Lesbos: coronavirus, militarización y ataques neonazis

Hoy será un día de manifestaciones antifascistas, por los derechos de los migrantes y contra los centros de detención

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
5 min readMar 16, 2020

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Lesvos Calling / Progetto Melting Pot Europa — En enero, cuando estuvimos por primera vez aquí en Moria, el frío glacial y la lluvia que caía sobre este campamento parecían ser el peor de los enemigos, junto con la falta de electricidad, la imposibilidad de lavarse y la comida podrida.

La primavera debería haber alejado, junto con las nubes de lluvia, las dificultades del pasado invierno, permitiendo a los habitantes de Moria llevar una vida menos dramática. Lamentablemente, lo que ha sucedido es que un gran número de voluntarios y trabajadores han tenido que abandonar la isla debido a los ataques fascistas. Además, ahora hay una gran tensión también por el temor de que pueda estallar una epidemia de coronavirus.

El COVID-19 es un grave problema para el campamento de Moria y, después de que se haya confirmado el primer caso, el personal de Médicos Sin Fronteras, que ha reanudado todas las actividades, está visitando las tiendas explicando en diferentes idiomas cómo protegerse y tratar de evitar el contagio. El hecho es que en Moria es casi imposible cumplir con las recomendaciones higiénicas y evitar el contagio. Cuando las normas sanitarias ordenan mantener cierta distancia con los demás, usar desinfectantes y lavarse las manos a menudo, la pregunta que muchos inmigrantes nos hacen es “¿cómo podemos evitar el contagio si nos vemos obligados a vivir en tiendas pequeñas y peor que rudimentarias? ¿Cómo podemos lavarnos las manos y mantener una higiene correcta si no tenemos agua o jabón?”. Según Médicos Sin Fronteras (MSF) hay un lavabo por cada 1.300 personas. A menudo ese lavabo no funciona todo el día. “Sería imposible contener una epidemia en asentamientos como estos en Lesbos, Chios, Samos, Leros y Kos. Hasta el día de hoy, no hemos visto un plan de emergencia que pueda proteger y tratar a la gente que vive en los campos en caso de una epidemia”, dice la doctora Hilde Vochten, coordinadora médica de MSF en Grecia.

Parece, pues, que hay seres humanos que son más importantes, y por lo tanto necesitan ser salvaguardados mediante la promulgación de cualquier tipo de prevención y medidas urgentes y drásticas, mientras que los menos importantes pueden correr el riesgo de ser infectados, y se les deja vivir en condiciones inhumanas. La única salida, también según MSF, sería la evacuación inmediata de todos los campos de las islas del Egeo.

El virus es sólo la última crisis que pesa sobre las vidas de los migrantes que viven en Moria, ya que lo que ha causado fuertes tensiones y temor tanto a los migrantes como a los voluntarios han sido algunos ciudadanos locales apoyados por los neonazis de Amanecer Dorado y otras organizaciones fascistas que han llegado desde Atenas y otras ciudades europeas. Han comenzado con intimidaciones, continuado con incendios y palizas a la luz del día, y llegando a crear puestos de control para buscar personas que simpatizan con los inmigrantes y las que trabajaban con ellos.

La ira ha aumentado sobre todo por la decisión del gobierno de construir nuevos campos de detención para los refugiados, una decisión política que ha revelado lo que ya estaba claro, pero que no se aceptaba: la presencia de los inmigrantes en la isla no va a ser temporal sino permanente. A los isleños no les gustó esta imposición, así que se han movilizado atacando primero a la policía. La extrema derecha local ha sabido aprovechar esta frustración, señalando al inmigrante como el culpable y redirigiendo el odio hacia los activistas y las ONG, que se han convertido en blanco, con resultados como el reciente incendio de las estructuras de One Happy Family.

Otro impedimento para las actividades de las ONG ha sido la militarización de la isla, que continúa de forma masiva y no ha quedado precisamente sin detectar. El 2 de marzo, Grecia ha comenzado un entrenamiento de sus fuerzas armadas a lo largo de la costa oriental de la isla, la que se enfrenta a Turquía. Este es un movimiento que impide las actividades de vigilancia en esa parte de la frontera. Muchos activistas piensan que es una forma de que las guardias costeras griega y turca actúen sin ser molestadas y mantengan su comportamiento ilegal hacia los migrantes.

Mientras tanto, en el interior del campo de Moria el desarrollo constante no se ha detenido: los inmigrantes, gracias también al buen tiempo, se organizan para construir estructuras estables, como una mezquita que se va a utilizar también como escuela para los niños; los hornos utilizados para cocer el pan son cada vez más numerosos y algunas partes del campo han sido dotadas de un generador eléctrico que suministra electricidad por lo menos durante algunas horas todos los días.

La organización de la vida en Moria está evolucionando no sólo desde el punto de vista de la supervivencia, sino también desde el punto de vista político. Las diferentes comunidades que existen en el interior del campamento están empezando a comunicarse entre sí para organizar manifestaciones con mayor frecuencia. Esta creciente conciencia de que sus voces deben ser escuchadas cada vez más fuerte ha sido recibida con una respuesta cada vez más dura de la policía, que reprime cualquier tipo de manifestación.

Un claro ejemplo ha sido la manifestación del 2 de marzo, en la que la policía antidisturbios ha utilizado masivamente gases lacrimógenos contra las primeras líneas de una manifestación espontánea. Sólo un pequeño número de sitios web han informado de la noticia: Moria aparece y desaparece principalmente porque eso es lo que quieren los medios de comunicación.

Muchas ONG creen que la única manera de superar este tiempo oscuro es una respuesta clara a las acciones violentas perpetradas por el gobierno y los grupos neonazis, sin retroceder ante ellas. (Lesvos Solidarity — Pikpa).

Las manifestaciones de hoy tienen una importancia estratégica: tienen que mostrar una respuesta antifascista y contra la violencia, pero también mostrar apoyo a las personas que han decidido quedarse en Moria y continuar su lucha contra la detención ilegal de migrantes y en defensa de sus derechos.

Por lo tanto, es importante apoyar estas manifestaciones y pedir la evacuación inmediata ahora que el coronavirus parece estar propagándose en todas las islas.

Patrullero de la Guardia Costera italiana amarrado en el puerto de Mitilene.

Este artículo fue publicado en Progetto Melting Pot Europa y ha sido traducido por Javier Villate.

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