Alemania está construyendo silenciosamente un ejército europeo bajo su mando

Berlín está utilizando un nombre anodino para ocultar un cambio drástico en su política de defensa: integrar brigadas de países más pequeños en la Bundeswehr

Javier Villate
Diferencias
7 min readMay 23, 2017

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Foto: Sean Gallup / Getty Images

Elisabeth Braw

Cada pocos años, la idea de un ejército de la Unión Europea (UE) reaparece en las noticias, provocando cierto revuelo. El concepto es una fantasía y, al mismo tiempo, un espantajo. Por cada federalista de Bruselas que cree que Europa necesita una fuerza común de defensa para mejorar su posición en el mundo, hay quienes en Londres y otros lugares rechazan la idea de un potencial rival de la OTAN.

Pero este año, lejos de los titulares, Alemania y dos de sus aliados europeos, la República Checa y Rumania, han dado silenciosamente un paso radical hacia algo que se parece a un ejército de la UE, pero evitando los líos políticos asociados con él: anunciaron la integración de sus fuerzas armadas.

De esta forma, seguirán los pasos de dos brigadas holandesas, una de las cuales ya se ha unido a la División de las Fuerzas de Respuesta Rápida de la Bundeswehr y la otra ha sido integrada en la Primera División Acorazada de la Fuerza de Defensa Federal germana. Según Carlo Masala, profesor de política internacional en la Universidad de la Bundeswehr de Munich, “el gobierno alemán está mostrando que quiere avanzar en la integración militar europea”, aunque otros en el continente no se hayan decidido a ello todavía.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha expresado repetidamente la idea de un ejército de la UE para encontrarse haciendo el ridículo o con un incómodo silencio. Y así sigue siendo, incluso cuando Reino Unido, un eterno enemigo de la idea, está procediendo a su salida de la unión. Hay poco acuerdo entre los restantes estados miembros sobre lo que debería ser semejante fuerza militar y qué capacidades deberían ceder las fuerzas armadas nacionales. Por todo ello, el progreso ha sido lento. En marzo de este año, la UE creó un mando central conjunto, pero solo está a cargo de las misiones de entrenamiento en Somalia, Mali y la República Centroafricana, y tiene una magra dotación de 30 personas. Se han diseñado otros conceptos multinacionales, como el Grupo de Combate Nórdico, una pequeña fuerza de respuesta rápida de 2.400 efectivos formada por los estados bálticos y siete países nórdicos, Países Bajos y una Fuerza Expedicionaria Conjunta de Gran Bretaña, una “mini-OTAN” compuesta por los estados bálticos, Suecia y Finlandia. No obstante, a falta de oportunidades de despliegue adecuadas, estos proyectos podrían quedarse en nada.

Pero bajo la anodina etiqueta de Framework Nations Concept, Alemania ha estado trabajando en algo mucho más ambicioso: la creación de lo que es, esencialmente, una red de miniejércitos europeos. “La iniciativa surgió de la debilidad de la Bundeswehr”, dice Justyna Gotkowska, una analista de temas de seguridad de la Europa septentrional, miembro del Centro de Estudios Orientales de Polonia. “Los alemanes se dieron cuenta de que la Bundeswehr necesitaba llenar algunas lagunas en sus fuerzas terrestres […] con el fin de ganar influencia política y militar en el seno de la OTAN”. Una ayuda de socios menores podría ser la mejor opción de Alemania para reforzar rápidamente su ejército y unos miniejércitos dirigidos por Alemania podría ser la opción más realista si se trata de tomar en serio la seguridad conjunta. “Es un intento de evitar que la seguridad europea conjunta fracase completamente”, dijo Masala.

Hablar de “lagunas” en la Bundeswehr es un eufemismo. En 1989, el gobierno de Alemania Occidental gastó el 2,7 por ciento del PIB en defensa, pero en 2000 el gasto había caído al 1,4 por ciento, donde se ha mantenido durante años. En efecto, entre 2013 y 2016, el gasto en defensa ha sido del 1,2 por ciento, lejos del punto de referencia del 2 por ciento recomendado por la OTAN. En un informe de 2014 para el Bundestag, el parlamento germano, los inspectores generales de la Bundeswehr presentaron un cuadro lamentable: la mayoría de los helicópteros de la armada no funcionaba y de los 64 helicópteros que tenía el ejército, solo 18 eran utilizables. Además, si durante la Guerra Fría la Bundeswehr estuvo compuesto por 370.000 efectivos, el último verano solo disponía de 176.015 hombres y mujeres.

