Las negligencias médicas deliberadas son causa importante de las muertes de presos palestinos

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
4 min readOct 6, 2019
Basam al Sayeh, murió en una cárcel israelí tras sufrir negligencias médicas deliberadas y reiteradas.

Motasem Dalloul / The Palestinian Information Center, 17 de septiembre de 2019 — Basam al Sayeh tenía 47 años cuando murió en una prisión israelí. Su familia, grupos de defensa de los derechos humanos y activistas palestinos alegan que murió a causa de los malos tratos infligidos por el Servicio de Prisiones de Israel y por negligencias médicas deliberadas.

Al Sayeh fue diagnosticado con cáncer en 2011 y fue detenido mientras asistía a una audiencia judicial de su esposa el 8 de octubre de 2015. Se ha quejado de malos tratos y negligencias médicas desde el comienzo de su detención. Los grupos de derechos humanos pidieron a las autoridades de ocupación israelíes que le ofrecieran tratamiento y medicamentos adecuados, y a los organismos internacionales, que presionaran a Israel en el mismo sentido.

Al comentar su muerte, el Club de Presos Palestinos (PPC) dijo que la salud de Al Sayeh se había deteriorado en los últimos dos meses. También señaló que sufría de enfermedades del corazón y de los pulmones.

El 29 de julio, Al Sayeh fue trasladado a la clínica de la prisión de Al Ramla, que los presos palestinos llaman “el matadero”. A medida que su estado empeoraba, fue trasladado al Centro Médico Asaf Harofeh, cerca de Tel Aviv, el 12 de agosto, donde fue declarado muerto.

“Las autoridades de ocupación israelíes son plenamente responsables del asesinato de Al Sayeh”, dijo el PPC. Los presos palestinos dentro de las cárceles israelíes, afirmó esta entidad, están sujetos a “tortura física y psicológica y negligencias médicas”.

En un gráfico detallado publicado en su sitio web, el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem dijo que en julio de este año había 5.248 presos palestinos en poder de Israel. El caso de Al Sayeh ha movido a grupos de defensa de los derechos humanos a plantear la cuestión de los malos tratos y la negligencias médicas que afectan a muchos de ellos, citando frecuentes quejas de presos, abogados y familiares.

Según el Centro Palestino de Derechos Humanos (PCHR), “[la muerte de Al Sayeh] refleja el alcance de las medidas punitivas que emplea [Israel] contra [los presos], especialmente en términos de negligencias médicas y tratamientos inadecuados proporcionados al menos a 150 presos con enfermedades crónicas y graves”.

El Centro señaló que este hombre de 47 años era el tercer preso político palestino que moría en una prisión israelí este año, con lo que el total desde el comienzo de la ocupación de Cisjordania en 1967 asciende a 221 presos palestinos. Fares Barud, de 51 años, falleció el 6 de febrero tras pasar 28 años en prisión. Fue declarado muerto, explicó el PCHR, pocas horas después de haber sido admitido en el Hospital Soroka de Israel. “Esto levantó sospechas de que se hubieran producido negligencias médicas deliberadas.” Barud sufrió dolores de estómago, corazón e hígado antes de su muerte.

Tras ser detenido el 9 de junio, Naser Taqatqah, de 31 años, “murió en régimen de aislamiento” un mes después, el 16 de julio. Taqatqah fue arrestado en su casa y permaneció bajo investigación hasta su muerte. Su familia confirmó que no tenía problemas de salud — “era un joven sano” — cuando fue detenido por las fuerzas de ocupación israelíes. Los miembros de la familia creen firmemente que debe haber enfermado bajo custodia y que se le ha negado la atención médica adecuada.

Los reclamos por negligencias médicas no son nuevos. Hace doce años, un preso político palestino murió en su celda de la prisión israelí de Maasiyahu el 25 de agosto de 2007 debido, supuestamente, a negligencias médicas. Omar Masalma, de 23 años, de la ciudad de Hebrón, en Cisjordania, fue detenido mientras trabajaba “ilegalmente” en Israel. Fue encarcelado junto a presos políticos, pero su familia, pensando que sería mejor para él, pidió que lo llevaran a Maasiyahu para que lo trataran como a un delincuente común.

El compañero de celda de Masalma le dijo a su familia que había sufrido de dolor de estómago severos y pidió ser examinado por un médico. Su petición fue denegada y continuó sufriendo hasta que no pudo soportar el dolor. Su compañero de celda y otros presos golpearon las puertas de sus celdas hasta que Masalma fue llevado para recibir “tratamiento”. Regresó cinco minutos después con “una píldora”.

“Se tragó esta píldora, se durmió y nunca más se despertó”, le dijeron a su familia. Sus familiares insistieron en que no tenía ningún problema de salud antes de su detención. Masalma estaba a solo 20 días de una sentencia de 21 meses cuando murió.

Walid al Agha, de Gaza, que pasó 13 años en cárceles israelíes y ahora es un activista por los derechos de los presos, piensa que la píldora que le dieron a Masalma probablemente no era más que un analgésico. El Servicio de Prisiones de Israel, dijo, da analgésicos a todos los presos sin importar cuál sea su dolencia, incluso si se trata de algo grave como el cáncer, la hipertensión o la diabetes.

Por supuesto, en varios informes y después de cada caso, el servicio penitenciario insiste en que está ofreciendo atención médica y tratamiento adecuados a todos los reclusos. La prueba, según afirma, es la existencia de la clínica en la prisión de Al Ramla, el mencionado “matadero”.

En total, dijo Al Agha, hay alrededor de 700 presos palestinos en cárceles israelíes que necesitan atención médica seria. Cree que ahora ellos esperan sufrir el mismo destino que Basam al Sayeh y las demás víctimas de lo que todos ellos insisten es la política deliberada de maltrato y negligencias médicas de Israel. Esta sigue siendo una de las principales causas de muerte entre los presos palestinos retenidos por el estado sionista.

Motasem A Dalloul es corresponsal de MEMO en la Franja de Gaza.

Este artículo fue publicado por The Palestinian Information Center y ha sido traducido por Javier Villate.

--

--