Cuando el prejuicio te tapa el Pokémon: ¿Por qué lo odian y qué tiene de maravilloso Pokémon GO?
El miércoles de hace unas semanas, tipo 19hs, caminaba inmersa en mis pensamientos después de una hora de terapia aislada del mundo. Frené para esperar que cambie el semáforo y no puede evitar sobresaltarme por los gritos de dos chicos que llegaban casi corriendo a la esquina. Ensimismados, sonreían y se alentaban mientras miraban las pantallas de sus celulares. Esa emoción no tenía otra explicación: Pokémon GO había lanzado oficialmente en Argentina. Me contagiaron de inmediato y ahí empezó mi aventura como Entrenadora Pokémon. Desde entonces Pokémon GO fue omnipresente.
Cuando se lanzó en otros países en julio, ya empezaron a circular algunas visiones apocalípticas que anunciaban el fin de la humanidad con la llegada de este juego, y no tardaron en aparecer las noticias de robos, accidentes y muertes relacionadas a jugar Pokémon GO. Personalmente no considero que si un chico muere porque alguien le dispara sea culpa del juego que tenía en su celular, pero sabemos cómo es esto de los medios, hay un fenómeno masivo del que no se pueden quedar afuera y hay que cubrir la novedad. Los accidentes por mandar mensajes de texto ya quedaron en el pasado, así que esa noticia no vende…
Son las noticias negativas las que venden, las buenas no tanto… ¡Sería demasiado aburrido para el que mira la TV desde el sillón, ver cuánto se están divirtiendo afuera cazando Pokémon!
La preocupación por la seguridad e integridad de los jugadores es válida y bienvenida — está bueno que nos cuiden y cuidarnos, no se trata de ignorar los peligros — pero siento que hay una sobre-reacción en contra bastante irracional y muy errada, que plantea algo así como que Pokémon GO ES “malo” (una conspiración siniestra incluso) y se deduce de ahí que todos los jugadores somos zombies idiotas, estúpidos, inútiles e insensibles al mundo ‘real’. WTF?!
¿Parece exagerada mi interpretación?
Si lo ponemos en palabras, el razonamiento sería algo así:
Si me gusta Pokémon GO y juego en la calle a atrapar criaturas virtuales con mi teléfono
» Entonces no leo libros, ni trabajo
» No ayudo niños, ni perros que pasan enfrente mio
» Tampoco me entero -ni hago nada- sobre lo que pasa en el mundo
Quizás no haga falta aclararlo pero aunque puedan parecer viñetas muy simpáticas o llamados a la acción solidaria muy conmovedores, todas esas imágenes plantean falacias, argumentos que parecen válidos pero no lo son. Estos razonamientos caen en el falso dilema, asumen que sólo dos opciones son posibles, cuando en realidad existen opciones alternativas. Básicamente, es mentira que si juego Pokémon GO no hago X otra cosa, y que haga una no implica no hacer la otra.
Supongo que en verdad todos saben este temita del razonamiento lógico, sin embargo eligen aún así oponerse y resentirse ante un fenómeno tan masivo y disruptivo como Pokémon GO. ¿Por qué?
“No sé qué es, pero es malísimo”
Los que me conocen pueden dar fe de que me encanta ser crítica y suelo buscarle la quinta pata al gato, pero descubrí que más que ser contrera por deporte, prefiero criticar con conocimiento de causa, estando segura de por qué pienso lo que pienso. Y para poder hacerme una opinión sobre un tema, mínimamente tengo que conocerlo, intentar comprenderlo y recién entonces puedo sentir que mis opiniones, en contra o a favor, van a ser legítimas.
Cuando veo algo que es demasiado popular que no entiendo y desde afuera me hace ruido, en vez de alejarme, muchas veces me termino metiendo más para sacar mis propias conclusiones:
¿Será tan estúpido realmente, o tiene algo interesante que no estoy viendo?
Así terminé yendo a un evento de diseño que me parecía pura pose, pero lo disfruté tanto que volví al año siguiente… y este año leí el libro de moda con “la técnica mágica para ordenar”, que pensaba que era una boludez, pero me encantó, lo apliqué y lo recomiendo!
Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio -A.E.
Hay algo muy choto en los prejuicios, y es que muchas veces nos impiden conocer y/o aprovechar cosas muy buenas. Todos tenemos prejuicios y es poco realista pretender que podamos vivir sin ellos (también nos protegen). Uno tiende a alejarse de lo desconocido y lo que no entiende, es comprensible que habiendo tantas cosas nuevas y raras, Pokémon GO genere cierta resistencia en muchos.
Personalmente, como entusiasta de la tecnología y como jugadora, creo que son muchos más los beneficios que trae si podemos dejar nuestros prejuicios a un costado y tratamos de rescatar el potencial positivo que tiene.
Aunque me gustaría rescatar no es tanto el juego en sí, ni la tecnología puntual sino la actitud: cómo reaccionamos y cómo recibimos una innovación disruptiva y masiva ¿Estamos abiertos a probar algo nuevo y experimentarlo? ¿Nos interesa entender de qué se trata y quizás encontrarle un potencial uso beneficioso? O quizás preferimos conocerlo a través de terceros (¿los medios?) y tomar sus conclusiones sin más, resistirnos, resentirnos y hasta criticar a quienes lo eligen.
Desde antes del lanzamiento estuve pensando un poco esto que me llamaba tanto la atención. Encontré algunos prejuicios que creo son la génesis para esta resistencia:
- Porque sin conocer la historia de Pokémon no se entiende la euforia y el fanatismo que genera
- Porque la tecnología que trae es demasiado disruptiva y cuesta asimilarla
- Porque muchos ya no juegan, y los videojuegos les parecen cosas de chicos
Analicé estos prejuicios y en estos post intento entenderlos y explicar un poco por qué a pesar de esa resistencia, quizás natural, está buenísimo entender qué trae Pokémon GO de innovador desde su evolución histórica y la tecnología, por qué todos deberíamos jugar y por qué es incluso mejor jugar Pokémon GO que otros videojuegos:
» Pokémon GO Lado B (de bueno)
Sobre por qué todos deberíamos jugar jueguitos para ser mejor
» Pokémon GO, una receta para la innovación disruptiva
Conocer de dónde viene la innovación nos puede ayudar a entender dónde estamos y hacia a dónde va
Probablemente haya más argumentos que no analicé y que pueden explicar la psicología detrás de tanto odio. O quizás para algunos casos no haya mucho que analizar: Haters gonna hate.