Swallow: comiéndose las palabras

Es de las películas más originales que vi en el último tiempo que trate temas como el poder y la autonomía del cuerpo femenino, el abuso sexual, el matrimonio opresivo y la liberación de la mujer.

Swallow sigue a un joven mujer embarazada (Hunter), que tiene todas las características de una típica esposa de los años ´60, que vive encerrada en una enorme casa, siguiendo una rutina diaria y estricta para satisfacer a su rico y ocupado marido.

Hasta acá la premisa parece normal, una más del montón. Pero la cuestión es que esta mujer comienza a ingerir de manera impulsiva elementos como una cánica, una chinche, o una pila. Sí, qué carajos, no? No lo puede evitar, siente una satisfacción única cada vez que come alguna de estas piezas que, obvio, le hacen daño a su cuerpo y a su bebé.

Con esta situación como contexto principal, la película hace todo un trabajo fino por contar la historia detrás de esta obsesión, los orígenes de Hunter y nos da mucho en qué pensar y analizar más allá de lo que estamos viendo.

Por ahí he leído que mencionan que es una película de terror y que mucha gente se sintió impresionada con las escenas. Y sí, si nos quedamos con lo básico, la superficie del film nos va a pasar eso. Pero en realidad, la incomodidad, lo perturbante de esta chica y de las personas que la rodean va por otro lado.

Hay una mujer que no puede poner en palabras lo que le pasa, lo que siente. Que está aislada de todo. Y hay una familia que quiere ocultarla y callarla aun más para no perder el status. Un embarazo ¿deseado? que la ata todavía más fuerte a este grupo de personas banales. Y un pasado que la atormenta sin que ella lo perciba.

Es muy destacable el trabajo de arte, de fotografía que hay en este film. Porque conviven colores, atuendos, muebles, paisajes que parecen perfectos, limpios, nada se sale de su lugar. Sin embargo, por dentro, Hunter desea eliminar, sacar a ese ser de su cuerpo y está luchando internamente con muchos traumas de su infancia. Ambas realidades conviven con un manejo de la estética muy cuidada y perfectamente pensada.

Sin dudas, Swallow es exquisita por donde se la mire.