Coronavirus: Niños y niñas palestinas se pudren en cárceles israelíes en condiciones inhumanas

Decenas de niños y niñas siguen presas en medio de la pandemia de la covid-19. Deberían ser puestos/as en libertad para estar al cuidado de sus familias

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
5 min readMay 22, 2020

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Niños palestinos pasan por delante de un mural que representa el coronavirus y una cárcel, en la ciudad de Gaza el 28 de abril. (Foto: AFP)

Claire Nicoll / Middle East Eye, 21 de mayo de 2020 — Oí el ruido de las cadenas antes de verles entrar. Cuatro adolescentes encadenados por las muñecas y los tobillos se sentaron en el habitáculo de los acusados en la pequeña sala del tribunal.

Uno de ellos, Ahmed*, parecía muy joven, mientras se paraba de puntillas para mirar por encima del habitáculo. Fue acusado de lanzar una piedra, un cargo que él niega, y estaba esperando el veredicto del tribunal militar.

Los cortos juicios de los/as niños/as — a lo sumo cinco minutos cada uno — se celebraron enteramente en hebreo, mientras un soldado traducía ocasionalmente alguna palabra extraña al árabe. Los chicos parecían asustados y confundidos mientras esperaban su destino. Intentaron hablar con sus abogados, pero no lo permitieron.

Una mirada desesperada

Estuve en el tribunal militar de Ofer, en la Cisjordania ocupada, en febrero, asistiendo a los juicios de civiles palestinos por jueces militares israelíes. Este sistema judicial no se aplica a los niños israelíes, que son juzgados por tribunales civiles, como sucede a la mayoría de los niños en todo el mundo.

Cuando llegó el momento de Ahmed, se decidió que había pruebas adicionales que aportar, por lo que sería necesario un nuevo juicio. Ahmed miró desesperadamente a su padre, Munther*, que estaba sentado a mi lado, mientras lo encadenaban antes de devolverlo a la prisión.

Heba* hizo este dibujo sobre su tiempo en prisión. (Save the Children)

A Munther le dieron una hoja de información en hebreo que no entendía. Antes de salir del juzgado, dijo que sentía que estaba abandonando a su hijo: “Simplemente no sé cómo ayudarle”.

Cada año, entre 500 y 700 niños y niñas palestinas son detenidas y procesadas en el sistema de tribunales militares israelíes. El cargo más común es el de lanzamiento de piedras, para el cual la sentencia máxima es de 20 años. Actualmente, más de 190 niños y niñas palestinas permanecen encerrados en las prisiones israelíes, la mayoría de los cuales están en prisión preventiva, como Ahmed, y no han sido condenados por ningún delito, a pesar de los llamamientos de la ONU para que los liberen antes de que se propague el coronavirus.

Condiciones horribles

Los niños y niñas que han pasado por las cárceles israelíes nos han dicho que las condiciones en las que se encuentran los reclusos son horribles, con celdas superpobladas, pocos productos sanitarios disponibles y casi ningún acceso a la asistencia médica.

Loai*, de 18 años, fue excarcelado a finales de abril después de tres meses en prisión. Tenía 17 años cuando fue encarcelado y compartió su celda con otros cinco niños.

Dijo que cuando comenzó la pandemia de la Covid-19 los niños no fueron informados: “No nos dijeron nada sobre cómo mantenernos a salvo del coronavirus, como la importancia de lavarse las manos”. Aún así, las reglas de la prisión cambiaron: “Ahora, los niños sólo pueden salir una hora al día”.

Durante su detención, Loai dijo, “los guardias de la prisión desinfectaron las instalaciones sólo dos veces. Desinfectaron las duchas, las escaleras y el pasillo. No desinfectaron nuestras celdas, ni siquiera una vez. Nos dieron un frasco de desinfectante que duró unos 15 días, y nunca nos dieron más cuando se acabó”.

Alimentos y agua inadecuados

Heba* fue arrestada cuando tenía sólo 14 años, y estuvo presa durante ocho meses. Ahora, tres años después, está preparando sus exámenes escolares, pero recuerda vívidamente su tiempo en prisión.

“Éramos cinco chicas en una habitación; la mayor tenía 17 años y yo era la más joven. En las celdas de la prisión apenas caben dos personas. No podíamos movernos en ellas. Había un baño sin puerta. Las cucarachas pululaban por todas partes en verano. No había ventanas para la ventilación, y la habitación estaba muy oscura”.

Heba y sus compañeras de prisión no recibieron ningún producto sanitario, que tuvieron que comprar ellas mismas en la tienda de la cárcel. “El agua era apenas potable. Era blanca, y el olor a cloro era muy fuerte”, añadió.

“La comida no era apta para el consumo humano”: Heba hizo este dibujo sobre su tiempo en la cárcel. (Save the Children)

“La comida no era apta para el consumo humano. Por ejemplo, cuando nos daban pollo una vez a la semana, todavía tenía sus plumas y no estaba bien cocinado, con sangre dentro”, dijo.

Pero la parte más difícil fue la limitación de las visitas familiares. “A mis padres solo se les permitió visitarme tres veces durante mis ocho meses de reclusión”, dijo Heba.

Desde que estalló la pandemia del coronavirus, las autoridades israelíes han suspendido los derechos de visita y decenas de familias no pueden visitar a sus hijos e hijas encarceladas. Según las normas actuales, los/as niños/as pueden hacer una llamada telefónica de 10 minutos a su familia cada dos semanas, pero en la práctica, la mayoría sólo puede hablar con sus familias una vez al mes.

Todavía hay una oportunidad

Alaa*, de 17 años, se hace eco de Loai y Heba al recordar sus seis meses en la cárcel: “Intentamos limpiar y desinfectar el lugar todos los días, pero entonces los guardias entraban en nuestras celdas con sus botas y perros sucios unas cinco veces al día. Las llamadas telefónicas a mis padres no estaban permitidas. Estaba realmente frustrado y con una necesidad desesperada de hablar con mi madre, mi padre y mis hermanos”.

Las niñas y niños palestinos detenidos en las cárceles israelíes están soportando las condiciones precisas que los expertos en salud han dicho que hay que evitar en la lucha contra el coronavirus. Además del enorme riesgo para su salud y del posible menoscabo de los esfuerzos por contener la propagación del virus, muchos/as niños/as están atrapados/as en el limbo, aislados/as de sus familias, sin saber lo que les deparará el futuro ni cuándo serán juzgados/as.

No podemos permitirnos abandonar a estos niños y niñas. Todavía hay una oportunidad para traerlos a casa; para proteger su derecho a la salud, controlar el brote y evitar más sufrimiento.

Todos los niños y niñas palestinas que puedan regresar sanos y salvos a sus familias y comunidades deben ser liberados/as inmediatamente. Las autoridades israelíes deberían establecer una moratoria sobre las nuevas admisiones y salvaguardar los derechos de los/as niños/as que siguen detenidos/as, protegiéndolos de la violencia, el abuso y la explotación.

Claire Nicoll es Asesora de Conflictos e Incidencia Humanitaria de Save the Children.

*Todos los nombres han sido cambiados por razones de privacidad.

Este artículo fue publicado por Middle East Eye y ha sido traducido por Javier Villate.

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