Israel es un producto de la falsificación y la violencia

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
5 min readJan 29, 2019

Asa Winstanley / The Palestinian Information Center, 28 de enero de 2019 — Una investigación reciente de un grupo de expertos mostró pruebas concluyentes de que Israel falsificó uno de sus vídeos de propaganda sobre Gaza. Dos adolescentes palestinos estaban haciéndose una foto en una azotea de la ciudad de Gaza en julio de 2018 cuando Israel los bombardeó y asesinó.

La propaganda en línea de Israel promovió entonces un vídeo que ahora está claro que fue fabricado y activamente manipulado. Esta no ha sido de ninguna manera la primera vez que Israel ha fabricado “pruebas” de su supuesta benevolencia. En muchos sentidos, el propio estado de Israel se basa en la fabricación.

La primera invención fue la idea de que Palestina estaba vacía de población, un “desierto” que debía ser entregado al movimiento sionista a través de la colonización. La consigna — primero adoptada por los sionistas cristianos y luego por los sionistas judíos — era “una tierra sin pueblo, para un pueblo sin tierra”, lo que significa que Palestina estaba vacía y que debía ser entregada a los judíos, que no tenían tierra propia.

Esta idea se basaba en un doble racismo. En primer lugar, el racismo contra los habitantes palestinos autóctonos, que ciertamente estaban muy presentes. Dejando a un lado la mitología, la tierra de Palestina nunca estuvo vacía. Este era un tipo de racismo bastante típico de la actitud arrogante y violenta de todo colonialismo hacia los pueblos nativos.

En segundo lugar, era una idea basada en el racismo contra las comunidades judías: el antisemitismo. El eslogan refleja la idea racista de que los judíos de Inglaterra, Francia y América no “pertenecían” realmente a sus países de nacimiento y que, en realidad, debían ser deportados a “Oriente”, de donde, según la mitología, procedían “realmente”.

Estas mitologías violentas y racistas deben ser totalmente rechazadas por cualquier persona de buena voluntad con un mínimo de decencia humana. Palestina nunca fue “una tierra sin pueblo” y los judíos no son unos extranjeros en Europa que necesiten irse a una mítica “patria”.

Tan falsa como siempre ha sido la base misma de esta consigna, fue el fundamento del movimiento sionista desde sus inicios a finales del siglo XIX. Imponer el borrado a la población palestina nativa, como lo ha hecho siempre, es una fórmula inevitable para el inicio de la resistencia palestina al sionismo, por todos los medios necesarios.

En su libro Expulsion of the Palestinians, el erudito palestino Nur Masalha dice que ese infame eslogan sionista no pretendía ser una evaluación demográfica literal: los sionistas “no querían decir que no hubiera pueblo en Palestina, sino que no había pueblo digno de consideración en el marco de las nociones de supremacía europea que entonces prevalecían”.

Esta actitud racista era común a todos los movimientos coloniales, ya fueran iniciados por el Imperio Francés, el Imperio Británico o por los asentamientos de colonos independientes de una metrópoli imperial, como fue el caso de Sudáfrica, que llevarían a la imposición de regímenes de supremacía blanca y apartheid.

Estos son los verdaderos orígenes del movimiento sionista moderno, que no tienen nada que ver con la sarta de mentiras vertidas sobre el “caso progresista de Israel”. El resultado inevitable fue que un estado fundado por un movimiento basado en la mentira y la violencia nació del terror y la limpieza étnica.

Amir al Nimri y Luay Kahil, de 15 y 16 años respectivamente, murieron poco después de ser atacados por fuerzas aéreas israelíes el 14 de julio de 2018. Otras doce personas resultron heridas.
Amir al Nimri y Luay Kahil, de 15 y 16 años respectivamente, murieron poco después de ser atacados por fuerzas aéreas israelíes el 14 de julio de 2018. Otras doce personas resultron heridas.

Más de 750.000 palestinos fueron expulsados a punta de pistola por los sionistas en 1948. Esta Nakba o catástrofe nunca ha terminado, ya que los palestinos siguen siendo expulsados lentamente por Israel hasta el día de hoy.

No es de extrañar, pues, que un estado fundado por la violencia y la mentira tenga que fabricar y manipular habitualmente pruebas para sostener su propaganda en el mundo moderno. Una sofisticada investigación conjunta de un grupo de expertos con sede en Londres, Forensic Architecture, y el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem, muestra uno de los últimos ejemplos de ello.

Las impresionantes pruebas que acumulan demuestran definitivamente que Israel manipuló uno de sus propios vídeos para ocultar la verdad: que en julio del año pasado bombardearon y mataron a dos niños palestinos de 14 años. Luay Kuhail y Amir al Nimra estaban haciéndose una foto en la azotea de un edificio de la ciudad de Gaza cuando fueron bombardeados sin previo aviso en un ataque aéreo israelí.

Utilizando una impresionante variedad de fuentes de vídeo, sofisticados modelos informáticos y expertos análisis de armas, el vídeo de Forensic Architecture muestra de forma convincente que Israel fue la responsable de sus muertes, probablemente de forma deliberada o, como mínimo, imprudente.

El vídeo de propaganda que el ejército israelí publicó en su momento afirmaba que el edificio recibió cuatro disparos de advertencia “no letales” antes de ser bombardeado. Sin embargo, Forensic Architecture prueba que el llamado “disparo de advertencia” que los mató fue, en realidad, una bomba llena de metralla, diseñada deliberadamente para maximizar el número de víctimas humanas, y que los dos chicos murieron por la primera de las cuatro bombas de “advertencia”.

La investigación también prueba que el vídeo de propaganda israelí publicado en Twitter y en otros lugares fue manipulado deliberadamente para eliminar cualquier evidencia de la presencia de los dos niños en la azotea. Es muy probable que el material original — borrado del vídeo publicado — mostrara a los dos niños sentados en la parte superior del tejado. Por lo tanto, una vez más, Israel es culpable de un asesinato frío y calculado de niños palestinos.

Como concluye el vídeo de Forensic Architecture y B’Tselem, “este caso ilustra el desprecio de Israel por las vidas de los civiles y por la verdad”.

Asa Winstanley es periodista de investigación, vive en Londres y escribe sobre Palestina y Oriente Medio. Ha estado visitando Palestina desde 2004 y es originario del sur de Gales. Escribe para el galardonado sitio de noticias palestino The Electronic Intifada, del que es editor asociado, y también una columna semanal para el Middle East Monitor.

Este artículo fue publicado en The Palestinian Information Center y ha sido traducido por Javier Villate.

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