Entre tu arte y mi arte…

Diseño hecho por mi; inspirado en los migrantes.

Una carrera en el ámbito del diseño no es fácil. Lo saben todos, sin embargo, no lo admiten; excepto los estudiantes de dichas carreras. Nosotros pasamos quejándonos de las largas horas de trabajo, de lo caro que son los materiales, etc. Pero cuando estaba pensando en qué sería lo más “feo” de una carrera de diseño se me ocurrió lo siguiente: la subjetividad del diseño.

Desde un inicio nos mencionan lo competitiva que es la carrera. Los golpes que nos daremos con el mundo y con nosotros mismos al encontrar críticas duras. Te meten un miedo terrible de no poder lograrlo por no ser agradado. ¿Pero es eso lo correcto? ¿Por qué temer a no ser agradado en un mundo habitado por 7 billones de personas? Es normal sentirse abrumado por estar rodeado de gente tan talentosa, pero no debemos dudar de nosotros mismos. En mi humilde opinión, no hay tal cosa como arte o diseño feo. No existe una creación fea, rara o sin sentido porque nosotros no tenemos idea de lo que pasaba por la cabeza del artista. Creo firmemente en la educación del diseño, en que seamos corregidos en cuanto a nuestras técnicas, en que nos critiquen la calidad de un producto, pero jamás el diseño. Es ahí donde digo que el diseño es subjetivo; el que lo hace lo siente, y el que lo ve no lo entiende.

Jamás había visto a Mariana tan orgullosa de un proyecto.

Estamos tan acostumbrados a criticarnos a diario, ver los diseños ajenos y pensar: “¿y éste qué se fumó?”. Estamos mal; cada quien sus ojos, cada quien sus ideas y cada quien sus opiniones. He encontrado paz en la idea de que mis diseños podrán no ser agradados o aceptados aquí, pero lo son en alguna parte de este universo. También la he encontrado pensando que yo no diseño para ser amada, si no por amor a mí. Sólo los artistas apasionados me entenderán cuando digo que es en el diseño y en el arte en los que encuentro el escape de este mundo tan jodido. Y son en esas ocasiones, en las que pongo todo mi ser, en las que no me importan las opiniones de los demás. El arte no se debe exponer siempre y eso es algo que debemos tener muy en mente.

Leslie llevó su talento a mostrarlo en Londres.

A todos los que se hayan sentido menos por ser criticados, que hayan pensado que son malos, que pudieron haber hecho un mejor trabajo y que sienten que no pertenecen a la carrera en la que están; a todos les digo que no importa qué digan o piensen, su trabajo valió la pena. Los verdaderos jueces de nuestro trabajo somos nosotros mismos.

Al trabajar tengo muy en mente la teoría de Malcolm Gladwell. El autor de “Outliers; The story of Success” comenta cómo para ser exitoso en cualquier profesión, se necesitan 10,000 horas de experiencia. Así que siempre que la pasen mal, solo piensen que están agregando horas para llegar al verdadero éxito.

Les dejo fotos de los diseños de mis amigas, no podría estar más orgullosa de ellas.

• A.T.