¿Cómo lograr un aislamiento productivo en mi equipo de trabajo?

Ycuartasj
BLOG DE TECNOLOGÍA DE DEVCO
4 min readApr 30, 2020

Al encontrarnos en esta situación de cuarentena, muchas empresas han migrado a realizar su trabajo de forma remota o también llamado teletrabajo.

El trabajo remoto a pesar de ser muy beneficioso, en algunos aspectos como no perder horas en trasladarnos puesto que ya no debemos desplazarnos a nuestros lugares de trabajo, también tiene una parte negativa, dado que nuestra mente puede traducir que ya no hay tiempo ni espacio. Ante esta visión del trabajo remoto, muchas personas tienen la percepción del incremento de horas de trabajo, el acceso ilimitado a Internet y el aislamiento que te obliga a permanecer en casa han provocado que las jornadas de trabajo se vuelvan interminables y que resulte muy complicado (o imposible) desconectar de ello.

Son muchas personas que han caído en la tentación de la sobrecompensación, situación que hace que se quiera acabar con todas tus tareas en un solo día. Por ello es importante ser conscientes de que tenemos que dosificar las tareas, puesto que una de las mejores maneras para sobrellevar esta situación es establecer rutinas adecuadas, evitando la sensación de infinitización, de no saber si es lunes o martes, de si son las cuatro o son las ocho”

Si eres de las personas que les cuesta desconectarse desde que realizas trabajo remoto, es muy importante establecer desde hoy mismo una disciplina horaria, y plantearse un horario en el que estén claramente diferenciados los tiempos de trabajo de las de tareas domésticas y de los de ocio e, incluso, reservar un poco de tiempo al ocio individual si vives con más miembros de tu familia, porque en esta situación de confinamiento también necesitas tiempo para ti mismo.

Para lograr un aislamiento productivo en tu equipo de trabajo, es importante entender que cuando vivimos situaciones ajenas a nuestra voluntad y que resulta difícil cambiarlas, es relevante sacar el máximo provecho a los acontecimientos. Por ello la clave para conseguir desarrollar un teletrabajo efectivo consiste principalmente en combinar el trabajo propiamente dicho con una serie de factores para hacerlo más productivo:

Lo primero: ducharse y vestirse: Aunque parece obvio, no es descabellado recordarlo a nuestros colaboradores, dado que es la pauta de arranque para que sepan qué están trabajando aunque estén en casa.

Establecer un espacio de trabajo específico: Dedicar un espacio que sea ergonómico, cómodo y productivo es recomendable, y más aún si se ubica hacia una ventana para obtener luz natural, y contar con la iluminación adecuada.

Minimizar las distracciones en las reuniones. Es inevitable que se escuche un poco de ruido de fondo. Incluso con las puertas cerradas, la mejor manera de evitar que los ruidos distraigan a otros en la llamada es silenciarse cuando no se está hablando.

Organizarse programando la jornada laboral: se recomienda mantener el mismo horario como cuándo se va a la oficina, administrando tareas, y adaptándolas en la medida de lo posible de acuerdo a los ritmos de productividad.

Respetar los descansos haciendo pequeñas pausas: es importante recomendar realizar pausas activas, para estirar las piernas y descansar la mente, también se recomienda organizar una parada para almorzar o merendar.

Mantener la misma rutina: Por ejemplo, a la hora de comer, poner la mesa, sentarse, dejar el ordenador y el móvil alejado. Separar las tareas domésticas de las laborales

Crear una pequeña rutina de actividad física: Dedicar un tiempo cada día para ejercitarse.

Cerrar la oficina virtual al terminar la jornada: Es muy importante apagar el ordenador, una vez terminada la jornada laboral, para evitar mirar emails de última hora. Dentro de lo posible, hay que aplazar los asuntos que no sean urgentes para el día siguiente. Para ello, desactivar las notificaciones de las aplicaciones de email y mensajería interna es de gran ayuda. Apagar el teléfono al menos dos horas antes de ir a dormir y no encenderlo hasta el día siguiente.

Desconectar a partir de una hora especifica (6 de la tarde) para reducir focos de ansiedad y calmar la sobresaturación de información que se recibe en el día a día y mantiene al cerebro demasiado ocupado. A partir de esa hora debería ser prioritario dedicar nuestro tiempo a comunicarnos con nuestros familiares y amigos, cocinar, leer, ver una película o serie, en definitiva, evadirnos.

Es fundamental retirar del dormitorio cualquier dispositivo que pueda recibir notificaciones, emails o mensajes y recuperar el aparato despertador tradicional o activar el modo avión.

Mantener el horario de sueño: Realmente, esto es útil tanto para trabajar desde casa como cuando se va a la oficina, respetar los ciclos de sueño son vitales para el rendimiento.

Ir a la cama es un ritual: hay que ordenar los hábitos de descanso, es importante llevar a cabo una rutina de relajación antes de acostarse. Según los expertos en bienestar, es recomendable suavizar la iluminación con velas o luces indirectas, darse una ducha caliente antes de dormir y tratar de cenar temprano y ligero para favorecer el sueño.

Escrito por: Silvia Juliana Castro Psicóloga Clínica

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