La mayoría de los inmigrantes y refugiados que llegan a Grecia huyen de la violencia en sus países
The National Herald, 2 de marzo de 2020 — Un estudio realizado por el think tank griego diaNEOsis ha encontrado que el 91 por ciento de los refugiados e inmigrantes que llegan a Grecia — casi siempre a través de Turquía — huyen de las zonas de guerra y de la violencia y no sólo buscan trabajo o mejores condiciones económicas.
Hay unos 100.000 en el país, incluyendo unos 42.000 en centros de detención en islas y campos cerca de Turquía, lo que ha permitido a los traficantes de personas seguir enviándolos aprovechándose de la práctica suspensión del acuerdo de intercambio con la Unión Europea.
Casi todos buscan asilo, un proceso que puede llevar dos años o más, lo que facilita frecuentes actos de violencia en los campamentos entre grupos étnicos y la despiadada intervención de la policía antidisturbios.
La situación ha empeorado debido a la feroz oposición de las autoridades y los residentes de la isla a los planes del gobierno de Nueva Democracia, que quiere crear nuevos centros de detención para aquellos a los que no se conceden los permisos para entrar en el país.
Unas 14.000 personas refugiadas han sido trasladadas al continente, pero los planes del gobierno griego de confiscar propiedades para construir los nuevos centros de detención han enfurecido a aquellos residentes de las islas que temen que se conviertan en permanentes y desencadenen batallas campales.
Con Turquía abriendo sus fronteras para permitir que decenas de miles de refugiados intenten entrar en Grecia, el problema se ha vuelto peligroso para Atenas, más aún cuando el citado estudio ha mostrado que la gran mayoría de los refugiados y migrantes deberían ser elegibles para el asilo.
Con la UE cerrándoles sus fronteras y otros países renegando de las promesas de ayudar a soportar parte de la sobrecarga, el problema se ha centrado en gran medida en Grecia, en medio de una larga crisis económica y una política de austeridad que está dificultando una lenta recuperación.
Según la ONU, en los últimos cinco años más de dos millones de personas han cruzado el Mar Mediterráneo tratando de entrar en la UE, que no ha hecho casi nada para ayudar a Grecia o a otros destinos principales, como Italia, Malta y España.
El proyecto diaNEOsis, dijo Kathimerini en un informe, mostró las opiniones y actitudes de la nueva afluencia de refugiados y migrantes, comparándolas con las de las olas migratorias más antiguas que ha vivido Grecia durante muchos años.
Un total de 800 migrantes y refugiados/as participaron en el amplio cuestionario de la encuesta, coordinado por el Dr. Vasiliki Tsagkroni, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Leiden, y el Dr. Vasileios Leontitsis, profesor de estudios sobre la globalización de la Universidad de Brighton, en colaboración con Kapa Research.
El estudio, según el informe, disipó muchos estereotipos sobre los refugiados y los inmigrantes existentes en la sociedad y la política griegas, principalmente la idea de que la mayoría son migrantes económicos y no huyen de la guerra y la violencia.
“Se trata de una cuestión muy grave que a menudo se pasa por alto en el debate público, en el que, por regla general, los migrantes y los refugiados, independientemente de su origen, se consideran una misma cosa indiferenciada”, señaló diaNEOsis en su investigación.
La encuesta reveló que el 75 por ciento de los nuevos solicitantes de asilo han experimentado ataques aéreos, el 69 por ciento han sobrevivido a ataques con bombas y el 53 por ciento han visto su propio hogar destruido.
Aunque muchos griegos también piensan que los refugiados y migrantes — la mayoría musulmanes o no cristianos — son altamente religiosos, la encuesta encontró lo contrario, con el 75 por ciento diciendo que no lo son.
La gran mayoría de los migrantes recientes se alojan en contenedores en los campamentos de refugiados, y sólo el 15 por ciento dice que viven en apartamentos o casas.
Si bien la compasión de los griegos se ha ido debilitando con el paso de los años, la mayoría de los que llegaron dijeron que sentían gratitud y amor por la acogida que recibieron de los griegos, conocidos por su hospitalidad.
Este artículo fue publicado en The National Herald y ha sido traducido por Javier Villate.