Mientras todos miran a Rafah, Israel consolida el control del norte de Gaza

Israel está construyendo infraestructuras para dividir Gaza, impedir el regreso de los palestinos desplazados y cambiar los hechos geográficos y demográficos sobre el terreno

Javier Villate
Diferencias
10 min readApr 3, 2024

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Un soldado israelí maneja un bulldozer militar blindado adornado con un gran oso disecado en la frontera sur de Israel con Gaza el 21 de marzo, en medio de la actual guerra de Israel contra la franja (Jack Guez/AFP).

Amir Majul / Middle East Eye, 25 de marzo de 2024 — Tras su reciente aprobación de un plan para invadir Rafah — donde se refugian 1,4 millones de palestinos — , el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció la semana pasada que el ejército se prepara para avanzar.

El llamado gabinete de guerra del “triunvirato”, formado por Netanyahu, el ministro de Defensa Yoav Gallant y el exlíder de la oposición Benny Gantz, ya había llegado a un consenso sobre una incursión en Rafah para tomar el control del corredor Filadelfia (también llamado eje Saladino).

En un discurso ante el grupo de presión proisraelí estadounidense AIPAC, Netanyahu insistió en que el «camino hacia la victoria pasa por Rafah», una estrategia que presume de contar con un «apoyo abrumador» dentro de la sociedad israelí.

Sin embargo, mientras las amenazas de los políticos israelíes de una inminente invasión de Rafah dirigen la atención del mundo hacia el sur, el gobierno ha acelerado las medidas sobre el terreno en el norte de Gaza para consolidar su ocupación y garantizar su permanencia.

Una característica clave de su estrategia es impedir el regreso de los/as palestinos/as desplazados/as al sur, ya que pretende cambiar las características geográficas y demográficas de la Franja de Gaza.

Ocupación permanente

Las imágenes por satélite analizadas por la CNN muestran que una carretera que está construyendo el ejército israelí para dividir Gaza en dos ha llegado a la costa mediterránea.

Según el informe de la CNN, una imagen por satélite del 6 de marzo «revela que la carretera de este a oeste, que lleva semanas en construcción, se extiende ahora desde la zona fronteriza entre Gaza e Israel a través de toda la franja de unos 6,5 km de ancho, separando el norte de Gaza, incluida la ciudad de Gaza, del sur del enclave».

El informe señala que los militares utilizaron una «gran cantidad de minas y explosivos» para despejar la zona. Las bombas de fabricación estadounidense se utilizaron para destruir las viviendas e infraestructuras que quedaban en todo el norte de Gaza, sobre todo en la zona de Beit Hanun, que linda con el paso fronterizo de Erez.

Otras zonas cercanas a la ciudad de Gaza, especialmente en sus suburbios orientales, han pasado a formar parte de la zona tampón que Israel está construyendo en Gaza y a lo largo de la frontera.

En el barrio de Zeitún, en medio de interminables negociaciones de alto el fuego, el ejército israelí avanza en un “proyecto piloto” de gestión civil destinado a controlar totalmente la distribución de alimentos y otras provisiones. Se basa en la creencia de que quien controla los alimentos controla al pueblo.

Este proyecto va acompañado de la estricta prohibición por parte de Israel de la ayuda a Gaza y la expulsión de las organizaciones humanitarias de la zona, una política que pretende ampliar a otras zonas de Gaza. Israel ha atacado específicamente y pretende destruir la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, como parte de sus esfuerzos por eliminar la cuestión de los refugiados y el derecho palestino al retorno.

Las imágenes de satélite que aparecen en un reportaje de la CNN del 8 de marzo revelan una nueva carretera que Israel está construyendo a través de la Franja de Gaza, separando el norte, incluida la ciudad de Gaza, del sur del enclave (Screengrab/CNN).

Las fuerzas israelíes tratan además de reclutar agentes palestinos con los que puedan cooperar bajo el pretexto de la distribución de alimentos y ayuda. Sin embargo, en realidad, pretenden proporcionar formación en materia de seguridad a esos agentes y convertirlos en milicias que opriman a los palestinos. Estas milicias se convertirán en una extensión de la ocupación al tiempo que se benefician de su sistema corrupto.

En particular, la carretera recién construida en la región norte fragmenta la ciudad, convirtiéndola en plazas residenciales aisladas. La ubicación de la carretera, que se extiende hasta el mar, parece corresponder a la del proyectado “pantalán flotante” construido por Estados Unidos, que la administración Biden propuso construir como medio “temporal” para distribuir ayuda humanitaria.

En realidad, Israel está desarrollando la infraestructura para una ocupación permanente de la Franja de Gaza en condiciones que difieren fundamentalmente de las existentes hasta la retirada de 2005. En concreto, Gaza ya no se considerará una extensión de la población palestina ni parte de la región geográfica palestina.

