El plan secreto sionista para un “segundo Israel” en Ucrania

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
9 min readApr 15, 2019
El imperio jázaro en el año 850 de nuestra era.

Wayne Madsen / Strategic Culture Foundation, 3 de diciembre de 2014 — The Times of Israel, un periódico independiente israelí que cuenta entre su personal con varios experiodistas del diario israelí Haaretz, publicó una fascinante historia, en gran medida pasada por alto, fechada en Jerusalén y Yitomir, Ucrania, el 16 de marzo de 2014, y que fue escrita por sus respectivos corresponsales rusos y ucranianos, Hirsh Ostropoler e I. Z. Grosser-Spass, citando un informe secreto proporcionado al gobierno israelí. El informe, escrito por un panel selecto de estudiosos de la historia judía provenientes de la academia y de otros centros de investigación, concluyó que los judíos europeos descienden de hecho de los jázaros, un grupo tártaro-mongol similar al que gobernó Ucrania y el sur de Rusia y que se convirtió masivamente al judaísmo en el siglo VIII d.C.

Los sionistas han argumentado durante mucho tiempo que la tierra reclamada por Israel es el lugar de nacimiento del pueblo judío, que fue forzado a abandonar dicha tierra en la llamada “diáspora” después de repetidas conquistas de varios imperios. La prueba de que los judíos askenazíes, que constituyen la mayoría de la población judía israelí, no tienen ningún vínculo histórico con Palestina pondría en tela de juicio toda la premisa de Israel como la patria histórica del pueblo judío de “5.000 años de antigüedad”.

Los periodistas israelíes señalaron que cualquier estudio sobre los jázaros y el Israel moderno siempre ha sido recibida con desdén por los líderes israelíes. Citan a la primera ministra israelí Golda Meir, quien dijo: «No existen los jázaros. No he conocido a ningún jázaro. Ni en Kiev ni en Milwaukee. Muéstreme a estos jázaros de los que usted habla». Las pruebas de ADN muestran que es, fundamentalmente, una población migratoria jázara procedente de Europa la que está ahora reclamando raíces antiguas en Palestina y eso elimina en gran medida las reivindicaciones sionistas sobre la región.

La evidencia de que los judíos de Europa oriental y central no tienen ningún derecho histórico sobre Palestina ha dado lugar a una oleada de actividades en Israel y en el extranjero. El parlamento israelí pronto votará un proyecto de ley, aprobado por el gobierno, que legaliza a Israel como un “estado nacional” judío. El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, que leyó el informe secreto sobre los jázaros, ha declarado que «Israel es el estado judío y nacionalista del pueblo judío». Ante las endebles reivindicaciones askenazíes de Israel, Netanyahu, su partido Likud y sus aliados del partido judío ortodoxo y de los colonos de Cisjordania no tienen otra opción que la de reivindicar agresivamente sus reivindicaciones nacionalistas no sólo sobre Israel, sino también sobre Cisjordania, a la que los nacionalistas se refieren como “Judea y Samaria”.

Sin embargo, algunos israelíes y judíos en el extranjero no quieren arriesgarse. Una de las principales razones por las que el magnate multimillonario judío ucraniano Ihor Kolomoisky, gobernador de la provincia ucraniana de Dnipropetrovsk y ciudadano ucraniano, israelí y chipriota, está gastando decenas de millones de dólares en el reclutamiento de nacionalistas ucranianos de derechas y neonazis de otras partes de Europa para luchar contra la mayoría rusoparlante de la región de Donbas, en el este de Ucrania, es el temor de que los planes de convertir a Ucrania en un “segundo Israel” se descarrilen. Las medidas de protección de Rusia para Donbas, así como su incorporación de Crimea mediante un referéndum, esta última apreciada por los resurgentes nacionalistas judíos jázaros, representan una amenaza para la transformación de Ucrania en una segunda patria para los judíos askenazíes que, en el mejor de los casos, están comprobando que su influencia sobre Israel es muy débil.

La explosiva historia del Times of Israel sobre las raíces jázaras de los askenazíes ha puesto de manifiesto que Israel, sabiendo que un estado palestino es inevitable debido a la creciente presión que Europa ejerce sobre él, se está preparando para reasentar a los colonos askenazíes de Cisjordania en Ucrania. La investigación avanzada de Israel en genética dio como resultado el establecimiento de una línea directa de ADN entre los askenazíes de Israel y los jázaros que se dispersaron a través de Europa oriental y central después de que Rusia conquistara el imperio jázaro en el siglo XI.

