Hacia mediados de los años 90 del siglo XX Olympus sacó al mercado una cámara compacta que acabó siendo una de las más apreciadas por los conocedores de la época. Se trataba de la Olympus mju-II. Con un tamaño muy ajustado, difícil de hacer más pequeña, esta cámara para película perforada de 35 mm llevaba un excelente objetivo, un 35/2,8, que la hacía ideal para reportaje. Además gozaba de protección contra el polvo y las salpicaduras. No era sumergible, pero te la podías llevar a la playa, o llevarla en el interior del anorak cuando subías a esquiar, sin miedo a que dejase de funcionar. Yo por aquel entonces llevaba como compacta una Minox 35 ML, pero aunque muy divertida de usar y eficaz, era mucho más delicada de manejo. Así que me hice con una mju-II, y las alternaba según las circunstancias de la jornada.
En el pasado viaje a Nueva York, como ya conté, me la llevé con película Ilford FP4+ de 125 ISO. La usé sin ningún problema. Sin embargo, para las fiestas del Pilar de Zaragoza, le puse un carrete de Portra 400, y aquí empezó a dar guerra.
Recientemente me la he llevado a un viaje en el día a Barcelona, el mismo problema ha aparecido en algunos fotogramas. De todos modos, el carrete de este viaje, un Ilford Delta 400, está muy dañado ya que en el momento de cargar el carrete de el tambor de revelado, hubo un accidente, y se veló en parte. Os dejo algunos ejemplos de ese carrete.