El arte de pretender

Ximena Iñigo
De uno en uno
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4 min readMay 8, 2018
imagen por Max Rompo

Esta vez quiero dedicar esta publicación a la experiencia o más bien la falta de ella. Para esto que mejor que comenzar con la definición de diccionario: Experiencia- conocimiento de algo, o habilidad para ello, que se adquiere al haberlo realizado, vivido, sentido o sufrido una o más veces.

Al parecer la falta de experiencia es uno de los obstáculos más grandes con los que nos encontramos muchos de nosotros en nuestros caminos profesionales. Probablemente no sea algo que tengamos tan presente al inicio, pero sin duda es un tema que va tomando relevancia conforme vamos avanzando, a tal punto de detenernos y a veces hasta hacernos retroceder por el miedo de no contar con la experiencia suficiente.

Hoy en día tengo la oportunidad de poder dirigir una empresa “startup” de tecnología y tener contacto con un par más. Estas empresas que comienzan con una buena idea y que muchas veces pretenden disrumpir alguna industria, suelen atraer talento joven con muchas ganas y energía, pero no necesariamente con toda la experiencia del mundo. De manera lógica los retos van creciendo y estos jóvenes de pronto se encuentran al frente de empresas exitosas, proyectos complejos, equipos más grandes y robustos y de retos a nivel global. Al momento de platicar con muchos de estos jóvenes me doy cuenta de que no hay uno solo que no haya dicho o haya pensado alguna de estas frases: “Creo que no estoy list@”, “Creo que hay gente mucho más preparada y capaz que yo”, “No se que vieron en mi para confiarme esta responsabilidad”, “Que tal si la riego”, bla bla bla.

Ni yo misma me escapo de haber malabareado muchas de estas frases en mi cabeza y en muy diferentes momentos de mi carrera, pero hoy habiendo generado más experiencia no podría estar más de acuerdo con una frase del gran Muhamed Ali: “Para ser un gran campeón, tienes que creer que eres el mejor. Si no lo eres, haz como si lo fueras”.

Ahora la pregunta es ¿Cómo le hago? Si aún no soy un campeón, ¿cómo pretendo ser uno? La mejor forma de comenzar es sin duda convenciéndonos a nosotros mismos de que este es nuestro objetivo y nuestro propósito. Sí, se dice fácil pero nos vamos a enfrentar a nuestro peor enemigo, nuestra mente. Todos conocemos el poder de la mente y como esta puede influir en nuestro comportamiento y por ende el comportamiento puede alterar los resultados.

Para comenzar con el entrenamiento de tu mente comienza por tu cuerpo.

Y tu primera entrenadora debe de ser Amy Cuddy. Ella es una psicóloga especializada en comportamiento humano y estereotipos, profesora de varios cursos en la universidad Harvard sobre poder, influencia y negociación. Tiene una plática en línea en TED “El lenguaje corporal moldea nuestra identidad”, donde podrás encontrar las primeras herramientas que necesitas para dominar tu mente y convertirte en un campeón.

En un pequeño resumen, el mensaje de Cuddy es simple. Nuestro lenguaje corporal gobierna como pensamos y sentimos acerca de nosotros mismos, y por ello la forma de manejar nuestro cuerpo puede tener un impacto en nuestra mente. En otras palabras, practicar y accionar en nuestro día a día poses de poder, puede hacernos sentir realmente más poderosos y proyectar esta certeza y confianza. La idea de las “poses de poder” o “power posing” provino de un estudio que Amy realizó mientras estaba en la Universidad de Harvard, donde un grupo de participantes realizaba poses de poder (postura expansiva) y otro grupo realizaba poses de baja potencia (inclinándose hacia adentro, con las piernas cruzadas) durante dos minutos. En este estudio se descubrió que aquellos que se sentaban en la posición de alto poder se sentían más poderosos y se desempeñaban mejor en entrevistas o juntas de trabajo, en comparación con quienes realizaron las poses de baja potencia. El segundo hallazgo fue que la forma en la que posas realmente cambia la química de tu cuerpo, aquellos que adoptaron poses de alto poder demostraron un aumento en la testosterona y una disminución en el cortisol. Estos efectos hormonales están ligados al aumento en el sentimiento de poder.

Puede ser que no tengamos la experiencia, pero en algún momento la iremos obteniendo. ¿Por qué no fingir y convencer a nuestra mente que ya contamos con la experiencia, que sí podemos hacerlo y ponernos en acción hasta lograrlo? Claro, habrá mas de uno que diga: “Yo no, no quiero pretender. No quiero llegar y sentirme como si fuera un fraude. No quiero sentirme como un impostor”. La realidad es que la seguridad en uno mismo es algo adquirido y toma tiempo. Aún los más experimentados aprenden nuevos trucos cada día y esto nos los vuelve impostores.

Atreverse es la clave, ocúpate en conquistar tus miedos.

Un pequeño retoque puede llevar a grandes cambios. Configuren su cerebro para lograr lo mejor de la situación.

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Ximena Iñigo
De uno en uno

1. Learning, Relearning and Unlearning 2. Having lots of fun developing digital products 3.Empowering women 4. In love with music and food 5.Eternal doer