Más bien, el objetivo es impedir el regreso de los habitantes desplazados, mientras que los que consigan regresar no encontrarán nada a lo que volver, ya que no hay hogares, ni barrios, ni ciudad.

Se trata de una doctrina vigente desde la Nakba palestina de 1948 y la creación del problema de los/as refugiados/as palestinos/as, que sigue definiéndose como desplazamiento “temporal”.

Reasentamiento israelí

Israel está en proceso de reinstaurar su ocupación de Gaza tomando el control de las principales carreteras, corredores y calles. Hasta su retirada unilateral en 2005, a los palestinos se les negaba el acceso a estas zonas.

La idea de dividir la Franja de Gaza en zonas accesibles para los israelíes y restringidas para los palestinos se remonta a la ocupación de 1967.

En 1971, Ariel Sharon, comandante del ejército israelí de la región sur que más tarde se convirtió en primer ministro, preparó un plan para dividir Gaza y el norte del Sinaí en cinco zonas de asentamientos que impidieran la contigüidad geográfica entre los palestinos del norte, el centro y el sur. Israel rodearía esta zona por el norte con asentamientos y puestos de control y por el sur con un bloque de asentamientos en el norte del desierto del Sinaí.

Sharon lo denominó el “Plan de los Cinco Dedos”, y el gobierno presidido por Golda Meir lo adoptó plenamente en 1972. El primero era el “Dedo Norte”, que incluía un bloque de asentamientos en el extremo norte de la Franja de Gaza: Beit Hanun y el cruce de Erez. Su objetivo era ampliar el alcance de Ascalón (Asqalan al Burj) a zonas del interior de Gaza.

El segundo era el “Dedo de Netzarim”, que se extendía entre el cruce de Al Montar, o Karni, y el mar. Tenía 8 km de longitud y separaba la ciudad de Gaza del valle de Gaza y del centro de la franja. Antes de 2005, el asentamiento de Netzarim estaba situado al oeste de Gaza, junto a la costa. Pasaba por Al Rashid y la carretera de Saladino, la principal autovía de Gaza, y se extendía desde el norte hasta el sur de la franja, formando un punto de control para el puerto de Gaza.

El tercer dedo era el eje Kisufim, un asentamiento cercano a la calle Shuhada, que separaba Deir al Balah de las zonas centrales de Gaza hasta Jan Yunis, donde se estableció el bloque de asentamientos de Gush Katif.

El cuarto era el kibutz de Sufa, entre Jan Yunis y Rafah. Se creó en 1974 como puesto militar en la península del Sinaí y se convirtió en granja civil en 1977. Fue diseñado para extenderse hasta el mar.

Varios jóvenes observan desde lejos los escombros de los edificios destruidos en el complejo residencial de Asra, al noroeste de Nuseirat, en la Franja de Gaza, el 25 de marzo de 2024 (AFP).

El quinto dedo era el bloque de asentamientos de Yamit, en el norte del Sinaí, a las afueras de Rafah por el sur, que impedía cualquier contigüidad geográfica entre Rafah y el Sinaí.

Doce de sus poblaciones y un aeropuerto israelí fueron anexionados en 1982 tras el acuerdo de Camp David con Egipto. Tras ello, se estableció el corredor Filadelfia. Con la invasión de Rafah, Israel pretende controlar el paso fronterizo con Egipto.

Cabe señalar que la mayoría de los “dedos” iban de este a oeste, llegando hasta el mar, para evitar la contigüidad geográfica en la Franja de Gaza. El objetivo de Israel era aislar Gaza del norte y del sur en varias zonas estratégicas.

Sin embargo, la mayoría de los planes de dedos no perduraron en el tiempo y terminaron en 2005, cuando el gobierno presidido por Sharon decidió retirarse totalmente de Gaza.

En una escalada reciente, el consejo de asentamientos de Cisjordania celebró una conferencia popular para volver a colonizar Gaza, a la que asistieron 12 ministros de los partidos Sionismo Religioso y Likud.

El consejo examinó los planes para reconstruir bloques de asentamientos en los mismos lugares que fueron retirados y demolidos en 2005 al aplicar el denominado plan de “desconexión” de Gaza y el norte de Cisjordania.

Obsesión con la ayuda

Las amenazas de Netanyahu de asaltar Rafah y el corredor Filadelfia son probablemente una táctica de negociación para presionar y chantajear a los dirigentes de HAMAS y Egipto. Sin embargo, los analistas israelíes insisten en que los verdaderos intereses estratégicos de Israel residen en el norte de Gaza y que un enfrentamiento con Egipto puede desencadenar un dilema estratégico.

Lo que esto significa es que no existe la opción de considerar una resolución total de la guerra, sino solo acuerdos parciales y temporales tras los cuales la guerra continuará, Israel no se retirará y las familias desplazadas no podrán regresar a sus hogares.

