Los extranjeros que decidieron ser dominicanos

El Ministerio de Interior reporta que entre 2005–2015 un total de 6,566 personas de más de 85 países se naturalizaron como dominicanos. Diario Libre presenta 12 historias de igual número de extranjeros que recuerdan por qué tomaron esta decisión que repercute en su identidad.

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Por MARIELA MEJÍA | Fotos, vídeos y edición por MARVIN DEL CID, MARIELA MEJÍA, ROMEL CUEVAS y BAYOAN FREITES

Un país de contrastes

La República Dominicana es un destino turístico que solo en 2015 recibió 5.6 millones de visitas. En un país cuyos nacionales suelen emigrar en busca de mejores condiciones de vida, hay una cantidad importante de extranjeros que, por el contrario, se radicó en el territorio y decidió optar por un estatus de peso: el de ciudadano.
La Constitución de la República y la Ley 1683 establecen que una persona puede adquirir la nacionalidad dominicana por naturalización, tras agotar un proceso que incluye una investigación de la Interpol. El Ministerio de Interior y Policía registra que entre 2005–2015 lo hicieron 6,566 personas de más de 85 países, siendo 2010 el año con más cantidad (1,092). Inclusive, muchos han votado para elegir al presidente de la República, un cargo para el que no pueden postularse.

Los más representados

El grupo más numeroso de los naturalizados entre 2005–2015 es de cubanos, seguido de estadounidenses (incluidos puertorriqueños), chinos, venezolanos y colombianos. (Para ver una lista de todos los países y la cantidad haga clic aquí).
La Constitución establece que quienes contraigan matrimonio con un(a) dominicano(a) pueden optar por la nacionalidad de su cónyuge si cumplen con los requisitos establecidos por ley. De los 6,566 naturalizados en la citada década, el 34 % lo hizo bajo esa prerrogativa, 33 % de forma ordinaria y el resto por ser hijo natural, por condición privilegiada (el presidente de la República hace esta distinción por decreto), por opción o de forma provisional. (Ver aquí los requisitos)

¿Por qué se naturalizaron?

Los cantantes Danny Rivera (Puerto Rico) y Diego El Cigala (España) están dentro del grupo que optó por naturalizarse al identificarse con el país.
Las motivaciones que llevan a los extranjeros a esta decisión son diversas. Algunos lo hacen para poder disfrutar de los mismos derechos civiles de los nativos o porque se consideran dominicanos y buscan formalizarlo; otros para dejar de someterse a la burocracia y el gasto que implica renovar la residencia, mientras que hay quienes se basan en el tema familiar.
Para conocer directamente las razones específicas, Diario Libre presenta 12 historias de igual número de personas que recuerdan por qué tomaron esta decisión que repercute en su identidad.

Zvezdana Radojkovic, Serbia

Violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional/30 años en la RD/Naturalizada en 1998

Es originaria de la antigua Yugoslavia. Cuando llegó a la República Dominicana en 1985, con fines laborales, pensó que duraría dos años y se movería a otros territorios -como Estados Unidos, por ejemplo-. Pero la historia cambió. Con su acento, Zvezdana recita el poema de Pedro Mir Hay un país en el mundo para explicar por qué se quedó, se casó con un dominicano y naturalizó. Se siente aceptada en un país en el que prepara a sus músicos como profesora del Conservatorio Nacional de Música.

Ramy Makhlouf, Líbano

Director del Club Libanés Sirio Palestino/12 años en la RD/Naturalizado entre 1980–1990

La inestabilidad generada por la guerra en su país a mitad de la década de 1970 motivó que su madre le sugiriera que optara por la nacionalidad dominicana, pues ella nació en Sánchez (Samaná) y se marchó hacía el Líbano a los dos años. Con su pasaporte dominicano sintió que se le abrieron puertas hacia la libertad. Vivió un tiempo en Suecia, pero prefiere la resiliencia de la gente de la República Dominicana. Con nostalgia, dice que no es partidario del exilio.

Chun-Yuan Hsu, Taiwán

Odontólogo y médico tradicional/21 años en la RD/Naturalizado en el 2000

Silverio es el nombre que adoptó en español. Llegó al país con 10 años por voluntad de sus padres para que aprendiera otro idioma y sobre el exterior. Su madre se naturalizó y él también. Lo hizo para evitar los costos que implican para los extranjeros la educación superior local. Contrario a lo que opinen por sus rasgos asiáticos, afirma con vehemencia que es dominicano, y se siente como un extraño cuando ha regresado a su tierra.

Víctor Nze, Nigeria

Químico y profesor de idiomas/20 años en la RD/Naturalizado en 2005

Desde el continente africano llegó a la República Dominicana en un viaje turístico con dos amigos. El país le pareció atractivo y no regresó a Nigeria. La noticia de que se quedaría no cayó bien en su familia, pero el tiempo calmó el llanto. Víctor, quien ha enseñado inglés a múltiples alumnos criollos, se identificó tanto con la cultura dominicana que se sentía un ciudadano y decidió formalizarlo naturalizándose. Sin embargo, cuando haya fallecido, su origen se impondrá.

