Lo colaborativo: un archipiélago de oportunidades por explorar

Oier Romillo Lartitegui
Matters
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5 min readFeb 26, 2018

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La “economía colaborativa” se encuentra hoy en la agenda de innovación de numerosas empresas atraídas por la aparición y el éxito de sus modelos de negocio. Empresas como Uber, Airbnb o Task Rabbit han establecido una nueva forma de relacionarse con sus clientes y generar valor: la colaboración.

Pero antes de lanzarse hacia la caza del tesoro que promete este modelo, convendría hacerse unas preguntas. ¿Qué significa e implica para los usuarios el término “colaborativo”? ¿Qué necesidades y expectativas se encuentran en el fondo de este modelo? ¿Qué formas y sentidos pueden tener valor para ellos más allá del modelo imperante? Este artículo trata, por tanto, de cartografiar un pequeño territorio que de luz a los motivos por los cuales una empresa querría explorar esta nueva forma de crear valor para sus clientes.

Bienvenidos a SharingLand

SharingLand es un archipiélago de islas que, si bien están comunicadas, destacan cada una de ellas por cómo sus habitantes ven posibilidades en lo colaborativo y entienden el valor que les aporta.

Ventajalia

“La unión hace la fuerza”

Los habitantes de Ventajalia son personas muy diversas y que no guardan mucho en común unas de otras salvo que están convencidas de que, si se juntan, podrán tener acceso a nuevos recursos y mejores condiciones de vida.

La aparición de nuevas tecnologías que rompen las fronteras del tiempo y del contexto, unido a la aceptación y la penetración en la sociedad de herramientas de gran tinte social como Whatsapp o Facebook, han generado en los usuarios nuevas expectativas y la sensación de que a través de la agrupación pueden sacar mayor provecho: mejores condiciones económicas, productos o servicios a mejor precio, procesos más ágiles, desintermediados o menos burocratizados.

Un ejemplo lo encontramos en “Puddle”, donde diferentes personas forman grupos aportando pequeñas cantidades de dinero a un fondo común para dar respuesta posibles necesidades de financiación que puedan ocurrir a sus integrantes generando al mismo tiempo intereses y rentabilidad para todos ellos.

Explorar esta isla puede ayudar a una organización a lograr un modelo de costes más eficiente, mejorar las condiciones de acceso al producto o servicio, o incluso transformar su modelo comercial y logístico.

Idealia

“Es tan importante el fin como los medios”

Los nativos de esta isla buscan cambiar y transformar las cosas. Para ellos lo colaborativo es la vía para dar con un nuevo modelo de vida alternativo más sostenible y, como no podría ser de otra manera, solidario.

Existe una gran tendencia y concienciación en la sociedad en torno a soluciones que ofrecen alternativas al modelo de consumo actual. Buscamos tener menos ataduras y compromisos, damos menos valor a la propiedad de las cosas y nos atraen productos y servicios one-shot al mismo tiempo que exprimimos al máximo el valor de las cosas (p.ej el auge del mercado de segunda mano).

Un ejemplo muy conocido es “Bla Bla Car” que permite conectar a personas que quieren viajar a un destino común compartiendo coche.

Explorar esta isla puede ayudar a una organización a construir nuevos valores de marca y explorar nuevos mercados que tengan que ver con lo social.

Comunalia

“Nunca caminarás solo”

Si algo identifica a los habitantes de Comunalia es que están muy unidos, comparten muchas cosas en común y se apoyan mucho los unos a otros. ¡Podríamos decir que es una comunidad!

De un tiempo a esta parte, se está evidenciando cada vez más en los ciudadanos la necesidad de estar conectados con su entorno. Por un lado, se da la necesidad de conectar emocionalmente, ideológicamente, etc. con personas afines y compartir con ellas experiencias, opiniones sintiéndose parte de un colectivo pero, por otro lado, se da también la necesidad de entender mejor la relación que se mantiene con el entorno más cercano (familia, vecinos, conciudadanos, etc.) que paradójicamente parece cada vez más lejano. Son dos caras de la misma moneda y aunque su propósito sea bien diferente comparten la búsqueda por construir lazos en común.

Un ejemplo claro sería “Personasque”, una compañía que ayuda a gestionar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente gracias a, entre otras cosas, una plataforma que conecta a los usuarios y familiares para conversar, debatir y apoyarse mutuamente en el proceso.

Explorar esta isla ayudaría a una organización a obtener un sólido motor de crecimiento de negocio como es la comunidad y una mayor adhesión a su producto o servicio.

Individualia

“Los dos sabemos lo que queremos, ¿Por qué no nos ayudamos mutuamente?”

Individualia es un isla peculiar dentro del archipiélago SharingLands ya que sus habitantes no buscan auto-organizarse ni formar parte de un colectivo como las otras islas. Prima el individualismo pero cuando se producen intercambios de bienes o servicios buscan que esa relación se sustente en la colaboración.

Los usuarios ya no buscan únicamente una experiencia memorable cuando se relacionan con las marcas sino también un modelo de relación más cercano, centrado en la compartición, la apertura y la confianza entre las dos partes y que trascienda hacia el descubrimiento de nuevos aspectos de uno mismo. Los clientes pasan a ser parte activa en la relación con la marca y la producción de su oferta.

Por ejemplo, la compañía “Abstract”, ofrece a los clientes generar el estampado de la ropa a través de sus propias historias personales. La expresión facial recogida por la webcam unido a un breve texto escrito por el cliente contando quién es, cómo se encuentra o aquello que quiere trasmitir generan gracias a un programa web estampados únicos.

Explorar esta isla puede ayudar a las organizaciones a recoger más información y datos del cliente, construir un nuevo modelo de relación con el cliente próximo al prosumer y personalizar sus productos o servicios.

Un archipiélago lleno de aventuras

La “economía colaborativa” ha traído al mercado nuevas formas de crear valor para nuestros clientes. Pero como ya hemos visto, antes convendría detenerse y preguntarse: ¿Tiene realmente sentido replicar ese modelo tan concreto de “economía colaborativa”? ¿Qué sentido puede tener “lo colaborativo” para mis clientes?

Por supuesto estas no son las únicas preguntas que hacerse. Al fin y al cabo, tan sólo hemos navegado brevemente por el este archipiélago. Hay muchos debates abiertos en torno a este modelo: ¿Es realmente economía social o una nueva forma aparentemente amable del capitalismo más feroz? ¿Deben las empresas explorar este tipo de modelos de negocio para seguir siendo competitivas en el futuro? ¿Son compatibles estos modelos con la regulación y legislación actuales?

¡Te espero en la siguiente expedición a SharingLand!

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