Celebración del Día contra la Homofobia y la Transfobia en Cuba: Libres, más diversos
Mucho se ha andado en Cuba si de los derechos de la comunidad LGTBIQ+ se trata. Ser diferente no está mal, la gente lo sabe. Siempre nos tropezaremos con vacíos culturales, intolerancia y prejuicios. No es una tarea sencilla acabar con un lastre cultural de tan larga data. Pero poco a poco vamos avanzando, la realidad lo demuestra.
La propia directora del Cenesex, Mariela Castro espín, señala el cambio cultural, tras más de una década de trabajo sostenido. Se aprecia mayor visibilidad de la comunidad LGTBIQ+ en el discurso público. Sus derechos quedan contemplados en documentos tan centrales como la Constitución de la República de Cuba, desde el repudio a cualquier forma de discriminación, entre ellas, las relacionadas con la diversidad sexual y la identidad de género.
La Carta Magna “reconoce los derechos sexuales, asume la violencia de género como desafío para el Estado, incluye los principios de equidad, igualdad y no discriminación; reconoce la diversidad familiar y el matrimonio como una institución jurídica accesible para todos”, expresó en una intervención televisiva Manuel Vázquez Seijido, subdirector de la misma institución. Estos elementos –dijo– son muestra de una voluntad política que es resultado de un proceso de educación.
El nuevo proyecto de Código de Familias, aún pendiente de aprobación, propone avances como el matrimonio igualitario, la adopción homoparental y el acceso de las técnicas de reproducción asistida de las personas LGBTIQ+, entre otros. En donde hay amor, hay una familia, reza el espíritu de la propuesta.
Quedan numerosos desafíos que afrontar, a nadie le quepa duda. Ninguna barrera le gana a la cultural.
En nuestra Cuba, diversa, libre, todos somos diferentes. Es más, tenemos el derecho de serlo.
