La escasez de electricidad en Gaza es fatal para los niños que necesitan atención médica

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
5 min readJan 9, 2019

Elizabeth Hagedorn / Palestine Responds, 4 de enero de 2019 — Rami al Kamuni besa a su hijo en la frente y observa cómo Mohamed respira profundamente. Su hijo de 12 años está inhalando medicamentos con la ayuda de un nebulizador, una rutina que repetirá varias veces más ese día.

Mohamed tiene parálisis cerebral, un trastorno neurológico que afecta a su función motora y que le ha exigido siete intervenciones quirúrgicas de cerebro en Gaza e Israel. Debido a sus dificultades respiratorias, depende de equipos especiales, incluyendo un nebulizador eléctrico, para mantener su respiración durante todo el día.

“La vida de Mohamed depende de la electricidad. Su colchón es eléctrico. Tiene un nebulizador eléctrico. También tiene un ventilador eléctrico para evitar las úlceras de decúbito”, dice Rami al Kamuni, el padre de Mohamed.

La crisis eléctrica de Gaza priva a los dos millones de habitantes de la franja de una energía eléctrica constante en sus hogares y resulta enormemente perjudicial para la frágil salud de Mohamed.

Gaza ha sufrido durante mucho tiempo la escasez de electricidad, pero la situación se agravó en junio, como consecuencia de las fricciones entre el presidente palestino Mahmud Abás y HAMAS, el grupo islamista que tomó el control de la Franja de Gaza hace 10 años.

Para presionar a HAMAS, Abás pidió a Israel, el principal proveedor de electricidad a Gaza, que redujera el suministro de este bien básico, a lo que el estado judío accedió gustosamente.

Con la esperanza de que el grupo ceda el control de la franja costera, Abás ha intentado asfixiar financieramente a HAMAS. En abril, redujo los salarios de más de 50.000 funcionarios públicos en un 30 por ciento e impuso fuertes impuestos sobre el combustible de la central eléctrica.

“Puedo admitir que hay una división palestina, un conflicto político”, dijo Basem Naim, jefe del sector de la salud en el gobierno de Gaza dirigido por HAMAS. “Pero eso no es excusa para despojar a nadie de sus derechos básicos”.

La ONU, que considera que el territorio palestino costero está ocupado por Israel, advirtió que Gaza corre el riesgo de un “colapso total” si persisten los apagones diarios.

En una declaración proporcionada a Circa, la Coordinación de las Actividades del Gobierno de Israel en los Territorios (COGAT) culpó a HAMAS de los apagones, diciendo que el grupo prefería “promover el terrorismo y perjudicar a los residentes” de Israel antes que defender a Gaza.

Las personas que viven en la Franja de Gaza siguen con sus vidas cotidianas sin saber cuándo se encenderán las luces o cuánto tiempo durarán. En algunos vecindarios, los apagones duran hasta 20 horas al día.

La madre de Mohamed, Enas al Kamuni, dice que esto le deja poco tiempo para cuidar de su familia.

“No puedo hacer nada en cuatro horas”, dijo Enas. “No hay tiempo suficiente para cocinar, hacer los deberes y cuidar de Mohamed”.

Los Al Kamuni poseen un pequeño generador que funciona cuando se corta la electricidad. Pero Rami al Kamuni tiene que pagarlo, así que los vecinos contribuyen con combustible cuando les es posible.

“Cuando se corta la electricidad, todo se vuelve agotador”, dice Al Kamuni.

La mayoría de los habitantes de Gaza no pueden costearse la energía solar ni los generadores, e incluso para los que pueden, esos suministros son escasos. Alegando razones de seguridad, Israel ha impuesto un bloqueo a Gaza desde que HAMAS tomó el poder en 2007. El bloqueo limita la entrada de bienes considerados de “doble” uso militar-civil, incluyendo ciertas baterías y generadores.

Los cortes de electricidad no solo han redefinido la vida doméstica diaria en Gaza. Gregor von Medeazza, jefe del programa de agua, saneamiento e higiene de UNICEF, dice que podrían tener implicaciones a largo plazo en el sector de la salud de Gaza.

“Hay dos millones de personas que se están ahogando literalmente, la mitad de las cuales son niños”, dice Von Medeazza.

Los trece hospitales de Gaza, que ya funcionan con escasez de suministros y personal, se han visto obligados a funcionar con generadores de emergencia, que según los médicos son propensos al mal funcionamiento. Los recién nacidos en incubadoras y los pacientes de diálisis renal, cuyas máquinas deben funcionar durante horas ininterrumpidamente, corren un riesgo especial. No es raro que los hospitales den de alta a los pacientes antes de tiempo, pospongan la cirugía electiva o cierren sus puertas cuando los generadores dejan de funcionar.

Los continuos cortes de electricidad también están comprometiendo vacunas, sangre y medicamentos que necesitan refrigeración constante. Según la Organización Mundial de la Salud, el 40 por ciento de los medicamentos esenciales de Gaza se agotaron en agosto.

La escasez de combustible también ha afectado al agua potable y al saneamiento. Sin electricidad, las cinco plantas de tratamiento de aguas residuales de Gaza se han visto obligadas a acortar sus ciclos de tratamiento. Ahora están vertiendo más de 100 millones de litros al día de aguas residuales no tratadas o parcialmente tratadas en el Mediterráneo.

“Son como 42 piscinas olímpicas llenas de aguas residuales”, explicó von Medeazza.

Para muchos habitantes de Gaza, que carecen de electricidad para refrigerar sus hogares, las 25 millas de playas de la franja son el único respiro de las sofocantes temperaturas del verano. Pero según Von Medeazza, el 73 por ciento de la costa está demasiado contaminada para zambullirse en ella.

En agosto, un niño de cinco años murió después de nadar en agua de mar contaminada.

Los jóvenes, que no pueden dormir por la noche debido al calor del verano o que no pueden terminar sus deberes con luz, se ven especialmente afectados por los cortes de electricidad, según Save The Children. La organización benéfica internacional dice que más de 740 escuelas en Gaza están luchando por funcionar sin electricidad.

“No deberíamos tener que exigir un servicio tan básico como la electricidad para los niños de Gaza”, dijo Jennifer Moorehead, de Save The Children, en un comunicado. “Un par de horas de energía al día no es aceptable en 2017”.

La vida cotidiana ya era sombría para los casi dos millones de palestinos que viven en Gaza. Más del 40 por ciento de la población está desempleada. Ocho de cada diez personas dependen de la ayuda humanitaria internacional para sobrevivir. El acceso fiable a los alimentos, el saneamiento y el agua potable está fuera del alcance de gran parte de la población.

Hace dos años, la ONU advirtió que Gaza podría volverse “inhabitable” en 2020. La organización dice ahora que la vida en el enclave costero se está deteriorando más rápido de lo que se había previsto.

Las condiciones de vida actuales son “catastróficas”, dijo Adnán Abu Hasna, portavoz de la UNRWA en Gaza, el organismo de la ONU encargado de ayudar a los refugiados palestinos. “Estamos hablando de cosas básicas. Estos son derechos humanos”.

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