The French Dispatch: Wes Anderson en su máxima expresión

Daniela Castro
Daniela Castro
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2 min readJan 25, 2022

Hace tiempo había decidido volver al cine con The French Dispatch, quizás por capricho, pero también por la pandemia y los miedos que muchos teníamos/tenemos respecto a ella. Pero sobre todo porque me parecía un hito entrar de nuevo a una sala de la mano de mi director favorito y de esta película en particular.

Wes Anderson nos cautiva nuevamente con su característica y adorada estética que nos invita a entrar a ese mundo perfectamente ideado en el que los planos, los colores, los diálogos y las actuaciones están milimétricamente coordinados. No dudo en decir que The French Dispatch es Wes Anderson a la décima potencia, es él en su esencia. Un poco por esto que les digo y otro poco porque efectivamente es una carta de amor al periodismo, es que la amé tanto.

La película es un compendio de artículos de la revista imaginaria llamada “The French Dispatch” (en referencia a The New Yorker) del cual nuestro querido Bill Murray es el editor. Lo que más me gustó de esta idea es que le dieron vida a las palabras, representaron cada artículo en carne y hueso. Es como estar viendo en pantalla grande lo que te imaginás cuando lees alguna nota o libro. Cada historia está narrada y tiene el toque de cada periodista que la escribe, además de la emotividad de los protagonistas que hacen a la historia. Realmente creo que es una forma hermosa de homenajear al periodismo y a quienes lo hacen.

El elenco es enorme y están todos, ¡pero todos!, aunque sea por unos minutos. Wes no escatimó en gastos. Desde sus fetiches, Owen Wilson,Jason Schwartzman y Adrian Brody, hasta Christoph Waltz, Alex Lawther y Saoirse Ronan. Entre muchísimos otros.

La onceava película de Anderson no tiene desperdicio. Lo más cautivante, además de sus ya conocidas técnicas, narrativas, personajes y demás, es que vuelve al origen mismo de todo, las historias. Aquellas que nos informan, nos transportan a algún lugar, nos enseñan, nos emocionan, nos unen.

Gracias Wes por seguir haciendo arte del bueno. Te banco de acá hasta que dejes de lado la simetría y los colores pasteles.

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