Dibujos inanimados (II): el cómic (poco) animado

Victor Navarro-Remesal
Dōga
Published in
4 min readMay 14, 2021

Hablaba hace poco en Rockdelux de la animación estática, del arte de animar poco. En aquel texto, de título “Dibujos inanimados: el arte del anime estático”, me acabé centrando por cuestiones de espacio y concepto en producciones japonesas…

… y dejé para otro día una línea (cuanto menos, paralela) que recorre la animación desde que da el salto a la tele y se ve limitada por restricciones técnicas y presupuestarias. Hablo de un acercamiento forzado al cómic, un estilo que en sus orígenes pretendía ocultar sus carencias y más tarde intentaría hacer de esas mismas carencias una virtud: la familia que va del “telecomic” al “motion comic”, con todas sus mutaciones.

A inicios de los 50, pioneros americanos como ‘Telecomics’ o ‘NBC Comics’ incluían segmentos con ilustraciones sonorizadas. Luego ‘Clutch Cargo’ (1959) superpuso bocas reales a imágenes estáticas y lo llamó Syncro-Vox, porque todo sistema con nombre parece menos cutre, y a mitad de los 60 series como ‘The Marvel Super Heroes’ (1966) seguían siendo poco más que viñetas estáticas con algún elemento móvil.

Pasaron los años y mejoraron los presupuestos y las técnicas, y la imagen estética quedó como una prehistoria pobre… hasta que llegamos, ya en el siglo XXI, a otro espacio marcado por las limitaciones: la animación Flash. A principios de siglo, la cultura amateur y descentralizada de internet recuperó por necesidad la estética de ilustración (poco) animada con series como ‘Broken Saints’, que incluso dejaba los bocadillos en pantalla.

Poco después, Konami lanzó para PSP ‘Metal Gear Solid: Digital Graphic Novel’, una adaptación “interactiva” (es un decir: podíamos hacer algo de zoom y escanear la imagen buscando elementos ocultos) del cómic en el que Ashley Wood adaptó, a su vez, el juego homónimo. El estilo debió de gustar, pues se usó también en las cinemáticas de ‘InFamous’ (2009), un videojuego con aspiraciones de cómic de superhéroe, y las de ‘Metal Gear Solid: Peace Walker’ (2010).

Hollywood, que no deja escapar una idea ajena, tomó nota e intentó impulsar el formato como revolucionario, la forma más fiel de adaptación. Para hacerlo le puso nombre, porque los departamentos de marketing viven de vender etiquetas: “motion comic”. En realidad, era una forma barata de promocionar películas como ‘The Dark Knight’ o, sobre todo, ‘Watchmen’, cuyo estreno acompañaron de un motion comic que tuvo cierto recorrido pero no convenció mucho a nadie.

Como prueba de este rechazo, cuando poco después los creadores de Godkiller: Walk Among Us (2010)’, una película hecha de dibujos estáticos, la promocionaron, dieron explicaciones larguísimas para dejar claro que no, que lo suyo no era un “motion comic” sino un “illustrated film”, un intento de fusionar “el arte secuencial de los cómics con la narrativa cinematográfica”…

… O sea, un motion comic.

Por ahora, parece que estos conceptos se han puesto en barbecho, esperando a tiempos mejores en los que puedan colar sin carga negativa. Eso no quiere decir que el telecomic (o motion comic), como propuesta formal, haya desaparecido. Justo después de publicarse mi texto sobre “anime estático”, Aleix Ibars escribió en Rockdelux sobre De yakuza a amo de casa, un anime televisivo que llamó la atención por ser casi un conjunto de imágenes estáticas:

Es cierto que esta adaptación es peculiar en varios aspectos: sus cinco episodios –de unos 15 minutos cada uno, divididos a su vez en miniepisodios de 2 o 3 minutos– están más cerca de una webserie flash de los primeros 2000 que de las series actuales en cuanto a factura técnica. Pero la decisión de Chiaki Kon y J.C. Staff, el estudio responsable de la adaptación del manga publicado desde 2018 en Japón (en España está editado por Ivrea), entronca con una tradición nipona de “dibujos inanimados”, y cobra sentido por el surrealismo de su historia […]

Larga vida, pues, al telecomic, a su surrealista, artrítica y muy pop estética.

--

--

Victor Navarro-Remesal
Dōga
Editor for

PhD, Game Studies. Videogames, play, animation, narrative, humour, philosophy. The unexamined game is not worth playing.