No, “tu libertad” no es más importante que prevenir el COVID-19

No sé como explicarte que debes preocuparte por otras personas

Javier Lainfiesta Rosales
Datos insuficientes
3 min readAug 2, 2020

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Hombre de la tercera edad utiliza mascarilla para protegerse del COVID-19

Depositar en la responsabilidad individual la prevención del contagio del COVID-19 es bastante cínico, por no decir cruel. No obstante, las últimas medidas anunciadas por el ejecutivo, encabezado por Alejandro Giammattei, sugieren que ya no es de interés nacional la enfermedad. Parece que el Gobierno pretende que el COVID-19 ya no sea su problema, sino el de los ciudadanos.

Escuchamos los discursos del ejecutivo y del mismo Giammattei. “Debemos pasar la pagina”, “Ya perdimos mucho tiempo”, “Hay que volver a la normalidad”, “Dejen trabajar al ejecutivo en su plan de gobierno”, etc. Pero, sobre la prevención del COVID-19 todo se resume a un muy mediocre: “Cuidate y cuidarás a las personas a tu alrededor”.

Decepciona la actitud del ejecutivo, pero no sorprende. Al gobierno nunca le han preocupado sus ciudadanos. No obstante, lo que si es despreciable es la forma en la que algunas personas quieren justificar la relajación de las medidas de cuarentena.

Nos quitan la libertad”, “Si te contagias es tu problema”, “Si tu no estas de acuerdo, quedate en tu casa”, “Es tu responsabilidad tomar tus precauciones” y una larga lista de excusas. Hay una falla muy grande en esa lógica y es que el COVID-19 no funciona así.

Estadísticamente hablando, entre el 70 y 80 por cierto de toda la población mundial se va a contagiar de COVID-19. Es un juego de posibilidades, tarde o temprano tendrás que lidiar con la enfermedad.

El problema es la saturación de los servicios de salud. Mientras más personas se contagien al mismo tiempo, menos probabilidades de supervivencia tendrás si desarrollas un cuadro crítico. Un colapso en la red de hospitales públicos y privados no es algo tan descabellado si uno ve los números fríamente. Sin contar las otras emergencias médicas que podrían quedarse sin atender porque los hospitales están abarrotados.

Es muy deshonesto decir que es una cuestión de libertad. Es un pretexto que se oye bonito. Detrás del “hay que defender nuestra libertad”, lo que en verdad hay es una fuerte motivación económica.

Nos quieren libres, correcto, pero para consumir, comprar y gastar. Es por eso que los actos religiosos no pueden durar más de 30 minutos, pero puedo pasarme todo el día en el Centro Comercial si quiero.

No es que los guatemaltecos debemos “volver a la normalidad”, es que necesitan que consumamos sus productos.

El miedo no es bueno para el consumo y por lo tanto tampoco para la economía. Por eso conviene decir que todo está bien y que está en nuestras manos prevenirlo. Realmente no les importa si sobrevivimos o no, un 5% de de mortalidad es aceptable despues de todo.

Y, entonces, ¿qué propongo? Nada. No estoy en posición de proponer nada. Obviamente la discusión es mucho más compleja que lo que alcanza a cubrir este texto.

Lo único que puedo hacer es sumar el manejo del COVID-19 a la larga lista de cosas en las que ha fracasado el estado guatemalteco. Nada nuevo bajo el sol. Es el mismo país excluyente que le falla a los miles de guatemaltecos que se van de mojados a EE.UU., a los cientos de jóvenes que huyen al extranjero a estudiar para nunca más volver, a los niños y niñas que mueren de hambre, a los que matan extorsionados y a los que esperan justicia.

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Javier Lainfiesta Rosales
Datos insuficientes

Marketing Digital, Comunicación digital y periodismo. MBA-Content Strategists. Full stack marketer.