16-XII-2014
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1 min readOct 2, 2016
La vida cambia cuando uno termina del lado de los malos.
Se dilatan los minutos.
Se ensanchan las carreteras.
Se desorbitan las brújulas.
Las convicciones: nuevas dudas.
Las estrellas: difusos brillos perdidos.
Nietzsche se rie en el tejado.
Los malos parecen aliados.
Los buenos, trofeos empolvados.
¿Me estabas hablando a mí?
En el delirio
ya no importa el colirio:
no volverá la aurora a brillar.
Sin alimento, sin hambre.
Sentado ante la pared del final.