La ‘Naksa’: Cómo ocupó Israel toda Palestina en 1967

51 años de ocupación en los territorios conquistados en la Guerra de los Seis Días y sigue sin haber visos de que esta ignominia termine

Javier Villate
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12 min readDec 2, 2018

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ZENA TAHHAN

La mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca de Jerusalén antes de 1948.
La mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca de Jerusalén antes de 1948.

Hace más de 50 años, el estado de Israel conmocionó al mundo cuando se apoderó de los restantes territorios palestinos de Cisjordania, Jerusalén Este, la Franja de Gaza, así como de los Altos del Golán sirios y la península egipcia del Sinaí, en solo seis días.

En una guerra con Egipto, Jordania y Siria, conocida como la Guerra de 1967 o la Guerra de de los Seis Días, Israel llevó a cabo lo que llegó a conocerse como la Naksa, que significa retroceso o derrota, contra los ejércitos de los países árabes vecinos y los palestinos, que perdieron todo lo que quedaba de su patria.

La Naksa fue la continuación de un acontecimiento central anterior que allanó el camino para la guerra de 1967. Diecinueve años antes, en 1948, el estado de Israel fue creado por medio de un proceso violento que implicó la limpieza étnica de Palestina.

En la guerra de 1967, Israel tomó el control de las áreas sombreadas del Sinaí egipcio, los Altos del Golán sirios y los territorios palestinos de Cisjordania, incluida Jerusalén Este y la Franja de Gaza.
En la guerra de 1967, Israel tomó el control de las áreas sombreadas del Sinaí egipcio, los Altos del Golán sirios y los territorios palestinos de Cisjordania, incluida Jerusalén Este y la Franja de Gaza.

En 1948, las fuerzas sionistas, en su misión de crear un “estado judío”, expulsaron a unos 750.000 palestinos de su tierra natal y destruyeron sus aldeas. Poco después de que Israel declarara la creación de su estado, las unidades de los ejércitos de los países árabes vecinos entraron en el territorio para luchar por la nación palestina.

La guerra de 1948 terminó con la ocupación de aproximadamente el 78 por ciento de Palestina por las fuerzas sionistas. El 22 por ciento restante cayó bajo las administraciones de Egipto y Jordania.

En 1967, Israel ocupó toda Palestina, así como territorios de Egipto y Siria. Al final de la guerra, Israel había expulsado a otros 300.000 palestinos de sus hogares, entre los que se encontraban 130.000 que ya habían sido desplazados en 1948, y conquistó un territorio que era tres veces y medio su tamaño.

¿Por qué estalló la guerra?

La narrativa de la guerra está muy polarizada, como es común en muchos acontecimientos del conflicto árabe-israelí, pero existe una serie de hechos que indudablemente condujeron al estallido de la guerra.

En primer lugar, después de la guerra de 1948 hubo frecuentes enfrentamientos en las líneas del armisticio israelí-sirio e israelí-jordano. Miles de refugiados palestinos intentaron cruzar la frontera en busca de familiares, intentando regresar a sus hogares y recuperar sus posesiones perdidas.

Se estima que, entre 1949 y 1956, las fuerzas israelíes mataron a tiros entre 2.000 y 5.000 palestinos que trataron de regresar en las circunstancias mencionadas.

En 1953, Israel cometió, en el pueblo de Qibya, la masacre de represalia más notoria en Cisjordania, donde fueron dinamitadas 45 casas y al menos 69 palestinos fueron asesinados.

Unos años más tarde, en 1956, tuvo lugar la crisis de Suez. Israel, junto con Francia y Gran Bretaña, invadió Egipto con la esperanza de derrocar al presidente Gamal Abdel Naser después de que este nacionalizara la Compañía del Canal de Suez, una empresa conjunta británica-francesa que controlaba y operaba esta estratégica vía navegable.

Los tres países se vieron obligados a retirarse y, una década después, se instaló una fuerza de paz de la ONU en la frontera entre Egipto e Israel.

A mediados de la década de 1950 y la década de 1960 se produjo el surgimiento del movimiento de los fedayín, grupos de resistencia armada palestinos que intentaron organizar ataques contra Israel.

Un año antes de la guerra, Israel asaltó la aldea cisjordana de As Samu en la operación militar más grande desde la crisis de Suez de 1956, en respuesta a una acción del grupo palestino Fatah en la que varios soldados israelíes perecieron. Las fuerzas israelíes rodearon la aldea e hicieron explotar decenas de casas. Alrededor de 18 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en el ataque.

Por otro lado, las tensiones entre Siria e Israel iban en aumento debido a desacuerdos sobre el uso del agua del río Jordán y los cultivos israelíes a lo largo de la frontera. Esto fue allanando el camino hacia la guerra.

