Sobre el aborto y otras cosas

Carolina Flechas
Dentro del canasto
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5 min readApr 14, 2020

Por: Melissa Barraza Gutierrez

Este articulo llegó a los buzones de Dentro del Canasto hace algún tiempo. Sin embargo, y a causa de la pandemia mundial, se retrasó un poco. Espero lo disfruten tanto como yo y aprovechen para leer algo que no sea del famoso bicho con corona. Besitos.

Vía El Espectador por Mauricio Alvarado

El 2 de marzo, la Corte Constitucional Colombiana se abstuvo de despenalizar el aborto hasta el tercer mes de embarazo, sin que haya causales de por medio. Ante este panorama recordé una frase que mi mamá siempre me ha dicho: “el niño que llora y la mamá que lo pellizca”. A las mujeres nos duele, lloramos ante los pellizcos e indiferencia de los Estados cuando no nos garantizan los derechos fundamentales. Ante la realidad del aborto (sí, porque penalizarlo no hace que las mujeres dejen de necesitarlo) hay derechos que se le debe otorgar a la mujer y no siempre nos los garantizan, como el de la salud y el de elegir.

  • Sí al Derecho a la vida, pero ¿Cómo?

Aquellas personas que están en contra del aborto argumentan que el derecho a la vida del niño no nacido es uno fundamental, entonces están de acuerdo con la penalización del aborto. Sin embargo, el código Civil en Colombia afirma que “la existencia biológica del ser humano comienza con la concepción; pero la personalidad solo se otorga a los seres que nazcan vivos”. Este artículo aclara que la existencia legal de una persona se da desde su nacimiento, y es desde dicho momento que jurídicamente se respeta el derecho a la vida.

Además, la ONU y varias ONG están de acuerdo que un niño vivo implica no solo que nazca sino también asegurarle la posibilidad de crecer y desarrollarse en un ambiente favorable, beneficiándose de servicios médicos adecuados, de una alimentación equilibrada, educación, así como de un ambiente saludable. Curiosamente, cuando se investigan los motivos para interrumpir el embarazo, las mujeres mencionan que toman la decisión pensando responsablemente en ellas y en sus hijos, teniendo en cuenta su vulnerabilidad para garantizar los derechos complementarios al de la vida.

Las personas que se llaman próvida argumentan que la vida debe ser salvada, ¡claro! Una mujer con ingresos suficientes elige responsablemente abortar en una clínica, pero las que no pueden, realizan el procedimiento en la clandestinidad, en anomia y con la salud publica dándoles la espalda. Las consecuencias de esto no son un misterio: mayor número de enfermedades y mayor riesgo de mortalidad. En un escenario de despenalización la decisión se realiza con base a un adecuado asesoramiento, y con seguridad salubre, además de contar con la entrega de métodos de planificación.

Sin embargo, seguimos en un panorama en que las más vulnerables no se les puede garantizar lo anterior. Es por eso que, la despenalización significa no solo que se considere un tema de salud pública sino también que entre al Plan Obligatorio de Salud (POS) en el régimen contributivo y subsidiado. De esta forma, la población más vulnerable, sin capacidad de pago, tiene acceso a los servicios de salud. Ante estos argumentos, los que están en contra del aborto afirman “entonces denlos en adopción” y es aquí cuando buscamos el derecho a elegir: llevar un embarazo o no; ser madre o no; abortar o no.

  • Derecho a elegir: “no deseo que las mujeres tengan más poder sobre los hombres, sino que tengan más poder sobre ellas mismas”. Mary Shelley

Vivir la vida apasionadamente, eligiendo cómo la quiero vivir y no como me toca o me impongan. Lamentablemente, hay personas que se aferran a la idea que la maternidad es un rol que debe cumplir la mujer, una sentencia, un mandato, una presión social que se encuentra por encima del libre albedrio. Recordemos que abortar o ser madre se encuentra en la esfera privada y que no corresponde considerar el embarazo como un bien público porque intervenirla afecta la libertad de las personas a elegir con base en sus necesidades. Si una persona no está obligada a donar un riñón a un hijo que podría salvarlo de la muerte, entonces la mujer es la única que decide interrumpir o no un embarazo ¿Por qué seguir permitiendo que el Estado decida sobre el útero ajeno?

Florence Thomas, escritora, columnista y feminista colombo francesa, afirma que hay que seguir trabajando “sobre los estigmas culturales que continúan en el país porque el cuerpo de las mujeres ha sido secularmente un territorio por excelencia de control, abusos, y un botín de guerra durante los 50 años de conflicto armado”. Tantos años de conflicto interno nos debió enseñar que la guerra no nos da la opción de elegir vivir la vida, pero en época de transición hacia la paz nos permite que Colombia avance hacia el respeto irrestricto al proyecto de vida de las mujeres a nivel educativo, profesional y crecimiento personal. Porque sí, olvidamos la coerción que viven las mujeres con muchos hijos y que están sumidas en absoluta pobreza, para después hipócritamente decir: “para qué tiene tantos hijos”. Es por eso que, una herramienta política y jurídica para seguir adelante es con la despenalización total del aborto pues ¡ninguna otra mujer en el país podrá ser obligada a abortar ni tampoco a ser madre si no lo desea!

Por último, mi reflexión hacia la legalización del aborto recae en la manifestación a favor de la vida con calidad, y no de la muerte ¿de qué sirve estar vivo si no puedo vivir plenamente? No justifico la enfermedad, muerte, cárcel, el enriquecimiento ilegal de las clínicas de garaje, tampoco que la religión sea la directriz en las políticas públicas de salud y educación, ni que el Estado meta su nariz en la vida privada y en el útero de las mujeres. Por esto y mucho más le digo sí al aborto.

Bonus:

Esta belleza que twiteó Amalia Granata.

CASTIGO DIVINO BITCHES.

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Carolina Flechas
Dentro del canasto

Estudiante de comunicación y futura escritora🖊 •Tengo ojeras muy pronunciadas y una taza de café en la mano ☕️( sin importar en que momento se lea esto)