Los israelíes y sus aliados sionistas de todo el mundo siempre han acusado a los defensores de la conexión genética jázaro-askenazí de antisemitismo. Sin embargo, la investigación genética contenida en el informe secreto israelí confirma lo que el historiador israelí Shlomo Sand reveló en su libro La invención del pueblo judío. La hipótesis de la ascendencia jázara fue abordada por primera vez por el historiador húngaro Arthur Koestler en su libro de 1976 La decimotercera tribu de Israel.

Los reporteros del Times of Israel citan a un ayudante anónimo de Netanyahu que reveló los planes de emigración israelí a Ucrania: «Al principio pensamos que admitir que somos realmente jázaros era una forma de sortear la insistencia de Abás en que ningún judío puede permanecer en un estado palestino. Tal vez nos estábamos agarrando a un clavo ardiendo. Pero cuando se negó a aceptarlo, nos obligó a pensar en soluciones más creativas. La invitación ucraniana para que los judíos regresaran fue una bendición. Reubicar a todos los colonos dentro de Israel en poco tiempo sería difícil por razones logísticas y económicas. Ciertamente no queremos otro fashlan [¡sic!] como la expulsión de los colonos de Gaza debido a la Hitnatkut [desconexión, aka “retirada”]».

Ostropoler y Grosser-Spass también citan a una fuente anónima de los servicios de inteligencia israelíes: «No estamos hablando de que todos los judíos askenazíes regresen a Ucrania. Obviamente, eso no es práctico. La prensa, como siempre, exagera y sensacionaliza; por eso necesitamos censura militar».

El plan judío israelí y ucraniano es reasentar a los askenazíes de Cisjordania en la república autónoma rusa de Crimea tras un eventual regreso de la península a Ucrania, algo que ellos dan por hecho. Los planes finales de los sionistas ucranianos como Kolomoisky, además de aliados estadounidenses como la subsecretaria de estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos Victoria Nuland y el embajador de Estados Unidos en Ucrania Geoffrey Pyatt, es establecer una región judía autónoma de Crimea y restaurar en la península el nombre original jázaro de Chazerai. Aunque los tártaros que viven en Crimea y en otros lugares hoy en día son en su mayoría musulmanes, los planes para crear una nación jázara en Ucrania también implicarían, probablemente, el reclutamiento de israelíes y ucranianos que están empeñados en restaurar Jazaria como una alternativa a Israel.

Esfuerzos actuales de proselitismo judío entre mestizos católicos “criptojudíos” en México, cristianos, hindúes y budistas en la India, ortodoxos y budistas rusos en Birobidzhan, Siberia, musulmanes en Pakistán y Afganistán, y cristianos, musulmanes y animistas en Uganda, Ghana, Malí, Nigeria, Zimbabwe, Mozambique y Malawi; y entre pequeños grupos de supuestos descendientes de judíos en China, Santo Tomé y Príncipe, Tahití, Surinam, Vietnam, Brasil y Perú, señalan un plan israelí que pretende aumentar el número de judíos con el fin de asentarse en varios lugares fuera de Cisjordania y los Altos del Golán ocupados ilegalmente. Además de Ucrania, el norte de Irak, el este de Libia, Alejandría en Egipto, partes de Turquía, Patagonia en Argentina y Uganda están siendo considerados como posibles asentamientos judíos que complementen a Cisjordania o la reemplacen. La llamada “Tribu Perdida de Israel”, los estados Bnei Menashe de Mizoram y Manipur del noreste de la India, no son vistos por muchos indios como migrantes económicos judíos, sino como gente desesperada que busca una vida mejor en Israel. Tan desesperados están los expansionistas israelíes por aumentar su número que dudosos estudios judíos de ADN han intentado clasificar a los sorabos de Alemania oriental, a los bantúes lemba de Zimbabue, Malaui y Mozambique, y a ciertos grupos de italianos del sur, armenios y griegos como “tribus perdidas” de Israel con el fin de aumentar el número de judíos y las reivindicaciones geográficas de tierras.