El 13 de mayo de 1967, la Unión Soviética advirtió falsamente a Egipto que Israel estaba reuniendo sus tropas para invadir Siria. En virtud de un tratado de defensa entre Egipto y Siria firmado en 1955, los dos países estaban obligados a protegerse mutuamente en caso de un ataque a cualquiera de ellos.

Egipto ordenó la evacuación de las tropas de la ONU de Sinaí y estacionó allí las suyas. Unos días después, Naser impidió la navegación israelí en el Mar Rojo.

A fines de mayo, Egipto y Jordania firmaron un pacto de defensa mutua que colocó al ejército jordano bajo el mando de Egipto. Irak siguió su ejemplo poco después.

Si bien Israel dijo que el cierre de los estrechos por Naser fue un acto de agresión, el líder egipcio replicó que el Golfo [de Aqaba] constituye aguas territoriales egipcias y que sus decisiones estaban legalmente justificadas.
Si bien Israel dijo que el cierre de los estrechos por Naser fue un acto de agresión, el líder egipcio replicó que “el Golfo [de Aqaba] constituye aguas territoriales egipcias” y que sus decisiones estaban legalmente justificadas.

En la madrugada del 5 de junio, Israel lanzó un ataque sorpresa y destruyó la fuerza aérea egipcia cuando aún estaba en tierra, una acción que desató la guerra.

Los motivos detrás de la guerra son objeto de discusión entre varios historiadores y analistas.

Algunos creen que Israel tenía “asuntos pendientes” por no haber tomado la totalidad de Palestina en la guerra de 1948. En la víspera del ataque de 1967, el ministro israelí Yigal Alón escribió: “En una nueva guerra debemos evitar el error histórico de la Guerra de Independencia [de 1948] y no debemos dejar de luchar hasta que logremos la victoria total, la realización territorial de la Tierra de Israel”.

¿Cómo se desarrolló la guerra?

El ataque israelí contra las bases aéreas de Egipto en el Sinaí y Suez liquidó supuestamente al menos el 90 por ciento de la fuerza aérea egipcia y dictó el curso de la guerra. Las fuerzas terrestres israelíes procedieron a invadir la Franja de Gaza y la Península del Sinaí el mismo día.

Aviones de guerra egipcios yacen destruidos en la pista después de un ataque de la fuerza aérea israelí el 5 de junio de 1967 contra los aeródromos egipcios al comienzo de la Guerra de los Seis Días. (Foto: Getty Images)
Aviones de guerra egipcios yacen destruidos en la pista después de un ataque de la fuerza aérea israelí el 5 de junio de 1967 contra los aeródromos egipcios al comienzo de la Guerra de los Seis Días. (Foto: Getty Images)

Israel también atacó los aeródromos de Siria en la tarde del 5 de junio. Al día siguiente, se produjeron combates entre Jordania e Israel por el control de Jerusalén Este, hasta ese momento en poder de los jordanos.

En la madrugada del 7 de junio, Moisés Dayán ordenó a las tropas israelíes que tomaran el control de la Ciudad Vieja de Jerusalén. En medio de las llamadas de la ONU a un alto el fuego ese mismo día, los diplomáticos israelíes en Nueva York y Washington, intentaron al parecer obtener el apoyo de Estados Unidos para retrasar un alto el fuego y, así, tener más tiempo para “terminar el trabajo”.

A mediodía del 7 de junio, las fuerzas israelíes habían tomado la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Los líderes israelíes David Ben Gurión e Isaac Rabin lideran a un grupo de soldados junto a la Cúpula de la Roca, en la Ciudad Vieja de Jerusalén Este, después de la ocupación de junio de 1967. (Foto: Getty Images)
Los líderes israelíes David Ben Gurión e Isaac Rabin lideran a un grupo de soldados junto a la Cúpula de la Roca, en la Ciudad Vieja de Jerusalén Este, después de la ocupación de junio de 1967. (Foto: Getty Images)

Las principales ciudades de Nablus, Belén, Hebrón y Jericó, en Cisjordania, cayeron ante el ejército israelí un día después. Israel también bombardeó los puentes Abdulah y Husein sobre el río Jordán, que unían Cisjordania con Jordania.

Después de tomar Jerusalén Este, las fuerzas israelíes demolieron todo el Barrio Marroquí, de 770 años de antigüedad, para ampliar el acceso a lo que los judíos llaman el Muro Occidental (conocido por los musulmanes como el Muro de Al Buraq). El sitio tiene un significado religioso tanto para los judíos como para los musulmanes.

Aproximadamente 100 familias palestinas que vivían en dicho barrio recibieron la orden de evacuar sus hogares y el vecindario fue bombardeado y demolido por completo. Israel utilizó el espacio para construir la “Plaza del Muro Occidental”, un área que dio a los judíos acceso directo al Muro.