Desde entonces, la Bundeswehr ha crecido hasta los 178.000 efectivos en servicio activo. El año pasado, el gobierno aumentó la financiación un 4,2 por ciento y el gasto de este año en defensa aumentará un 8 por ciento. Pero aún así, Alemania sigue estando por detrás de Francia y Reino Unido en cuanto a poderío militar. Además, aumentar el gasto en defensa no es algo incontrovertible en Alemania, que ve con suspicacia su propia historia como potencia militar. El ministro de asuntos exteriores Sigmar Gabriel dijo recientemente que era “completamente irrealista” pensar que Alemania alcanzaría el 2 por ciento del PIB marcado por la OTAN para gastos de defensa, a pesar de que casi todos los aliados de Alemania, desde los más pequeños países europeos hasta Estados Unidos, le estén pidiendo que juegue un papel militar más destacado en el mundo.

Es posible que Alemania no tenga aún la voluntad política de expandir sus fuerzas militares a la escala que muchos esperan, pero lo que ha tenido desde 2013 es el Framework Nations Concept. La idea es compartir los recursos de Alemania con países más pequeños a cambio del uso de las tropas de estos últimos.

Para estos países más pequeños, la iniciativa es una forma de conseguir que Alemania participe más en la seguridad europea, al tiempo que se evita la delicada política de expansión militar germana. “Es un movimiento hacia una mayor independencia militar europea”, dice Masala. “Reino Unido y Francia no están dispuestos a tomar un papel dirigente en la seguridad europea”, añade. Según este analista, Reino Unido está en un momento de colisión con sus aliados de la UE, mientras que Francia, con unas considerables fuerzas armadas, ha sido a menudo reacia a participar en esfuerzos multinacionales en el marco de la OTAN. “Solo nos queda Alemania”, dice Masala. Desde el punto de vista operativo, las unidades binacionales resultantes son más desplegables porque son permanentes (la mayoría de las unidades multinacionales han sido hasta ahora ad hoc). Para los socios menores, esto también amplifica su músculo militar. Y si Alemania decidiera desplegar una unidad integrada, solo podría hacerlo con el consentimiento de su socio menor.

Ciertamente, desde 1945 Alemania ha sido extraordinariamente reacia a desplegar su ejército en el extranjero. En 1990, llegó a prohibir el despliegue de la Bundeswehr en el extranjero. Los socios menores — y los potenciales socios menores — esperan que el Framework Nations Concept obligue a Alemania a tomar una mayor responsabilidad en la seguridad europea. Hasta el momento, Alemania y sus miniejércitos multinacionales han sido solamente eso: iniciativas a pequeña escala, muy alejadas de un ejército europeo de pleno derecho. Pero es probable que la iniciativa siga adelante y crezca. Los socios de Alemania han estado promocionando los beneficios prácticos de la integración. Para Rumania y la República Checa, significa dar a sus tropas el mismo nivel de entrenamiento que el que tiene el ejército germano. Para Países Bajos, ha significado recuperar sus capacidades de infantería (los holandeses habían vendido el último de sus tanques en 2011 y la 43º Brigada Mecanizada, que está estacionada en parte, junto con la 1ª División Blindada, en la ciudad alemana de Oldenburg, conduce ahora tanques alemanes y podría utilizarlos si es deplegada con el resto del ejército holandés). El coronel Anthony Leuvering, jefe de la 43º Brigada Mecanizada estacionada en Oldenburg, me dijo que la integración apenas ha sufrido contratiempos. “La Bundeswehr tiene unos 180.000 efectivos, pero no nos tratan como inferiores”, observa. Espera que más países se suban al carro: “Muchos, muchos países quieren cooperar con la Bundeswehr”. Esta, a su vez, tiene una lista de socios menores en mente, dice Robin Allers, un profesor adjunto del Instituto Noruego de Estudios de la Defensa que ha visto la lista del ejército alemán. Según Masala, los países escandinavos — que ya utilizan una gran cantidad de equipos hechos en Alemania — serían los mejores candidatos para una próxima ronda de integración de la Bundeswehr.

Hasta ahora, el planteamiento discreto y ad hoc del Framework Nations Concept ha funcionado bien. Pocas personas en Europa se han opuesto a la integración de unidades holandesas y rumanas en las divisiones alemanas, en parte porque ni siquiera se han enterado. Lo que no está tan claro es si, en el caso de que más estados se sumen a la iniciativa, se producirán repercusiones políticas.

Al margen de la política, el verdadero test del valor del Framework Nations Concept será el éxito en combate de las unidades integradas. Pero la parte más complicada de la integración, en el campo de batalla y fuera del mismo, podría ser encontrar una lingua franca. ¿Deben los soldados aprender los idiomas de los otros? ¿O deberían los socios menores hablar alemán? El germanófono coronel holandés Leuvering ha dicho que la división binacional de Oldenburg está aprendiendo inglés.

Publicado originalmente en Germany Is Quietly Building a European Army Under Its Command, Foreign Policy, 22/05/2017

Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

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