En Ucrania, el llamado “segundo Israel”, Kolomoisky y Kiev han reclutado a varios exmiembros de las Fuerzas de Defensa de Israel en sus batallones de voluntarios, incluyendo el Batallón Azov. Una de las unidades israelíes es conocida como “Cascos Azules de Maidan” y es comandada por un israelí que se oculta bajo el seudónimo “Delta”. Si Israel no tuviera un interés personal en expandir su influencia en Ucrania, podría fácilmente impedir que estas unidades fueran a Ucrania.

También hay colonos judíos sefardíes en Cisjordania que descienden de los marranos judíos de la España musulmana, que fueron expulsados de la Península Ibérica durante las inquisiciones españolas y portuguesas del siglo XV y que no tienen vínculos con los askenazíes ni con los jázaros. Recientemente, en un movimiento similar a la invitación realizada por Kiev a los askenazíes de Cisjordania para establecerse en Ucrania, España y Portugal han promulgado una legislación que otorgaría la ciudadanía a cualquier judío sefardí en cualquier parte del mundo que pueda probar su descendencia de los marranos expulsados durante la Inquisición.

Algunos rusoparlantes del Donbas desconfían de las intenciones de los proisraelíes en el gobierno de Kiev. Curiosamente, Kolomoisky ha reclutado a varios neonazis de Ucrania occidental y Europa para luchar en sus batallones, cuyas organizaciones ultraderechistas siempre han suscrito la idea de una futura “batalla final” entre Rusia y los restos de Jazaria en Israel, Ucrania, Polonia y la República de Georgia para vengar la derrota del imperio jázaro en el siglo XI a manos del Imperio ruso.

Israel proporcionó al gobierno georgiano del presidente Mijail Sakashvili, que incluía a varios ciudadanos israelíes y georgianos de ascendencia jázara, asistencia militar y de inteligencia en su guerra de 2008 contra Osetia del Sur y Abjasia. Del mismo modo, los israelíes han establecido estrechos vínculos con Azerbaiyán, un país que, al igual que Georgia y Ucrania, tiene poblaciones de origen jázaro a través de un grupo indígena de judíos azerbaiyanos conocidos como subbotniks.

Los periodistas del The Times of Israel dicen también que el anónimo ayudante de Netanyahu les explicó por qué el gobierno israelí está haciendo haciendo planes para grandes asentamientos israelíes en Ucrania: «Como ha dicho el primer ministro, nadie dirá a los judíos dónde pueden o no pueden vivir en el territorio histórico de su existencia como pueblo soberano. Está dispuesto a hacer sacrificios dolorosos por la paz, aunque eso signifique renunciar a parte de nuestra patria bíblica en Judea y Samaria. Pero entonces habría que aceptar que ejerzamos nuestros derechos históricos en otro lugar. Decidimos que esto será en las orillas del Mar Negro, donde fuimos un pueblo autóctono durante más de 2000 años. Incluso el gran historiador no sionista Simon Dubnow dijo que teníamos derecho a colonizar Crimea. Está en todos los libros de historia. Puedes buscarlo».

Esta fuente reveló a los dos periodistas israelíes que Netanyahu aprecia la fuerza de los antiguos jázaros y dijo que Netanyahu declaró que «somos un pueblo orgulloso y antiguo cuya historia aquí se remonta a 4.000 años». Pero el ayudante añadió: «Lo mismo sucede con los jázaros… en Europa y no hace tanto tiempo. Pero miren el mapa: los jázaros no tuvieron que vivir dentro de las “fronteras de Auschwitz”».

Para los desinformados, que aparentemente incluyen al presidente Barack Obama y al secretario de estado de Estados Unidos, John Kerry, el actual deseo israelí de crear una nueva identidad nacionalista israelí está directamente ligado a las actividades de los líderes ucranianos de Petro Poroshenko, Arseni Yatseniuk, Kolomoisky y sus partidarios estadounidenses, Nuland y Pyatt, para crear un refugio seguro, temporal o no, para los colonos askenazíes de Cisjordania. Gracias a la revelación del Times of Israel sobre el informe secreto israelí, las maquinaciones detrás de la desestabilización de Ucrania por parte de Estados Unidos y la Unión Europea se hacen aún más evidentes.

Este artículo fue publicado por Strategic Culture Foundation y ha sido traducido por Javier Villate.

Nota del traductor/editor: La traducción y publicación de este artículo no supone el acuerdo del editor con la totalidad de las afirmaciones que se hacen en el mismo.

--

--