¡Educación Digital Crítica para Todes!

Activando la ciudadanía digital global en Latinoamérica y el Caribe

Soledad Magnone
Data & Society: Points
8 min readMar 2, 2022

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JAAKLAC iniciativa amplía la participación en la gobernanza del ecosistema digital y promueve proyectos latinoamericanos en educación digital crítica. Nos guiamos por los derechos humanos y nos centramos en las generaciones más jóvenes y en los grupos generalmente excluidos. (JAAKLAC es un acrónimo compuesto por palabras que representan nuestros valores en varios idiomas de la comunidad Latinx).

¿Cómo llegamos a este trabajo?

Edificio moderno alto en medio de una ciudad con pocos edificios significativamente más bajos y una gran cantidad de pequeñas casas
(Photo: Random Institute on Unsplash.)

“Divisiones de Aprendizaje” globales

El ecosistema digital está profundamente arraigado en sociedad, y las personas se relacionan cada vez más intensamente con una plétora de dispositivos y plataformas digitales. Este fenómeno se ha profundizado aún más con la digitalización de procesos por parte de las organizaciones públicas, privadas y de la sociedad civil, persiguiendo tendencias de “transformación digital”. Como resultado, casi todas las dimensiones de la vida humana se han digitalizado cada vez más en nombre de capturar las oportunidades de “big data”, “machine learning” e “inteligencia artificial”. No obstante, estas oportunidades se han visto cada vez más eclipsadas por los llamados de organizaciones internacionales señalando las violaciones de los derechos humanos, y los constantes usos indebidos y abusos de la información personal. Para mitigar esto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha recomendado estrategias internacionales coordinadas e integrales, incluyendo la alfabetización digital y la gobernanza de múltiples partes interesadas.

Para lograr una gobernanza digital coordinada y democrática a nivel internacional, es esencial abordar un déficit en la educación digital que ha prevalecido a nivel mundial durante las últimas dos décadas. Esta situación es el resultado de las políticas digitales que han facilitado el despliegue tecnológico, impulsadas por la profecía de que el acceso por sí mismo sería suficiente. Sin embargo

esta determinación de construir la superautopista digital para conectar las regiones y abrir los mercados no fue acompañada por la determinación de ofrecer una educación de calidad sobre lo que se estaba construyendo.

Como ha observado Zuboff, ahora estamos experimentando una “división de aprendizaje” que está definiendo nuestra sociedad de la información. Esta brecha, argumenta, está ampliando las desigualdades sociales debido a que las máquinas automatizan los procesos de aprendizaje que privilegian los intereses financieros y dependen de la estrecha perspectiva del sector tecnológico. Aunque esto se ha problematizado desde los primeros tiempos del estudio de internet, la dimensión educativa de la “brecha digital” ha permanecido mayormente ignorada.

Las implicaciones de esta brecha de aprendizaje son extremadamente urgentes en Latinoamérica y el Caribe (LAC). Dentro de la actual crisis de desigualdad global, LAC presenta algunas de las divisiones sociales más marcadas. Estas divisiones se han visto magnificadas por la pandemia de COVID-19, con brechas digitales que ilustran sus causas y consecuencias en la región. Además, LAC ha experimentado cada vez más violaciones de los derechos humanos digitales. Estas han sido perpetradas en nombre de gobiernos, en complicidad con las empresas de telecomunicaciones y las grandes empresas tecnológicas. Algunos ejemplos de los últimos años son los apagones de internet, la censura de contenidos en las redes sociales, la vigilancia en línea de periodistas y activistas, la exclusión explícita e implícita del estado de bienestar digital y el despliegue de sistemas masivos de control biométrico. Las políticas de educación digital son cruciales para mitigar las limitaciones que las tecnologías digitales pueden imponer a las libertades individuales y para aprovechar colectivamente la justicia digital.

La infancia también ha sido objeto de los desafíos que conllevan las tecnologías digitales.

La infancia también ha sido objeto de los retos que conllevan las tecnologías digitales. Entre los casos que se comentan habitualmente están el aumento de la violencia de género en línea y las prácticas de dataficación en interés de las empresas, políticas del estado de bienestar, el rendimiento educativo, y el control parental. Esta situación ha sido cuestionada por la academia en el campo de los derechos de la niñez en línea, especialmente desde que se evidenció en 2015 que la infancia representaba un tercio de las personas en línea a nivel mundial. Asimismo, la academia ha arrojado luz sobre cómo los debates sobre la gobernanza de internet han ignorado sistemáticamente la Convención sobre los Derechos de la Niñez (CDN) de la ONU, y han criticado además cómo las políticas digitales han garantizado inadecuadamente la protección de la infancia e ignorado completamente su participación.

En lo que respecta a LAC, se han producido grandes avances en materia de derechos de la infancia. Sin embargo, una característica común a todos los países es las desventajas que afectan de manera más grave a las generaciones más jóvenes. Según UNICEF, en 2020, el 46% de la infancia latinoamericana de entre 0 y 14 años vivían en la pobreza, lo que puede afectar severamente su desarrollo a lo largo de la vida. Este abandono no es una excepción en el panorama de la política digital. Ese mismo año, los informes mostraban que el 42% de las personas latinoamericanas menores de 25 años no tenía acceso a internet. Cuando se analizan los países con mejor trayectoria en el acceso digital para la infancia, Uruguay suele liderar los rankings internacionales. Sin embargo, desde 2007, su progresiva agenda digital de gobierno no ha logrado comprometerse a fondo con la CDN. Esto plantea preguntas apremiantes sobre la situación en otros países latinoamericanos con tradiciones adultocéntricas y mayores dificultades para apoyar el bienestar de la infancia.

¡Educación Digital Crítica para Todes!

