Israel ha atacado Líbano y Siria, ¿y qué?

Israel ha atacado una vez más a sus vecinos, al Líbano, Siria e Irak. Occidente ni siquiera lo ha condenado. El estado sionista es libre de hacer lo que quiera

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
7 min readAug 30, 2019

--

Andre Vltchek / New Eastern Outlook, 26 de agosto de 2019 — El 25 de agosto de 2019, Israel atacó el Líbano. Lo ha vuelto a hacer.

La misma noche atacó Siria. También lo ha vuelto a hacer.

RT informó el mismo día:

“Aviones teledirigidos israelíes violaron abiertamente la soberanía libanesa e infringieron la Resolución 1701 de la ONU, que puso fin a la guerra entre Israel y el Líbano de 2006”, dijo Hariri el domingo, pocas horas después de que se informaran de los dos incidentes protagonizados por drones israelíes en Beirut.

Hariri calificó la incursión como una “amenaza a la estabilidad regional y un intento de aumentar las tensiones”.

Dijo que hay una fuerte presencia de aviones en el espacio aéreo de Beirut y sus suburbios, y agregó que consultará con el presidente libanés Michel Aoun sobre lo que se podría hacer para repeler la “nueva agresión”.

¿Y bien? Esta situación no es nueva. Se ha repetido en muchas ocasiones.

El primer ministro Hariri está furioso, pero es uno de los mejores aliados de Estados Unidos y Arabia Saudí en la región. De hecho, es ciudadano saudí. ¿Va a hacer algo como entrar en guerra con Israel? Jamás.

¿Puede realmente hacer algo? No, nada. Aunque quisiera. La verdad es que no puede hacer absolutamente nada. Ni él ni el presidente Aoun del Líbano, ni siquiera las fuerzas armadas libanesas. El Líbano no tiene medios para repeler un ataque israelí. ¡Absolutamente ningún medio! La fuerza aérea del país es patética y consiste en varios juguetes voladores, como Cessnas modificados, viejos helicópteros y varios A-29 Super Tucanos. Eso difícilmente podría asustar a unos de los escuadrones más poderosos y bien entrenados del mundo, como son los del estado judío.

La amarga e incómoda verdad es que Israel puede hacer prácticamente todo lo que desee, al menos en esta parte del mundo.

Hace apenas unos días, me atreví a conducir de nuevo desde Beirut hasta Naqura, y luego, a lo largo de la Línea Azul — “protegida” por la ONU — , hacia el este hasta Kfarkela.

El repugnante muro israelí, que está dejando cicatrices en uno de los paisajes más bellos de Oriente Medio, está casi terminado a lo largo de toda la frontera con el Líbano. Hace un año, el gobierno libanés protestó, llamándolo casi un acto de guerra. Los israelíes no se inmutaron. Como siempre, hicieron lo que quisieron. Se acercaron a la Línea Azul, o más exactamente, al menos en varias ocasiones, la cruzaron; y construyeron ese monstruo de hormigón justo ante la mirada de los soldados libaneses y del personal de la ONU. “¿Qué podemos hacer?”, se preguntaban sin respuesta.

Nadie ha hecho nada en represalia. ¡Cero! Los soldados indonesios de la FPNUL (Fuerza Provisional de Naciones Unidas para el Líbano) se hacen selfies delante del muro, apoyados en sus vehículos blindados, mientras que las banderas de Hezbolá ondean a pocos metros de Israel. Todo este horroroso espectáculo está a unos 10 kilómetros del territorio sirio ocupado por Israel en los Altos del Golán. Puedes ver los Altos del Golán fácilmente desde aquí. Hace unos años estuve en los Altos del Golán para escribir un reportaje. Aprendí entonces, y ahora me lo confirman una y otra vez, que los israelíes son realmente grandes expertos en la construcción de muros que destrozan y fragmentan toda la región.

Pero entonces y ahora, ¡nada les detiene!

Israel puede bombardear lo que quiera. Siempre se sale con la suya. Nadie se atreve a intervenir.

Hoy, cuando los aviones teledirigidos de Israel, llenos de explosivos, atacaron el Líbano, los barcos de combate de la ONU estaban atracados en el puerto de Beirut. Después de que una explosión sacudiera un barrio chiíta, dañando el centro de medios de comunicación de Hezbolá — que visité hace dos años — , los barcos ni siquiera cambiaron de posición, ¡y mucho menos salieron del puerto para defender el Líbano!

Entonces, ¿para qué están esos barcos allí? Nadie lo sabe. Nadie pregunta, obviamente.

Aquí, todo es así. Conduzco hasta un área controlada por Hezbolá. Hay un puesto de control privado. Lo fotografío. Ellos me paran. Un tipo enorme con una ametralladora me bloquea el paso. Salgo del coche, junto las manos: “¿Quieres arrestarme?”. Duda. Lo ignoro. Vuelvo a mi coche y me alejo. Estoy cabreado. ¿Por qué no luchan contra los israelíes y sus constantes invasiones, con esa complexión física y ese armamento?