En el mejor de los casos, cualquier debate sobre el retorno de los/as desplazados/as en Gaza será insignificante y no se traducirá en su retorno real. De hecho, antes de cualquier alto el fuego, Israel habrá completado su sistema de control y cimentado su presencia colonial en Gaza. En otras palabras, Israel no está llevando a cabo una campaña militar que terminará con esta guerra.

Los palestinos y los árabes están demasiado centrados en las negociaciones o en las conversaciones de alto el fuego y en las tácticas de obstrucción de Israel. Esto se traduce en una carrera sin descanso tras unos detalles que constituyen una serie de distracciones, mientras que las acciones de Israel sobre el terreno revelan claramente una vuelta a su ocupación total de Gaza y a la destrucción como unidad geográfica única de su gente.

La obsesión de la comunidad internacional con la ayuda humanitaria, mientras ignora los planes a largo plazo de Israel, provocará aún más el desplazamiento indefinido de los palestinos.

Otra cuestión se refiere a la propuesta del “pantalán flotante”, que según la Casa Blanca se utilizará para entregar dos millones de comidas al día a Gaza. Según este plan, Israel debe asumir el control de la seguridad del puerto improvisado en colaboración con el ejército estadounidense, que no debe entrar en Gaza. Sin embargo, Netanyahu ha declarado recientemente que este muelle podría ayudar a “deportar” a los palestinos de Gaza y a través del cual Israel podría llevar a cabo su expulsión masiva.

También cabe mencionar que la carretera que el ejército israelí está construyendo desde el sureste de la ciudad de Gaza hasta el mar coincide geográficamente con la propuesta realizada por el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, a los líderes de la UE sobre el desplazamiento forzoso de palestinos a una isla artificial.

Además, la constante atención prestada al norte de Gaza como región propia sugiere un reconocimiento internacional de que el norte de Gaza se ha separado del sur. Al establecer estructuras de distribución de ayuda separadas para el norte y el sur — -que serán gestionadas por Israel — -, la comunidad internacional está garantizando la presencia y ocupación continuas de Gaza por parte de Israel.

También significa que la ayuda humanitaria estadounidense puede convertirse en una extensión de la ocupación israelí y de sus mecanismos de control sobre Gaza. Este proyecto se formó con el telón de fondo de los partidarios del gobierno de Netanyahu que impiden la entrada de ayuda en Gaza a través del paso fronterizo de Karem Abu Salem, o Kerem Shalom.

Un discurso poco realista

El discurso político dentro de las facciones palestinas es poco realista y trata la situación como si las condiciones fueran las mismas que antes del 7 de octubre y no hubieran cambiado drásticamente. Afirman que los palestinos simplemente deben superar sus divisiones, a pesar de que el valle de Gaza se ha convertido en una frontera que restringe el movimiento de los palestinos en Gaza, similar al muro del apartheid en Cisjordania.

El muro del apartheid ha modificado drásticamente las características políticas y geográficas de la población de Cisjordania. Se construyó sobre las ruinas de la presencia urbana palestina y de una población desplazada por la fuerza y a la que nunca se le permitió regresar.

Al llevar a cabo sus planes en Gaza, sobre todo en el norte, Israel está asegurando su ocupación duradera de Gaza. Los palestinos y los árabes — -así como la comunidad internacional — — deben centrar su atención en los drásticos cambios de las realidades geográficas y demográficas sobre el terreno.

Es necesario que haya una presión árabe directa sobre Estados Unidos para que obligue a Israel a permitir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza a través de sus fronteras terrestres y no sucumba a las condiciones del gobierno israelí, ya que Gaza sigue siendo un territorio palestino, no israelí.

Además, deben adoptar una postura firme y lanzar una campaña masiva para presionar a la administración Biden con el fin de que deje de suministrar a Israel ayuda militar y armas utilizadas para destruir todos los elementos de la vida básica en Gaza, mientras proporciona una ayuda humanitaria inadecuada que, de hecho, carece de toda humanidad.

Esta presión exterior es necesaria, ya que tanto el gobierno de Netanyahu como la oposición están bloqueando todos los pasos hacia una solución política.

Mientras tanto, a medida que consolidan su ocupación en Gaza, están matando sistemáticamente de hambre a la población palestina y cometiendo graves actos que equivalen a crímenes de guerra y actos mortales de genocidio, cuyas consecuencias pueden ser más nefastas que los bombardeos diarios de la ciudad y su población.

Amir Majul es un destacado activista y escritor palestino. Fue director de Ittijah, una ONG palestina en Israel. Estuvo diez años en cárceles israelíes.

Fuente: War on Gaza: While eyes are on Rafah, Israel is cementing control of northern Gaza | Middle East Eye
Traducción: Javier Villate

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