Tomás Saraceno: todos somos arañas

Daniela Castro
Daniela Castro
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4 min readJun 29, 2018

Museo de Arte Moderno. El artista argentino presenta por primera vez en
el país una de sus obras.

¿Es posible percibir la inmensidad del universo sentado en un almohadón, en el medio de la sala de un museo? Si, Tomás Saraceno lo hizo posible a partir de su instalación, Cómo atrapar el universo en una telaraña, en la que unas siete mil arañas, de la especie Parawixia bistriata que habitan en el norte argentino, tejieron durante meses unas redes inmensas de tela que captan el sonido del polvo cósmico.

Saraceno vive y trabaja en Berlín donde desde hace una década desarrolla, junto a su equipo científico, investigaciones sobre las telarañas que lo llevaron a que hoy, por primera vez, esté presentando esta obra, que conecta ciencia y arte, en su país de origen. La muestra se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires hasta el 27 de agosto en las salas del segundo subsuelo y del segundo piso del edificio.

La exposición está dividida en dos partes. Por un lado, The Cosmic Dust Spider Web Orchestra, que se encuentra ubicada en el subsuelo. En ella se ubica la atracción principal. Una sala grande cubierta de telones negros, oscura. Adentro, un haz de luz atraviesa una telaraña y toda la atención recae sobre ella. Sus filamentos resaltan y brillan en la oscuridad. Detrás, una pantalla proyecta, en vivo, algunos puntos blancos. Es el polvo, son las partículas ínfimas que flotan y recorren cada rincón de la habitación, que chocan y se pegan a la tela. Al mismo tiempo, un sonido retumba en las paredes. Hay micrófonos imperceptibles ubicados en la estructura que transforman el movimiento del polvo y de la propia araña en sonido. El espectador forma parte de esta conjunción, sus movimientos y su respiración modifican el ambiente y, en consecuencia, la muestra. De repente, la pantalla se llena de partículas que van y vienen como una ola. Alguien sopló en el espacio y generó un cambio en la exhibición.

The Cosmic Dust Spider Web Orchestra. Un haz de luz da vida a los transparentes filamentos de la telaraña.

Por otro lado, en el segundo piso, está la segunda parte de la instalación, Instrumento Musical Cuasi-Social IC 342, en la que se encuentra la telaraña más grande que se haya exhibido y creado en el mundo, gracias al trabajo de siete mil arañas argentinas que durante seis meses tejieron la red , a oscuras, bajo la supervisión de un equipo de especialistas. El espectador es parte de esta interconexión de redes que se encuentran iluminadas por sectores, formando figuras increíbles.

Lo que el visitante podrá experimentar en esta muestra es un dualismo entre la sensación de gigantismo frente a esas diminutas partículas que se ven flotar en el aire y que se alborotan con el simple acto de soplar, y un sentimiento de inferioridad al recordar que la raza humana también es un pequeñísimo fragmento en el universo. De esta manera, la araña, el polvo cósmico y el espectador se encuentran integrados en un todo.

Por su parte, las arañas demuestran ser capaces de tejer inmensas redes en las que ellas son las que reinan y existen. Lo que hace que sea inevitable asemejar estas estructuras arquitectónicas con las grandes ciudades en las que los rascacielos son cada vez más altos y las luces cada vez más brillantes y en donde todos se sienten los dueños del mundo. El clímax se genera en el momento en que el público se sienta en la oscuridad a escuchar los sonidos aturdidores del polvo, porque es cuando entiende que todo es cuestión de escala. Ellos también son parte de un universo que sobrepasa su existencia, en donde cada uno de ellos es la araña.

Instrumento Musical Cuasi-Social IC 342. La telaraña más grande del mundo cubre todo el espacio.

En el mundo actual donde la tolerancia y la igualdad siguen sin prevalecer, y el egocentrismo de la humanidad sigue devastando bosques y extinguiendo especies enteras, una muestra como la de Saraceno invita a repensar y reflexionar sobre el rol que tiene cada uno de los elementos que conforman el universo. El objetivo del performer consiste en que el visitante que forma parte de la obra pueda ampliar su percepción del mundo y entender que hay otras especies que coexisten con él. Es necesario aceptar las diferencias, convivir, colaborar. Todos estamos conectados y lo que cada uno hace, influye en los otros. Como la respiración y el aire que se exhala como consecuencia y que mueve el polvo cósmico, modificando la experiencia de la exhibición.

Cómo atrapar el universo en una telaraña busca la belleza de lo ínfimo e imperceptible y entender la capacidad que tienen esas cosas mínimas de modificar el todo.

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