Un alto funcionario de la ONU en el Golfo, amigo mío, que no quiere ser identificado, me lo dijo amargamente: “No hay condena. Hay completo silencio de la ONU y de Occidente”.

Hariri se siente obligado a protestar, ya que su país fue atacada. ¿Pero está realmente indignado? Tal vez un poco. Pero odia a Siria, odia a Hezbolá.

El Líbano sólo está unido por unos pocos platos folclóricos, delicias culinarias; no por la política.

¿Está listo el país para defenderse? Apenas. Los que tienen dinero están demasiado ocupados corriendo con sus coches europeos, sin silenciador, por calles llenas de baches, o luciendo sus piernas en centros comerciales de cinco estrellas.

Los pobres del Líbano no importan, no existen. Los palestinos no importan, viven y mueren, hacinados como sardinas en repulsivos campos de refugiados sin apenas derechos. Esto ha estado sucediendo durante décadas.

Muchos cristianos libaneses aplauden en secreto a Israel. O no tan secretamente… Y están tan enamorados de todo lo occidental que, como me dijeron en varias ocasiones, les encantaría ser colonizados por Francia de nuevo.

El Líbano está tan fragmentado en razas, religiones y condición social que no puede mantenerse en pie. Las plataformas turcas de centrales eléctricas suministran energía. La infraestructura está colapsada. La suciedad está por todas partes. La corrupción cínica lo consume todo. Pero el exhibicionismo y la exhibición nunca se detienen. El dinero está ahí sólo para clubes hedonistas y estancias en Niza. Hezbolá es la única institución que se preocupa por el bienestar de todo el pueblo libanés; la única fuerza dispuesta a defender al país contra las intervenciones extranjeras. Israel y Occidente lo saben. Y están haciendo todo lo que pueden para destruir a Hezbolá.

El Líbano se ha convertido en el hazmerreír de la región. Así es muy difícil enfrentarse a uno de los ejércitos más poderosos de la Tierra.

Apenas unas horas antes de que el Líbano fuera atacado, Israel admitió que su fuerza aérea había atacado a la milicia chiíta y objetivos iraníes en Siria. Declaró que había eliminado los “drones asesinos” preparados por la Fuerza Quds para llevar a cabo ataques en territorio israelí.

Israel lo justifica todo por su “autodefensa”. Cualquier ataque escandaloso, cualquier bombardeo, es siempre “preventivo”. El mundo ya se ha acostumbrado a ello. El mundo no está haciendo nada para impedirlo.

La gente muere. Mueren muchos todos los años. De esta forma, “los ciudadanos israelíes pueden estar seguros”. Y Occidente y sus aliados pueden controlar la región, indefinidamente.

El 25 de agosto, Hasán Nasralah, líder de Hezbolá, describió la situación actual en Oriente Medio como “muy, muy peligrosa”. “Estados Unidos trata de resucitar a Daesh en Irak […] Los helicópteros estadounidenses están rescatando a Daesh en Afganistán…”.

Habló sobre el ataque al Líbano:

Los drones que entraron en los suburbios al amanecer son aviones militares. El primer avión fue un avión de reconocimiento que volaba a baja altitud para obtener una imagen precisa del objetivo. No derribamos el avión, pero algunos jóvenes le tiraron piedras antes de que cayera. Lo que ocurrió anoche fue un ataque suicida con un avión teledirigido contra un objetivo en los suburbios del sur de Beirut. Netanyahu se equivocaría si piensa que este asunto puede pasar desapercibido. El Líbano se enfrentará a una situación muy peligrosa si este incidente no se aborda. El atentado suicida del amanecer es el primer acto de agresión desde el 14 de agosto de 2006. La condena del estado libanés de lo ocurrido y la remisión de la cuestión al Consejo de Seguridad es positiva, pero estas medidas no impiden que se adopten las medidas necesarias. Desde el año 2000, hemos permitido los aviones no tripulados israelíes por muchas razones, pero nadie se ha movido. Los drones israelíes que entran en el Líbano ya no están recogiendo información, sino matando. A partir de ahora, nos enfrentaremos a esos aviones israelíes cuando entren en los cielos del Líbano y trataremos de derribarlos. Le digo a los israelíes que Netanyahu está jugando con su sangre.

Occidente y sus aliados están intensificando las tensiones en todo Oriente Medio. Algunos dicen que “la guerra es posible”. Otros dicen que “es inminente”. Pero no es sólo una posibilidad. Hay una guerra. En todas partes. En Afganistán y Siria, en Yemen e Irak. ¡Dondequiera que mires! Incluso en el Líbano.

Andre Vltchek es filósofo, novelista, cineasta y periodista de investigación. Es creador de Vltchek’s World in Word and Images y ha escrito varios libros, entre ellos China and Ecological Civilization. Escribe especialmente para la revista en línea New Eastern Outlook.

Este artículo fue publicado por New Eastern Outlook y ha sido traducido por Javier Villate.

--

--