Para cumplir con la CDN de la ONU en la era digital, es fundamental abordar nuestro actual déficit en políticas y prácticas en educación digital. La “educación digital” se refiere a la enseñanza y el aprendizaje con y sobre las tecnologías digitales. Adoptar una postura crítica en este campo -Educación Digital Crítica (EDC)- significa profundizar en los conocimientos, habilidades y valores para entender las tecnologías digitales y participar activamente en sus políticas y avances.

Lograr la ECD implica un enfoque transversal para evitar las representaciones neutrales de la tecnología, habituales en las disciplinas STEM, y para nutrir mejor una ciudadanía radical preocupada por las implicaciones sociales, económicas y medioambientales del ecosistema digital. La EDC es fundamental para que la infancia pueda participar activamente en la creación de las hojas de ruta digitales que les afectan.

Para promover el interés superior de la infancia, es imperativo aplicar la Educación Digital Crítica también entre personas adultas, incluyendo padres, madres, referentes tutelares, docentes y responsables de políticas.

Los efectos de pasar por alto la educación digital integral tienen graves consecuencias en los sectores vulnerables de la sociedad. En el caso de la infancia, han surgido preocupaciones sobre patrones en países del llamado “Sur Global”, la Mayoría del Mundo. En estos contextos, las personas adultas suelen presentar niveles de alfabetización digital más bajos que limitan su capacidad para mediar en los riesgos digitales de la infancia. Además, los daños se ven amplificados por estados de bienestar y normativas de protección de datos más débiles.

Analizando el caso de LAC, a pesar de haber sido reconocida como la región más “preponderante” en programas de tecnología educativa, los programas han enfrentado problemas sustanciales para sostenerse y mitigar las fuertes desigualdades sociales y de género de la región. En 2018 sólo cinco países de LAC habían implementado marcos de educación digital, y estos estaban dedicados principalmente al mercado laboral, ignorando las habilidades para una ciudadanía digital activa.

Para activar la ciudadanía digital global con la Educación Digital Crítica, y para investigar e incidir en que las políticas digitales estén alineadas con los derechos humanos, lancé la iniciativa JAAKLAC en 2020.

Ciudad poblada de pequeñas casas de diferentes colores con un cielo azul y con nubes.
(Photo: by Random Institute on Unsplash.)

Los proyectos de JAAKLAC han explorado las posibilidades de co-crear prácticas y recursos educativos, influenciados por la metodología de la Investigación Acción Participativa (IAP). El objetivo ha sido tejer el conocimiento y la experiencia de personas y grupos dedicadas al activismo, creatividad, gobierno, educación, infancia y juventudes de LAC. Nuestra región ha hecho contribuciones críticas a la IAP, gracias a la influencia de Freire y Fals-Borda. Freire puso en primer plano un punto de vista ético sobre la educación, involucrando a estudiantes y docentes en un diálogo horizontal, igualitario, respetuoso y plural. Fals-Borda contribuyó a la IAP educativa como medio para manifestar el cambio social y político, presentando la participación como inextricablemente política por naturaleza.

Los proyectos en EDC de JAAKLAC fomentan y prototipan espacios participativos para las políticas digitales. Lo logramos a través de diversas colaboraciones orientadas por un enfoque interdisciplinario y de múltiples partes interesadas. Para co diseñar y reflexionar sobre las posibilidades y limitaciones de las prácticas de EDC, nuestras actividades se basan en una “educación dialógica” freireana. Con ello se pretende posibilitar el aprendizaje entre iguales, alimentar la comprensión de perspectivas divergentes y animar a las personas a expresar sus opiniones y dar sentido a la realidad de forma colectiva. Los principales resultados se incorporan a la creación de prácticas y recursos de EDC que se comparten abiertamente en línea.

Por último, nuestra propuesta se entrelaza con los esfuerzos por renovar las definiciones de ciudadanía digital global. Los grandes monopolios tecnológicos privilegian a una élite de Estados Unidos. La legislación europea sobre la gobernanza de los datos influye cada vez más en “terceras” regiones. Nuestros dispositivos afectan al medio ambiente y a los derechos civiles en África y Asia. Debemos desarrollar competencias para que nuestras comunidades se conviertan en agentes de cambio y logren el estado de bienestar digital local e internacional que queremos.

Soledad Magnone es socióloga especializada en las intersecciones entre las tecnologías digitales, la educación y los derechos humanos, con especial atención en infancia, juventudes y los grupos minoritarios en Latinoamérica y el Caribe. Estudiante de doctorado en la Universidad de Tampere investigando las posibilidades de las prácticas en Educación Digital Crítica para la participación de docentes y estudiantes en la gobernanza de las políticas de datos basadas en la investigación-acción participativa. Profesora de FLACSO, investigadora de Plan Ceibal, European Schoolnet y Global Kids Online, MozFest Wrangler y Premio de Mozilla Creative Media Awards. Fundadora de JAAKLAC iniciativa, apoyada por la Red Con Causa, el programa Líderes 2.0 de LACNIC, Tactical Tech, Derechos Digitales y la Fundación Mozilla.

¡Educación Digital Crítica para Todes! es el tercer post de Hacia un Estado de Bienestar Consciente (Towards a Mindful Digital Welfare State), una serie que investiga los servicios estatales basados en datos, encargada por el investigador Ranjit Singh y la analista de investigación Emnet Tafesse en la iniciativa Inteligencia Artificial en el Terreno (AI on the Ground) de Data & Society, con el apoyo editorial de Seth Young.

Hasta la fecha, la serie también incluye:

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Soledad Magnone
Data & Society: Points

Uruguayan sociologist focused on intersections between education, digital tech and human rights w/special focus on children. Director of JAAKLAC initiative.