Ruby Sparks: No intentes cambiar

Daniela Castro
Daniela Castro
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2 min readSep 11, 2017

¿Alguna vez deseaste tener al hombre o a la mujer de tus sueños? Paul Dano, sí. Su personaje, Calvin, es un joven prodigio muy conocido por sus novelas. En medio de una crisis de vértigo a la hoja en blanco, empieza a soñar con una chica que se amolda a sus ideales: Ruby, artista, de pelo rojo, despreocupada de la vida. Libre. A medida que sus sueños avanzan, las palabras fluyen. Y su relación también. Porque ella es real, existe y cada cosa que Calvin escribe, ocurre.

Esto que pudiera parecer un disparate o un argumento un tanto simplista para una película independiente, dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris (creadores de la bellísima Little Miss Sunshine), explica el complejo proceso que implica relacionarse con otro ser humano.

El amor no alcanza, la rutina agota, las ambiciones de uno y otro van cambiando y las ganas de compartir todo se van diluyendo en el tiempo. Calvin lo siente, lo sabe y empieza a cambiar los estados de ánimo de Ruby para que no se aleje de él. Sin embargo, lejos de conseguir una mejor relación se da cuenta de que ella no es la misma. ¿Hasta qué punto se puede querer cambiar a alguien, sin que pierda su esencia por la cual te enamoraste?

Esos cambios, lastimaron a Ruby. Ya no es ella. Y es consciente de lo que Calvin le hace. Todo se rompe. Y él comprende que debe dejarla libre. Pero al mejor estilo Eternal Sunshine of the Spotless Mind, el destino les da una segunda oportunidad. De los errores se aprende, del amor también.

Las actuaciones son muy buenas. Paul Dano, uno de los mejores actores de su generación, logra meterse de lleno en su personaje: un escritor solitario, introvertido y antisocial. Su mirada protectora hacia Ruby es de lo mejor dentro de la química que hay entre los actores que, cabe aclarar, son pareja en la vida real. La frescura de Zoe Kazan también es de destacar.

Lo negativo: ya que decidimos compararla con Eternal Sunshine of the Spotless Mind, es necesario decir que la profundidad de esta joyita del cine no llega ni al 20 por ciento en esta película. Es una lástima porque podría interiorizarse un poco más en la relación de esta pareja, pero se queda en la mitad.

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