Carlos Alzugaray: Sí, se puede ser antiimperialista y apoyar la normalización de relaciones a la vez

Yisell Rodríguez Milán
Diabluras digitales
3 min readMar 17, 2016

Fuente del texto: Muro en Facebook de Carlos Alzugaray, Doctor en Ciencias Históricas y Miembro del Consejo de Redacción en Revista Temas.

Escribe Harold Cárdenas Lema en El Toque: “Para los sectores de izquierda este nuevo contexto implica muchos desafíos. ¿Se puede ser antiimperialista y apoyar la normalización de relaciones a la vez? ¿Recibir a Obama significa alguna concesión de principios? Hay muchas preguntas sin responder.

“En los últimos días un extenso editorial del periódico Granma vino a suplir la ausencia de información sobre la posición gubernamental al respecto. Aún así queda sin responder una pregunta mayor en este nuevo contexto: ¿cuál debe ser la postura ciudadana? Suponer que los cubanos son sujetos acrílicos repetidores de posturas oficiales sería un error, asignarles un rol pasivo también en este nuevo escenario sería un suicidio. No se puede construir el socialismo sobre las bases del apoliticismo o el desentendimiento con la realidad.”

Harold, para mí la respuesta es muy clara:

Sí, se puede ser antiimperialista y apoyar la normalización de relaciones a la vez. Como se puede admirar al pueblo norteamericano, a Lincoln, a Martin Luther King o a Lucius Walker y rechazar la forma en que el gobierno de Estados Unidos ha castigado al pueblo cubano.

Muchos cubanos antes que nosotros admiraron a Estados Unidos, incluso a algunos principios de su modelo de gobierno, pero se opusieron a la dominación de nuestro país.

La mejor postura ciudadana es decirle muy claro a Obama que lo admiramos por su valentía en el caso de Cuba y su osadía en cambiar la política pero alertarle que no se crea que vamos a aceptar algunos aspectos de su discurso. Yo espero que sus asesores y él redacten con mucho cuidado lo que va a decir.

Para Obama y para el gobierno norteamericano en la visita hay dos aspectos.

Primero las conversaciones con nuestro gobierno tratando de hacer avanzar su agenda diplomática sobre la base de intereses legítimos compartidos y respetando nuestra soberanía.

Segundo, un ejercicio de diplomacia pública dirigida a nosotros. Lo escucharemos con respeto.

Sacaremos nuestras propias conclusiones. Si dice, por ejemplo, que los principios políticos de su país son la tolerancia con opiniones distintas y la libertad de expresión, no hay que ponerse bravo. Yo puedo suscribir eso también. Pero que no venga en actitud de juez y fiscal de nuestro sistema político y económico, a presentarnos como un sistema ilegítimo sobre el cuál Estados Unidos puede opinar libremente.

Lamentablemente, los cubanos, como dicen que decía Máximo Gómez, o nos pasamos o nos quedamos cortos. Tenemos que aprender a escucharlos, siempre que no nos vengan a sermonear como si Estados Unidos fuera perfecto y nosotros poco menos que el diablo. Nuestra democracia, con sus virtudes y defectos, está en construcción, como la de ellos lo ha estado también.

EUA es un país en el que hace 50 años los negros no tenían derechos civiles. Esta misma semana un conocido político norteamericano decía que ellos tienen democracia para elegir a su presidente, pero que la nominación de los candidatos por los partidos no es nada democrática. Por tanto, no nos pueden dar lecciones.

Lamento no haber sido profesor tuyo pero en mis clases siempre traté de presentar una imagen balanceada de Estados Unidos. Hasta John F. Kennedy, que fue el autor de muchos actos muy hostiles contra Cuba, tuvo virtudes.

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