Jorge Ulloa, Cuba

Profesor universitario e investigador/16 años en la RD/Naturalizado en 2014

Por tantos años en el país, se sentía dominicano. Jurar por la nacionalidad para él fue un formalismo que le permitió evitar los trámites de la continua renovación de la residencia. Naturalizarse le ha permitido viajar con más facilidad y votar en las elecciones del 15 de mayo de 2016, algo que no había hecho en 50 años, cuando solo era nacional del país comunista de los hermanos Castro.

Daniel Laine, Haití

Pastor adventista/20 años en la RD/Naturalizado en 2008

Cuando presenta sus documentos personales a un dominicano y notan que nació en Haití, pero tiene nacionalidad dominicana, algunos se extrañan. Él entiende que más que ser extranjero, les choca el hecho de que sea haitiano. Inclusive, se sorprende de que, a pesar de la alta migración haitiana en el país, el número de compatriotas naturalizados no sea más alto; entre 2005–2015 Interior y Policía solo registra 84. Daniel se siente bendecido al ser un ciudadano legal en toda la isla.

Arjoy Flores, Venezuela

Enfermera/7 años en la RD/Naturalizada en 2012

Arjoy lleva en su sangre la multiculturalidad, pues su madre es colombiana y su padre venezolano. Entendió que, debido a la crisis social y política en que está envuelto su país, no podría desarrollarse profesionalmente en su patria. Ella es parte del flujo migratorio de venezolanos que ha llegado a la República Dominicana en los últimos años buscando una mejor vida.

Elisabeth Buchel, Francia

Trabajadora social/43 años en la RD/Naturalizada en 1984

Emigrar a la República Dominicana y dejar París le tomó un tiempo de reflexión, pero lo hizo. Se casó con Max Puig, un político dominicano, y en la década de 1970 -cuando llegó- entendía que el país tenía potencial para desarrollarse. Aunque ese desarrollo no ha sido al paso que pensaba, Elisabeth se identifica con la patria cuya nacionalidad asumió. Y para retribuirla, desde hace 14 años trabaja en la fundación Abriendo Camino, dedicada a ayudar a niños y jóvenes marginados del barrio capitalino Villas Agrícolas.

Stefano Todde, Italia

Empleado público/4 años en la RD/Naturalizado en 2016

Aprendió a hablar español en la República Dominicana, un país que le recuerda a Cerdeña, la isla italiana de donde es oriundo. Empezó desde cero a forjar su camino, tras decidir dejar Europa para vivir en la nación de su novia. Luego de varios años, agotó un trámite que le pareció burocrático, para optar por la naturalización, pues entendía que tendría más derechos como ciudadano.

Delia Dubón, Guatemala

Empleada privada/6 años en la RD/Naturalizada en 2011

Por razones de matrimonio, terminó viviendo en la República Dominicana, la tierra de su esposo. En la iglesia de Guatemala, donde se casaron, colgaban dos banderas: la guatemalteca y la dominicana. Residió un tiempo en Punta Cana, luego en Santo Domingo y ahora en San Juan de la Maguana. Como le gusta sentirse parte del país en que reside, optó por la naturalización, y ahora es una mujer “de dos mundos”.

David Cavada, España

Cineasta/18 años en la RD/Naturalizado en 2012

Llegó a la República Dominicana desde la Madre Patria porque se casó con una dominicana; se quedó y naturalizó. Pero tiene esa disonancia de ser un ciudadano de dos países. Se ha vinculado tanto con la nación que su nombre es parte del equipo que ha trabajado en las producciones cinematográficas criollas Sanky Panky, Mi novia está de madre, Cristiano de la secreta, Lotoman 1, 2 y 3; Cinderello, Tubérculo gourmet y Tubérculo presidente, entre otras.

Yvonne Losos, Canadá

Jinete/26 años en la RD/Naturalizada en 1998

Si alguien sabe lo que es ser extranjero es ella. De nacionalidad canadiense por sus padres, nació en Nigeria, luego la familia se movió a Uganda; cuando tenía cinco años se trasladaron a Kenia y a sus 15 años se establecieron en Canadá. Finalmente en 1990 llegó a la República Dominicana por asuntos laborales. En el país se casó con un criollo y se naturalizó, una decisión que le ha permitido representar a la nación en competencias ecuestres, en las que ha ganado premios importantes.

No me llames extranjero porque haya nacido lejos, o porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo (…) No me llames extranjero, que es una palabra triste, que es una palabra helada, huele a olvido y a destierro.
Rafael Amor

Publicado originalmente en Diario Libre el 21 de septiembre de 2016.

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