Yisell Rodríguez Milán
Diabluras digitales
3 min readOct 30, 2015

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¿Qué ganan las empresas de #Cuba permitiendo a sus empleados el acceso a redes sociales? (Parte 2)

“Sabemos las ganancias, pero es difícil explicárselas”, me dicen

Y yo, que entro fácil en “modo alfabetizadora” para darle algún uso a mi corta experiencia, empiezo diciéndoles que a pesar de las reticencias de algunos empresarios del mundo en cuanto al uso de redes sociales en los centros laborales… ya el universo profesional no “camina” sin ellas.
[Lea la primera parte de este artículo]
Para empezar, se ha comprendido que proyectar una imagen positiva de las entidades con sus productos y servicios, acerca a potenciales clientes y permite el perfeccionamiento de la atención a los mismos si se tienen en cuenta los mecanismos de retroalimentación.
¿Pero cómo se benefician, en concreto, las empresas e instituciones cubanas al permitir a sus empleados el acceso a redes sociales?
-Obteniendo profesionales capacitados para operar este tipo de tecnología, que sirve no solo para chatear con los amigos sino para establecer contactos profesionales. Nuestros contactos en las distintas redes nos proporcionan información de valor que, de otra manera, tardaríamos días en encontrar.
-Mejorando la reputación de sus empleados, lo que a su vez repercute en un mejor rendimiento e imagen online de la organización.
-Los directores pueden utilizar las redes sociales para establecer y mejorar el diálogo bidireccional y horizontal con el resto de los trabajadores.
-Si existe una cultura empresarial en la que los trabajadores se sientan integrados y partícipes de los éxitos, es posible que trasladen estos a su vida digital de forma espontánea, con lo cual darían una fuerza invalorable a la empresa. Así, no solo se convertirán en trabajadores más motivados, sino que serán defensores de la organización y los mejores consejeros de los productos que fabrican y servicios que ofrecen.
-Si se generan comentarios y publicaciones con contenido relevante se fortalecerá el vínculo con los clientes y proveedores.

Imaginemos una empresa con una red de sus mejores expertos, a quienes los usuarios pueden consultar directamente o a través de las páginas institucionales. O con una lista de personas que han trabajado anteriormente para su empresa y certifican la profesionalidad de la misma.
Igualmente, pueden crearse “comunidades de intereses” (o sea, grupos) donde los profesionales posteen las dudas más recurrentes con sus respuestas.
Ahora, el pollo del arroz con pollo para los directivos es ¿cómo frenar futuros los problemas éticos? ¿Cómo evitar que un trabajador enojado, o ingenuo, postee contenidos que dañen a la empresa?
Para eso, me parece, lo mejor es NO esperar a ver qué sucede y SÍ tomar precauciones teniendo en cuenta cuatro ideas básicas de la comunicación digital:
1) Todo empleado tiene una vida fuera del trabajo y esta NO tiene por qué encajar con la imagen que su centro de trabajo quiere mostrar.
2) Las redes sociales se usan para difundir la forma en que queremos que los demás nos vean y por eso publicamos fotos, videos y comentarios personales, que no estamos obligados a que relacionar con la filosofía de la empresa.
3) No se puede obligar a un trabajador a que cierre sus perfiles sociales, ni ninguna empresa tiene derecho a diseñar una estrategia social basada en la vida digital de sus empleados.
4) Recuerde que los empleados siempre van a hablar del sitio donde trabajan, ya sea conectándose en la oficina o fuera de ella.

Algunas prácticas aplicadas en empresas e instituciones de diferentes regiones del mundo son:
-La capacitación en redes sociales. Este puede ser un procedimiento útil, pues ayuda a eliminar las dudas sobre lo que pueden y no pueden decir sobre la empresa en estos espacios así como a establecer cuando un información es pública o confidencial. Prohibir por prohibir nunca a traído buenas consecuencias.
-La adopción de códigos de conducta es otra acción muy puesta en práctica, aunque se recomienda que los mismos no limiten las actividades creativas de los empleados sino que favorezcan una cultura fomentadora del acceso y la interacción.
-Se recomienda animar a los empleados que habitualmente utilizan las redes sociales en sus trabajos a comentar las publicaciones de la empresa y, de ser posibles, a participar como gestores de la cuenta institucional.
Otra buena estrategia es dar seguimiento a las nuevas ideas que fluyan de la participación en torno a las redes sociales para potenciar la productividad a partir de estos ambientes de trabajo en red.

Y ya. Hasta aquí por hoy.

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