 1888 por el científico alemán, Emile Berliner, el disco es considerado como el primer objeto en el que se almacenaba música. Su funcionamiento es sencillo, se basa en el choque de un cristal especial (puede ser un diamante o zafiro) contra los surcos del disco. Con la fricción producida, el cristal empieza a vibrar y esto crea pequeñas corrientes eléctricas que generan el sonido que saldrá, por ejemplo, de unos bafles.

A pesar de su casi desaparición debido al nacimiento del CD, la imagen del vinilo siempre se mantuvo viva, pues se podía ver en programas de televisión, caricaturas, e incluso en entregas de premios o reconocimientos, los famosos discos de oro o platino mantienen la forma de un vinilo. Sin embargo, y cual película de zombies, los vinilos regresaron desde la tumba y han generado un cambio en la industria de la música, pues por primera vez desde los años 80’s estos fueron más vendidos que los CD. La Industria Musical Estadounidense (RIAA) reveló que en los primeros 6 meses del 2020 la venta de vinilos generó un total de 232,1 millones de dólares, mientras que los CD un total de 129,9 millones.

La resurrección del vinilo se debe principalmente a que muchas personas tomaron como hobbie la colección de estos y Colombia no es la excepción. Con diversas tiendas especializadas en estos como La Roma Records en Bogotá, Red Store Records en Medellín, o incluso Tango Discos en diferentes partes del país, se ha vuelto común encontrarse con melómanos en busca de los vinilos de sus bandas favoritas o ediciones especiales difíciles de conseguir. RPM Records, ubicado en la Carrera 14 #83–4, Bogotá, es una tienda/cafetería experta en estos y desde su nombre se puede notar, pues RPM significa revoluciones por minuto, siendo 33 y 45 RPM los más utilizados en los vinilos.

A eso de las 5:00 pm de un viernes, en la tienda se encontraban unas ocho personas en busca de vinilos para añadir a su colección. Para mantener la esencia y filosofía del lugar, la música que sonaba provenía desde una tornamesa ubicada en la barra. Los vinilos estaban organizados de la A a la Z con dos secciones especiales: una para vinilos antiguos y otra en la que se ubican la creme de la creme, los vinilos más deseados y complicados de conseguir

María Palovana, trabajadora de RPM, ha notado cómo este hobbie cada vez se vuelve más popular.

- María: Ha vuelto a coger la fuerza que tenía hace unos años, desde hace unos cuatro o cinco años empezó a coger esa fuerza que tenía hace unos 40 años.

- Juan David: ¿Y a diario cuántas personas creen que vienen a RPM?

- María: Es un momento bien difícil, antes del virus dependía de si había evento, a veces llegaban a ser hasta 60 personas. Depende mucho de los días, pero el promedio es ese, 60 personas.

Sin embargo, y como explicación al hecho de que los vinilos han generado más ganancias que los discos, es porque la colección de estos se pueden considerar un hobbie hobbie exclusivo, pues no solo es el hecho de que los vinilos son más caros que los CD, sino que también toca comprar un tornamesa, un objeto cuyo valor oscila entre los 700.000 y 800.000 pesos (entre 180 y 205 dólares), siendo estos los más baratos. Además, durante la visita a RPM, se descubrió que el precio medio de los vinilos equivale a 120.000 pesos (30 dólares), siendo el más barato encontrado de 63.000 pesos (16 dólares).

Adrian Meyer, es un alemán coleccionista de vinilos, hizo una comparación entre los precios en Alemania y Colombia, pues ha tenido la oportunidad de comprar en los dos países.

- Juan David: ¿Qué tan caro es este hobbie ?

- Adrian: Para mí es un hobbie caro. Claro, depende en que tan adicto seas de comprar vinilos, pero en mi caso, es caro. Puedes conseguir vinilos viejos que ya han sido usados y escuchar música antigua, pero si quieres escuchar música nueva en vinilos es muy caro, diría que entre 15 y 30 euros.

- Juan David: ¿Y a comparación de Colombia que tal son los precios?

- Adrian: Colombia es más caro comprar vinilos, diría que es 20% más caro a comparación de Alemania. Creo que la razón es que importan todos los vinilos de artistas internacionales desde los Estados Unidos.

Con el anterior testimonio llega la pregunta: “entonces si es tan caro, ¿por qué comprarlos cuando existen plataformas online más baratas y con más música?”, o al menos esa es una de las preguntas que yo me hacía. Gracias a estas tiendas como RPM o a coleccionistas como Adrian, he podido descubrir que no solo consiste en la música que contiene el vinilo, sino que va mucho más allá. Hay una famosa frase que dice “no puedes juzgar a un libro por su portada”, pero al parecer esto no aplica en este hobbie, pues en ocasiones es la carátula la que llama la atención y hace que el producto sea más vendido.

- Juan David: ¿Por qué coleccionar vinilos?

- Adrian: Para mí no son solo una manera de escuchar música, sino que también el arte que maneja y todo lo que viene con el vinilo. Por ejemplo la imagen dentro del vinilo o su portada, al menos para mí puede venir bien para decorar. No hablo solo de los discos, sino que también del tornamesas.

- Juan David: ¿Y dónde compra los vinilos?

- Adrian: Parte de mi hobbie es ir también a las tiendas de discos, me gusta ir, buscar y ver que tiene la tienda para ofrecer.

- Juan David: ¿Compra solo de artistas internacionales?

- Adrian: No, también es una manera para apoya a artistas pequeños que simplemente no pueden pagar para estar en Spotify.

Adrian Meyer contó detrás de micrófonos que una manera para recordar los países en los que ha estado es comprando vinilos allá, llevándose así parte de la música tradicional que se escucha en los lugares que visita.

Puede ser más cómodo utilizar un celular, un computador o un CD para escuchar música, pero la experiencia y el disfrute es diferente. El vinilo brinda la oportunidad de interactuar con la canción y cambiarla, pues bien explicó Miguel Carvajal, profesor de la Javeriana, en una de sus clases: “Cualquier ligero cambio en la velocidad del vinilo, introduce distorsión en el sonido reproducido”. Eso me recordó cuando de 8 años jugaba en la tornamesa de mi abuela, cogía algunos de sus vinilos y me ponía a retrocederlos o adelantarlo a diferentes velocidades. De esa interacción es que provienen los DJs, quienes han aprendido a jugar con estas distorsiones y generan sonidos diferentes.

Probablemente las plataformas de streaming como Spotify, Apple Music, Deezer, etc. seguirán manteniéndose primeras a la hora de escoger una manera para escuchar música, al fin y al cabo es más sencillo y práctico escuchar las canciones favoritas de uno desde el celular con un par de audífonos. Pero 2019 y 2020 serán recordados como los años en los que el padre venció al hijo después de mucho tiempo, los años en los que el vinilo superó por creces a su sucesor y volvió a ser popular.

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