En búsqueda de un mentor
Sócrates fue un personaje incomodo en Grecia. Fue acusado y sentenciado a muerte por sus enseñanzas, las mismas que, irónicamente, le dieron el estatus y la fama de la que gozó hasta el último día de su vida. El juicio en su contra fue documentado por su pupilo más conocido, Platon, en la Apología de Sócrates. Quizás la cátedra más importante de dialéctica que dio en su vida.
El celebre filosofo moriría sin dimensionar el alcance transcendental de sus enseñanzas y la influencia que tendría en millones de personas. Es por mucho el mentor más grande que ha visto occidente.
El mundo ha cambiado mucho desde que Sócrates enseñaba en las plazas de Grecia. Muy atrás en el pasado han quedado los tiempos en que las familias viajaban desde muy lejos para confiar la educación de sus hijos a los sofistas y filósofos como Sócrates. No obstante, si algo se conserva de aquel entonces es que aún hay millones de jóvenes ávidos por aprender y crecer de la mano de un mentor.
El mundo a variado sus formas, pero, en esencia, todos buscamos ser preparados para la vida, ser capaces de resolver nuestros problemas y dirigir nuestra vida.
Quizás sea tarde para emprender un viaje a Grecia y pedirle a Sócrates que me permita ser su alumno, pero eso no quiere decir que no sea el momento perfecto para encontrar un mentor.
Estoy convencido que mis años en la universidad hubieran sido mucho más fructíferos si hubiera encontrado un mentor. Pienso que de haberlo hecho quizás ni hubiera sido necesario cursarla.
No voy a negar que tuve profesores increíbles que formaron, en buena medida, el profesional que soy ahora. Reconozco que me falto, no obstante, establecer un vinculo más cercano -podríamos decir amistad- para que alguno de ellos se hubiera convertido en un mentor. Este lo considero un factor muy necesario.
Quizás me falto más sensibilidad para encontrar alguien a quien admirar o un modelo a seguir. Agradezco lo aprendido, pero ninguno de mis catedráticos favoritos podría ser un buen mentor.
Mis primeros jefes no tenían la paciencia de mis profesores, pero si un nivel de exigencia mucho mayor. Cualquier situación que te ponga lo suficientemente incomoda te hará crecer.
Quizás el problema es que ninguno de mis jefes intentaba ser un mentor. Quería los mejores resultados de su equipo, pero no con el afán de desarrollarlos. Un mentor es alguien que crece y hace crecer.
Alguien que pueda trascender en mi vida de la misma forma en la que Sócrates lo hizo en la de Platon. Aún no he encontrado un mentor, pero sé que lo necesito para guiar mi desarrollo profesional y crecer. Estoy buscando un mentor.