A lo largo de la guerra y bajo las órdenes de Isaac Rabin, que luego se convirtió en el primer ministro de Israel, las fuerzas israelíes limpiaron étnicamente y destruyeron varias aldeas palestinas, expulsando a unos 10.000 palestinos. Entre las limpiezas étnicas más infames se encuentran las desaparecidas aldeas de Imwas, Beit Nuba y Yalu.

En las ciudades palestinas de Qalqilya y Tulkarem, en Cisjordania, el ejército israelí destruyó sistemáticamente los hogares palestinos. Alrededor de 12.000 palestinos fueron expulsados de Qalqilya, como una forma de “castigo”, según escribió Dayán en sus memorias.

Los escombros del Barrio Marroquí después de que fuera destruido y las familias palestinas expulsadas para que los judíos tuvieran un más fácil acceso al Muro de las Lamentaciones. (Foto: AP)
Los escombros del Barrio Marroquí después de que fuera destruido y las familias palestinas expulsadas para que los judíos tuvieran un más fácil acceso al Muro de las Lamentaciones. (Foto: AP)

La ofensiva israelí en los Altos del Golán sirios comenzó el 9 de junio y al día siguiente el territorio fue capturado, lo que colocó a Israel a una preocupante distancia de la capital siria, Damasco.

Egipto e Israel firmaron un alto el fuego el 9 de junio, mientras que Siria e Israel hicieron lo propio el 11 de junio, poniendo fin a la guerra con una tregua mediada por la ONU.

La abrumadora mayoría de los palestinos recién desplazados buscaron refugio en Jordania. Muchos lo hicieron cruzando el Jordán a pie y con muy pocas pertenencias.

Los refugiados palestinos huyen con sus pertenencias mientras se preparan para cruzar el destrozado Puente Allenby sobre el río Jordán el 22 de junio de 1967. (Foto: AP)
Los refugiados palestinos huyen con sus pertenencias mientras se preparan para cruzar el destrozado Puente Allenby sobre el río Jordán el 22 de junio de 1967. (Foto: AP)

¿Qué consecuencias tuvo la guerra entre los palestinos, los israelíes y el mundo árabe?

La guerra fue un punto de inflexión para toda la región. Los palestinos y el resto de los árabes quedaron abatidos y perdieron su confianza en sus gobiernos.

En seis días, Israel puso a más de un millón de palestinos adicionales bajo su control directo en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza. La guerra de 1967 convirtió a Israel en el país con la mayor población palestina.

Todo esto creó una atmósfera revolucionaria entre los palestinos, lo que estimuló el surgimiento de movimientos de resistencia armada que se comprometieron a recuperar Palestina por la fuerza durante los años setenta y ochenta.

Unos soldados israelíes vigilan a los egipcios y palestinos capturados al comienzo de la guerra el 5 de junio de 1967. (Foto: Getty Images)
Unos soldados israelíes vigilan a los egipcios y palestinos capturados al comienzo de la guerra el 5 de junio de 1967. (Foto: Getty Images)

Para los israelíes, la conquista de los territorios condujo a una sensación de euforia. Miles de judíos, incluso laicos, acudieron al Muro de las Lamentaciones y lloraban mientras rezaban por lo que creían que era un milagro de Dios.

La idea de que el resultado de la Guerra de los Seis Días fue un milagro reforzó la mentalidad de los sionistas religiosos y mesiánicos que pensaban, en base a sus creencias religiosas, que tenían derecho a la totalidad de la Tierra Santa.

La guerra desató el movimiento de los colonos: una joven generación de sionistas mesiánicos decidió construir asentamientos en Cisjordania y Gaza, territorios ocupados que no forman parte del estado de Israel.

Más importante aún, la guerra planteó la cuestión de la naturaleza colonial del movimiento sionista. En lugar de intercambiar tierra por paz, según la resolución 242 de la ONU, que pedía a Israel que renunciara a los territorios a cambio de la paz con sus vecinos al final de la guerra de 1967, Israel comenzó a alentar a sus ciudadanos a que se mudaran a los territorios que ocupaba y desarrolló políticas en su apoyo.

Refugiados palestinos huyen de las fuerzas sionistas el 15 de junio de 1967. (Foto: AP)
Refugiados palestinos huyen de las fuerzas sionistas el 15 de junio de 1967. (Foto: AP)

El estado judío fue creado en 1948 y su soberanía fue reconocida por la mayoría de los países del mundo. Pero tan pronto como las armas se callaron en 1967, Israel, en contravención directa del derecho internacional, comenzó a construir asentamientos ilegales para sus ciudadanos en tierras que no les pertenecían.

Apenas un año después de la guerra de 1967, se construyeron seis asentamientos israelíes en los Altos del Golán sirios. Para 1973, Israel había establecido 17 asentamientos en Cisjordania y siete en la Franja de Gaza. En 1977, unos 11.000 israelíes vivían en Cisjordania, la Franja de Gaza, los Altos del Golán y la península del Sinaí.

