The Lost Daughter: una mirada real e incómoda pero muy necesaria.
El mar, el sol y la playa son el escenario perfecto para traer recuerdos a la mente de Leda, una profesora de literatura que está de vacaciones en un lugar muy tranquilo hasta que una familia bastante numerosa y bulliciosa irrumpe en el lugar. Ahí es donde conoce a Nina y a su hija Elena y todo comienza a volverse introspectivo para Leda, quien no puede reprimir su nostalgia y dolor al verse reflejada en esta joven y su pequeña.
The Lost Daughter viene a mostrarnos un lado diferente de la mujer, de la maternidad, de sus deseos y pasiones. Es fascinante ir desmenuzando el pasado de Leda e ir comprendiendo su presente y su obsesión con Nina. La película es atrapante, incómoda y fascinante al mismo tiempo. Nos saca del idilio al que solemos estar sometidas cuando se habla de ser madre. ¿Es posible maternar, amar a tus hijos, pero al mismo tiempo querer desaparecer y salir a perseguir tus sueños? ¿Acaso eso te hace una peor madre? ¿Está mal? ¿Está bien?. Lejos de darnos una respuesta , el film nos presenta todas estas preguntas y nos deja reflexionando, con algo de angustia y muchísima empatía.
Es fascinante el enfoque que tiene la historia. Nos muestra que ser madre no implica dejar de ser mujer y mucho menos dejar de lado las ambiciones profesionales. Es posible tomar decisiones, por más duras que sean, y así y todo mantener un vínculo. Esto me parece clave para que podamos entender que hay muchísimas maneras de ser madre y hasta las más “antinaturales”, como dice Leda en la película, son válidas y siguen estando llenas de amor.
El trabajo de las mujeres que conforman este equipo es impresionante. Jessie Buckley, quien interpreta a la joven Leda, para mí se lleva casi todo el mérito porque, seamos honestos, tiene la parte más difícil y lo hace increíblemente bien; la gran Olivia Colman nos sigue demostrando que está preparada para todo. Dakota Johnson que se mete en un personaje que también tiene sus complicaciones; Maggie Gyllenhaal con una dirección magistral.
Como directora Gyllenhaal contó que “había estado leyendo a Ferrante y sentía que estaba diciendo cosas en voz alta de las que nadie hablaba, sobre la maternidad, pero también sobre ser una mujer en el mundo, sexualmente, intelectualmente, artísticamente. Como mujeres, vemos representaciones de nosotras mismas todo el tiempo (…) nos ofrecen imágenes de nosotras mismas que no se sienten del todo bien”.
Ya pueden este peliculón en Netflix.
