¿El fin de las Telcos?

Barbara Alonso
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7 min readJan 23, 2018

Por: Pablo Álvarez y Barbara Alonso

Ilustración por Sandra García

Cuando pensamos en cómo la disrupción tecnológica ha afectado al negocio de las Telcos, inmediatamente nos viene a la cabeza cómo Whatsapp mató el negocio de los SMS, o cómo Skype ha transformado la manera en la que realizamos llamadas internacionales. Estos nuevos entrantes afectaron drásticamente a los servicios altamente dependientes de la infraestructura que en su día constituían el negocio principal de las Telcos, como los minutos o los mensajes, haciendo que su enfoque se desplazara hacia los servicios de conectividad y datos. Esto relegó a las operadoras al papel de “dumb pipes” que nos conectan con los servicios ofrecidos por otros actores.

A pesar de lo despectivo del término, ser una “tubería tonta” sigue siendo un gran negocio, y una parte importante de nuestro gasto en suministros tanto de hogares como negocios se va en conectividad. En este artículo, sin embargo, queremos hablar de otras tecnologías disruptivas que podrían terminar de borrar del mapa a las Telcos. ¿Y si el negocio de la “dumb pipe” también estuviera en juego?

Disrupción OTT

Por Disrupción OTT (Over The Top), nos referimos a todos aquellos servicios que, habilitados por tecnologías de Internet, sustituyen a los servicios de comunicación tradicionales basados en tecnologías de conmutación de circuitos, como llamadas o SMS. WhatsApp y Skype pertenecen a esta categoría, pero también redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram. Hoy en día, utilizamos una gran cantidad de servicios para comunicarnos con los demás. Estos servicios no solo sustituyen a las llamadas y a los SMS, reduciendo, por tanto, el número de veces que utilizamos los servicios básicos de las Telcos con el fin de comunicarnos, sino que también enriquecen la forma en que nos comunicamos entre nosotros. Hay que pensar, por ejemplo, en la diferencia que supuso agregar vídeo a una llamada internacional a través de Skype o Hangouts, en cómo los grupos de WhatsApp han cambiado la forma en que nos comunicamos con nuestros amigos, o incluso en cómo se puede reducir la comunicación a conceptos mínimos de interacción como los “me gusta” en redes sociales.

En esta categoría, también incluiríamos compañías que ofrecen servicios de las Telcos reutilizando su infraestructura, sin tener que implementar su propia red: los OMV (Operadores Móviles Virtuales). Un caso particularmente interesante es el de Freedom Pop, que ofrece paquetes de llamadas y datos de forma gratuita, siendo la primera “Telco” que es completamente gratis. Tienen un modelo de negocio freemium: hasta una cierta cantidad de minutos/MB todo es gratis; si vas más allá de ese límite, pagas un precio razonable. La compañía está fuertemente financiada y, aunque parece que va ganando clientes poco a poco, aún está por ver si su modelo es sostenible.

Otro ejemplo dentro de esta categoría es Project Fi, un servicio de Google que reutiliza las redes de las tres principales Telcos de Estados Unidos y más de un millón de WiFi Hotspots para crear una “red de redes” que permite que la conexión salte de una red a otra para encontrar siempre la que ofrece el mejor servicio posible en cada lugar. Además, funciona en 135 países, por lo que pagas el mismo precio por el servicio si te encuentras en cualquiera de ellos.

Ilustración por Sandra García

Peer Disruption

Por “Peer Diruption” nos referimos a los nuevos players que están entrando en el negocio tradicional de las Telcos, pero haciéndolo de manera diferente, y poniendo nerviosas a las Telcos en el proceso. Tradicionalmente, los frentes de batalla del mercado han estado en las constantes bajadas de precio frente a los competidores, por un lado, y los OMV por otro. Pero ahora estos nuevos players suponen un nuevo frente que está obligando a las Telcos a desplazar su enfoque. ¿Cuál es el siguiente movimiento?

En España, Movistar ya lleva tres lanzamientos de contenido propio: La Zona, Vergüenza y La Peste, además de tener previstas otras diez series a lo largo de 2018. Por su parte, Vodafone se ha aliado con Netflix y HBO para ofrecer contenidos junto a sus servicios. A nivel internacional, a finales del año pasado AT&T compró Time Warner, la tercera empresa de medios y entretenimiento más grande del mundo. Todos estos son ejemplos de una misma estrategia: las Telcos están poniendo foco en los contenidos.

Sin embargo, para entender este movimiento hay que ver la otra cara de la moneda. Las grandes compañías que generan contenido y lo comparten online, como Netflix, Amazon, Facebook o Google, dependen de tener una conexión cada vez más rápida, fiable y estable, por lo que están empezando a cubrir los mismos servicios que tradicionalmente pertenecían a las Telcos y a entrar también en el terreno de las infraestructuras.

