El virus del relativismo cultural
En tiempos de coronavirus la digitalización de las actividades humanas ha sido en mayor medida la responsable de la multiplicación de teorías conspirativas que ha llevado a poner de relieve la contradicción el relativismo cultural con que se alimenta.
El relativismo cultural es hijo del romanticismo y del mito del buen salvaje de filósofos como Rousseau y consiste en declarar todo el conocimiento occidental como inválido debido al rechazo del dominio y las prácticas colonialistas occidentales. No defiendo lo último, pero esto no hace el conocimiento y la ciencia algo perverso y por ello inválido per se.
Ese relativismo cultural ha llevado, por ejemplo, a negar los beneficios de las vacunas a tal punto que pone en peligro la salud de millones con el regreso de enfermedades como el saranpión. Y aunque paradógicamente la actual pandemia nos lleva a concluir su necesidad, todavía hay resistencia de esos grupos antivacunas, como se les llama. Problemas como este parecen menores, pero es prueba de que el miedo irracional a la ciencia por ser objetiva (!), pone en peligro no solamente la vida propia sino la de otros.
La antropóloga Margarita Serje (2002) aporta un enfoque interesante sobre la construcción social del conocimiento y de la cultura que conforma nuestros valores y atributos. La cultura es un constructo social, pero también es de cierta manera determinado por otras fuerzas como la biología explicada por la ciencia, que ella niega o rechaza. La Dra. Serje cae en su propia interpretación subjetiva (!) al afirmar que no existe una naturaleza humana independiente de la cultura.
Aceptar el hecho que hay un efecto de sesgo como observador o que no existe una Cultura, así en mayúscula, objetiva u objetivizable completamente, no lleva a aceptar que no existe una naturaleza humana intemporal evolutiva y que se relaciona con la cultura, de manera complementaria — y no opuesta al mismo tiempo.
La contradicción nace cuando se presenta la construcción del conocimiento socialmente no objetivo, pero se quiere explicar en contra de esa misma noción desde un punto de vista que busca explicar, generalizar y adecuar los fenómenos sociales a una teoría. El problema que veo es cuando esa teoría que busca explicar y generalizar desde la subjetividad rechaza ese conocimiento acumulado y termina llevando por ejemplo a usar dióxido de cloro, un desinfectante, para tratar el COVID-19.
Bibliografía
Serje, M(2002). Cultura. En M. Serje, M. Suaza y R. Pineda (eds.), Palabras para desarmar: una mirada crítica al vocabulario del reconocimiento cultural (pp. 255–264). Bogotá: Ministerio de Cultura, Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).
