Borradores de mierda

La utilidad de hacer cosas útiles y la presión por ser buenos haciendo cosas útiles

Dabalche
Dabalché
3 min readDec 31, 2017

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“Empezar es terrible, pero no puedo empezar”, eso pensé hoy cuando me pidieron que escribiera en 5 líneas un ensayo sobre qué es el lenguaje. Sí, un ensayo en un tweet, esas cosas perversas nos enseñan a hacer en Filosofía. El mío fueron siete líneas las primeras 4 las invertí en evadir el “qué es” (al grano y sin vueltas no son canchas en las que vaya de local — ni para escribir, ni para elegir algo de un menú o qué tabaco comprar ni para ninguna de las cosas que el 99% de la gente hace que parezcan fáciles de hacer —).

Pero hoy no quería escribir de eso, que es nada, o casi como nada. Quiero escribir de mi relación con el escribir, porque para escribir pensando en el lector y para brindar soluciones a sus inquietudes ya tengo mi otro blog.

Todos tenemos el peso de escribir genialidades, más si se te da por estudiar filosofía, que aclaro, no sirve para nada. Ningún filósofo va a salvar al mundo. O sí, no sé… en vistas de que uno de los grandes males del mundo es el sectarismo, la falta de caridad hacia lo que dice el otro y las verdades únicas que nos inventamos dentro de nuestra caja de eco. Todo eso fogoneado por los likes y arengado por una cultura materialista-utilitarista.

Podría preguntar, tímidamente, para que sirve esa inmensa panza que te ganaste “haciendo algo que sirve”… Para tener un infarto es una respuesta válida. Conozco el argumento que sigue, lo entiendo y sería incoherente conmigo mismo elaborar un juicio ético de ese estilo de vida. Solo que yo estoy lejos de la casa propia, el perro y el auto (recorrí medio continente en trasporte público y no me llevé mi casa encima).

Pensamos y actuamos consecuentemente dentro de algún marco contextual. El que sea, el que te guste o el que aprendiste. No importa. Importa en que tenemos que ser cautos al elegir qué cosas meter dentro de ese contexto personal. Si voy a meter cosas inexistentes, o potencialmente existentes en el mío me lleva la chingada — no encuentro un sustituto rioplatense adecuado para esta expresión que me parece hermosa — .

El argumento es tosco porque arranca equiparando utilidades con ganancias monetarias. Eso puede no ser cierto para todos. Si no acepto esa premisa fundamental, el resto del argumento carece de sentido. (Ese tipo de cosas nos enseñan también, a hacer enojar el establishment con cuestionamientos de “pibe que no sabe nada de la vida”).

La onda es preguntarte indirectamente si pensás en tu futuro, en tus hijos, tu casa y el alimento de los perros o en seguir siendo un vago sin intenciones de hacer algo para no morirse de hambre. Podría hacer un montón de cosas “que sirven” simplemente diciendo que sí a algunas propuestas; pero eso implicaría ir en contra de mis valores y de mis intereses. Dos detalles insignificantes para los cánones de hoy.

Escribamos pura mierda, al menos yo voy a empezar a hacerlo más seguido. El intento de escribir genialidades lleva a no escribir nada. Ni sé si alguno de los autores que me gustan habrá pensado que tenía algo interesante que decir. Supongo que no.

Empecé con una idea pero siempre me pasa que soy incapaz de controlar los derroteros de esta asociación que se empieza a hacer al escribir.

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Un abrazo, qué tengás una excelente jornada.

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Dabalche
Dabalché

Escribo, viajo y hago fotos. Tengo una web seria donde hablo de sustentabilidad, marketing y turismo.