El mejor ejemplo del primer caso es Google Fiber. Hasta ahora, en todos los lugares en los que han lanzado sus servicios, el negocio de la conectividad doméstica ha terminado patas arriba. Los clientes se están cambiando a Google y las Telcos se han visto obligadas a reaccionar y a ofrecer un mejor servicio para enfrentarse a este nuevo escenario.

En cuanto a las infraestructuras, Microsoft, Facebook y la telco Telxius han anunciado el lanzamiento del proyecto Marea: la instalación del cable de fibra con la mayor capacidad jamás vista que recorre el océano Atlántico. Además, Google también ha invertido en la instalación de dos cables que conectan Estados Unidos y Japón, América del Sur y otros países de Asia.

También en esta categoría hay que incluir la proliferación de WiFi Hotspots, especialmente en los núcleos urbanos más densamente poblados. Cada vez es más común que haya una red WiFi a la que poder conectarse y que, además, es completamente gratuita. Desde la perspectiva del usuario, el proceso de encontrar una red, seleccionarla y conseguir conectarse sigue generando demasiada fricción. Sin embargo, Google ha vuelto a situarse un paso por delante de las Telcos con el lanzamiento de Google Station, un conjunto de herramientas diseñadas para facilitar la creación y el mantenimiento de puntos de WiFi Hotspots públicos, que unifican la información de inicio de sesión en los distintos puntos. De esta manera, los usuarios pueden acceder a Internet desde cualquiera de estos puntos usando un único nombre de usuario y contraseña. Si esta tendencia se consolida, podría haber cada vez más personas que decidan no pagar por los servicios de las Telcos, ya que el WiFi se volvería omnipresente.

Disrupción por nuevas tecnologías

Los gigantes de la tecnología están lanzando sus propias iniciativas para llevar la conexión a Internet a aquellas partes del mundo en las que las Telcos aún no han implementado su infraestructura. Casos como el Proyecto Loon de Google X, que proporciona acceso a Internet lanzando globos a la estratosfera que se comunican entre sí para proporcionar la mejor cobertura posible; o la iniciativa de Internet.org de Facebook, que usa drones para brindar conectividad a través de tecnologías de comunicación óptica, nos hacen imaginar un futuro en el que haya maneras alternativas a las Telcos para conectarse a Internet.

Estos proyectos van más allá de ser meros pilotos, están empezando a ser implementados: los globos del Proyecto Loon ya se han usado en Perú de la mano de Telefónica, después de las inundaciones de principios de 2017, y hace pocos meses Google consiguió la autorización para empezar a lanzarlos en Puerto Rico para proveer de conexión a los puertorriqueños, después de que más del 90% de la isla se quedase sin cobertura tras el desastre causado por los huracanes Irma y María. Sin embargo, queda por verse si estas iniciativas podrían dañar a las Telcos en lugares donde sus servicios ya están afianzados.

¿Y qué hay de SpaceX? Musk y su equipo están reduciendo drásticamente el coste del lanzamiento de satélites al espacio y siguen trabajando para que se cumpla el objetivo de llevar a humanos a Marte en 2030. Si consiguen esta hazaña (y en sus planes se incluye proporcionar acceso a Internet en Marte), ¿por qué no podrían ofrecer cobertura via satélite para todo el planeta?

Disrupción desconocida

Hasta aquí llegan las amenazas conocidas, pero por si fuera poco siempre está la posibilidad de que surja algo nuevo y sin precedentes. Hace un tiempo, nuestro amigo y Sr. Fellow de Designit César Astudillo, nos contó una historia de ciencia ficción sobre una red sin estaciones base que se crea al conectar todos nuestros dispositivos entre sí, haciendo que sea innecesario acceder a las redes de las Telcos en áreas muy pobladas: algún tipo de red peer-to-peer LPWA. Puede parecer una locura, pero, de hecho, es algo que ya se ha hecho realidad. En este caso, no ha sido gracias a las grandes compañías de Silicon Valley, sino a empresas más pequeñas que están apostando por redes inalámbricas descentralizadas creadas gracias a la conexión entre los smartphones. Ya hay algunas apps que están utilizando este sistema, como FireChat o Serval, aplicaciones de chat gratuitas que funcionan sin acceso a Internet y sin cobertura gracias a la utilización de Mesh Networks.

Viendo todo esto, si fuéramos una Telco estaríamos muy atentos a cómo las tecnologías emergentes pueden afectar al core del negocio. Porque no se trata ya de rechazar el concepto de “dumb pipe” para ser relevantes de cara al usuario y huir de la comoditización. Se trata de seguir existiendo.

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