Macerando Ideas: Cómo controlar los impulsos y priorizar ideas

Camilo Castro
2 min readMay 29, 2019

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El kilo de ideas está a 1 peso el millón. ¿Cómo podemos lograr de que nuestra idea se convierta en realidad? o por lo menos obtener una experiencia positiva.

¿Quieres aprender un nuevo lenguaje de Programación?, ¿Comenzar un nuevo pasatiempo?, ¿Inventar un nuevo framework de Javascript?, ¿U otra idea loca?

Perfecto, el concepto está en tu mente y existe una motivación para comenzar. Pero antes de que lleves todas tus fuerzas a realizarlo, dale un proceso de maceración.

¿Qué es la Maceración?

Es una técnica normalmente usada en los artes culinarios para extraer los sabores de un elemento. Normalmente usando agua u otro líquido que permita separar el sólido de sus propiedades y sabores.

¿Cómo macerar ideas?

Simplemente si quieres realizar algún proyecto personal o aprender alguna nueva habilidad o tecnología, emprender un negocio o simplemente una idea que quieras ver realizada. Debes escribir.

Escribe en un cuaderno, hoja, blog o similar los detalles de la idea. Con dibujos a mano alzada si es posible. Trata de usar lápiz y no mecanografiar ya que usando la mano se sueltan mucho mejor las palabras.

Detalla lo que quieres hacer y los pasos a seguir. Procurando tener la mayor claridad posible sobre los detalles de la idea. Los pro y los contra de realizarlo. Los riesgos asociados, la inversión de tiempo y dinero necesarios. Quienes te pueden ayudar, que debes conocer para poder lograrlo.

Cuando sientas que ya esta clara la idea y todas sus aristas (normalmente este proceso puede tardar una hora o más, depende de la idea). Entonces guárdala.

Comienza ahora el proceso de maceración. Guarda el papel por lo menos un mes y luego de ese tiempo revisita la idea. Quizás ya no es tan buena como parecía o se te ocurrió una nueva forma más simple de resolver el problema.

Si luego del tiempo de maceración la idea todavía te parece relevante y digna de tu tiempo, pues comienza la acción. Ejecuta los pasos y dale toda tu energía para que esta idea vea la luz.

Mi tío tenía un refrán que decía. “Con mucha paciencia, hasta la hormiga pudo comerse a un elefante”.

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