“La ocupación de Cisjordania y Gaza le recordó al mundo los aspectos coloniales de Israel”, dijo a AL YAZIRA Munir Nuseibah, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Al Quds.

Palestina: cincuenta años de ocupación militar, robo de tierras y colonialismo de asentamientos

A pesar de que la guerra fue entre los países árabes e Israel, los que más perdieron fueron los palestinos, que ya llevan 51 años de ocupación militar israelí. La ocupación es la más larga de la historia moderna.

Entre el 25 y el 27 de junio, Israel se anexionó ilegalmente Jerusalén Este y varias áreas de Cisjordania, declarándolas parte del estado de Israel, en un movimiento nunca reconocido por la comunidad internacional.

El resto de los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza, que albergan a unos 5,1 millones de palestinos, siguen bajo el control militar israelí, con el pretexto de proteger la seguridad del estado sionista. Sus vidas están controladas por cientos de puestos de control militares, un sistema de permisos con códigos de colores y un muro de separación que ha dividido a las familias.

El efecto devastador de la ocupación militar de los territorios palestinos no puede ser exagerado.

Una multitud de palestinos esperan para entrar en Jerusalén, junto al polémico Muro de Separación, en un puesto de control militar israelí situado en la ciudad cisjordana de Belén. (Foto: Reuters)
Una multitud de palestinos esperan para entrar en Jerusalén, junto al polémico Muro de Separación, en un puesto de control militar israelí situado en la ciudad cisjordana de Belén. (Foto: Reuters)

El Observatorio de Derechos Humanos, una ONG con sede en Estados Unidos, publicó el año pasado un informe en el que detalla la existencia de al menos cinco categorías de “violaciones graves de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional” que caracterizan a la ocupación israelí. Estas categorías son homicidios ilegítimos, detenciones abusivas, bloqueo de la Franja de Gaza y restricciones a los movimientos de los palestinos, construcción de asentamientos y políticas discriminatorias contra los palestinos.

“Ya sea un niño encarcelado por un tribunal militar o disparado de forma injustificada, una casa demolida por carecer de un permiso casi imposible de obtener o puestos de control por los que solo los colonos pueden pasar, pocos palestinos han escapado de las graves violaciones de los derechos humanos durante estos 50 años de ocupación”, dice Sarah Leah Whitson, directora para Oriente Medio del Observatorio de Derechos Humanos, en el informe.

“Israel mantiene hoy un establecido sistema de discriminación institucionalizada contra los palestinos en el territorio ocupado, una represión que se extiende mucho más allá de cualquier razón de seguridad”, añade.

Mientras tanto, desde 1967 Israel ha procedido a construir de forma ilegal viviendas solo para sus ciudadanos judíos en Cisjordania y Jerusalén Este, en tierras robadas a los palestinos. Hoy en día, al menos 600.000 israelíes viven en asentamientos solo para judíos dispersos por Cisjordania y Jerusalén Este.

Los palestinos son sometidos de forma rutinaria a registros corporales aleatorios, y a menudo humillantes, por parte de soldados israelíes en las calles de Jerusalén Este. (Foto: Reuters)
Los palestinos son sometidos de forma rutinaria a registros corporales aleatorios, y a menudo humillantes, por parte de soldados israelíes en las calles de Jerusalén Este. (Foto: Reuters)

Los asentamientos, que están acompañados por carreteras e infraestructuras construidas exclusivamente para los colonos, ocupan al menos el 40 por ciento de la superficie de Cisjordania. De esta forma, Israel ha creado un régimen de apartheid en los territorios palestinos por el cual israelíes y palestinos viven bajo un sistema que privilegia a los judíos sobre los no judíos.

“Al establecer dos sistemas separados para israelíes y palestinos, las autoridades israelíes también violan la prohibición de la discriminación establecida por el derecho internacional”, dice un informe del grupo de expertos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores con sede en Londres, publicado este domingo.

“En resumen, la ocupación prolongada de Israel crea una situación de graves violaciones de los derechos humanos y condiciones de vida insoportables, en las que las comunidades y los individuos [palestinos] no tienen más opción que escapar”.

Nur Arafeh, analista del think tank palestino Al Shabaka, le dijo a AL YAZIRA que, en su opinión, las probabilidades de que Israel ponga fin a la ocupación son bajas.

“No veo ninguna posibilidad de que Israel se retire de los territorios ocupados y ponga fin a su empresa colonial mientras goce de una cultura de impunidad y la comunidad internacional no le responsabilice por sus violaciones del derecho internacional y de los derechos humanos, de forma que el coste de la ocupación sigue siendo más bajo que el precio de ponerle fin”.

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