Fondo Mundial. 11.700 millones de dólares no son suficientes

Hoy terminaba la campaña Born HIV Free (Nacidos sin VIH). Hoy se celebraba en la sede de Naciones Unidas la Conferencia en la que los países del mundo determinarían qué cantidad de dinero aportarían al Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria. Y esa cantidad ha sido de 11.700 millones de dólares, para los próximos 3 años.

He podido seguir la última parte de la conferencia de prensa en UN Media, y he encontrado noticias con cuentagotas, a través de la web del Fondo Mundial y sobre todo de Twitter. Y no puedo evitar sentir tristeza. Esperaré hasta mañana para acceder a más información, conocer los detalles y todo eso, pero hoy no me puedo ir a la cama sin comentar algunas cosas.

11.700 millones de dólares es más de lo que se ha donado en las Conferencias anteriores, y supone un ligero incremento. Esto, en términos absolutos, es una muy buena noticia para millones de personas. Sin embargo, los números hay que entenderlos en su contexto, en términos relativos, y es ahí donde escuece. El Fondo Mundial se planteó tres posibles situaciones:

• La principal era conseguir 17.000 millones, lo que permitiría continuar los programas actuales, y financiar nuevos proyectos, con un incremento similar al de años anteriores. Era lo que se buscaba.
• La situación más optimista era la de alcanzar los 20.000 millones de dólares. Esto permitiría continuar los programas actuales, financiar nuevos proyectos de forma significativa, y acelerar la lucha contra el SIDA, la malaria y la tuberculosis, y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
• La situación más pesimista era la de reunir sólo 13.000 millones de dólares. Esta cantidad permitiría continuar los programas actuales, sin apenas permitir financiar nuevos proyectos. Supondría una deceleración en la financiación multilateral de la lucha contra estas enfermedades.

Dicho esto, volvemos a los 11.700 millones de dólares. Una cifra que no es suficiente. Una cifra que no permitirá avanzar con la velocidad deseada, “que obligará a tomar decisiones difíciles”, como dice Michel Kazatchkine, Director Ejecutivo del Fondo Mundial. Una cifra que suena a buscar titulares del tipo “El país X aumenta su apoyo al Fondo Mundial en la lucha contra el SIDA”, importando más las reacciones de los medios de comunicación, que las personas que siguen sufriendo VIH/SIDA, tuberculosis y malaria.

Aún no se cuánto ha aportado cada país, y tengo especial curiosidad por saber con qué cantidad ha contribuido España. Pero ahora mismo no puedo evitar pensar que no es justo. Que el Fondo Mundial trabaja bien, que ha demostrado tener un buen rendimiento y una ejemplar transparencia año tras año, y ha sido capaz de destinar el dinero de los gobiernos donantes a los programas más efectivos, en las áreas más desfavorecidas, sin intereses políticos que pudieran distorsionar los criterios de selección de programas. El Fondo Mundial ha demostrado que algunos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio sí podrían haberse logrado en 2015, de haber recibido suficientes fondos.

La campaña Born HIV Free (Nacidos sin VIH), en la que he tratado de echar una mano, ha recibido 250 millones de visitas y ha conseguido 700.000 firmas, que se han presentado en Naciones Unidas. No se cómo se evalúan estas cosas, o si era más o menos de lo que se pretendía. Pero una cosa queda clara. Si nuestros gobiernos no han cumplido con su responsabilidad, tendremos que seguir exigiéndolo.

Desde aquí un abrazo enorme a todos los que han hecho posible esta campaña, y a quienes la han apoyado. Mañana más.