Por qué protestan los refugiados palestinos en el Líbano

Los refugiados palestinos dicen que son víctimas de un sistema “racista” y exigen claridad jurídica sobre su estatus

Javier Villate
Disenso Noticias Palestina
6 min readJul 22, 2019

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Refugiados palestinos protestan fuera del campo de refugiados palestinos de Burj al Barajneh, al sur de la capital libanesa, Beirut, el 16 de julio de 2019. (Foto: Anwar Amro / AFP)

Alí Yunes / Al Yazira, 20 de julio de 2019 — Miles de refugiados palestinos protestaron el viernes en sus campamentos y los alrededores para exigir que el gobierno libanés ponga fin a su exigencia de obtener un permiso de trabajo para conseguir empleo.

La intensificación de las protestas fue provocada por el cierre de dos empresas de propiedad palestina la semana pasada, y los manifestantes pidieron al gobierno que reconsidere la represión contra los trabajadores indocumentados no libaneses que, según ellos, está afectando a sus medios de vida.

Algunos críticos han afirmado que las recientes medidas del Ministerio de Trabajo son parte de una campaña dirigida a la población refugiada siria para obligarla a regresar a su país.

Camille Abu Sleiman, ministra de Trabajo del Líbano, dijo el jueves en un canal de televisión local que el ministerio se ha limitado a hacer cumplir las leyes que regulan la estancia de los trabajadores extranjeros en el país y negó tener como objetivo a los palestinos.

Pero los refugiados palestinos, a quienes los libaneses ya han prohibido trabajar en multitud de profesiones como parte de una política vigente desde hace muchos años para disuadirlos de permanecer en el país, temen que la medida afecte aún más sus oportunidades de empleo.

“El trabajador palestino no es un visitante extranjero, sino un refugiado que vive a la fuerza en el Líbano”, dice Fathi Abu Ardat, funcionario de la embajada de la Autoridad Palestina (AP).

Esfuerzos para poner fin a la crisis

La Autoridad Palestina de Ramala está manteniendo conversaciones con el gobierno libanés para resolver el problema, mientras que HAMAS ha enviado una delegación de alto nivel a Beirut para reunirse con el primer ministro libanés Saad Hariri.

Los funcionarios palestinos que hablaron con Al Yazira, en condiciones de anonimato porque no están autorizados a hablar con los medios de comunicación, dijeron que el gobierno libanés está avanzando hacia una solución que satisfará a todas las partes.

Los líderes de HAMAS se reunieron con el primer ministro libanés Saad Hariri para discutir la cuestión de los permisos de trabajo. (Foto: Al Yazira)
Los líderes de HAMAS se reunieron con el primer ministro libanés Saad Hariri para discutir la cuestión de los permisos de trabajo. (Foto: Al Yazira)

Después de la reunión con Hariri, Izat Risheq, miembro destacado de HAMAS, dijo que la delegación palestina había llegado a un acuerdo con el primer ministro.

“Hariri aseguró a la delegación palestina que el gobierno libanés tomará varias medidas para garantizar a los refugiados palestinos que no serán tratados como trabajadores extranjeros”, dijo Risheq a Al Yazira.

Según los participantes en la reunión, Hariri sostiene que el estatus político de los refugiados palestinos en el Líbano no debe ser tocado, y añadieron que el Consejo de Ministros promulgará medidas para resolver la crisis actual.

No hubo ninguna declaración oficial de Hariri después de la reunión.

Hasán Mneimneh, exministro de Educación libanés, instó a las dos partes a llegar a un acuerdo aceptable para ambas.

“El Ministro Abu Sleiman estaba en su derecho de exigir la aplicación de las leyes libanesas, pero quizás no fue consciente de la complicada situación laboral de los trabajadores palestinos”, dijo Mneimneh, que dirige el Comité de Diálogo Palestino-Libanés, un grupo que está promoviendo los esfuerzos para poner fin a la crisis.

La clave de las demandas de los palestinos, dijo Mneimneh, es asegurar que las regulaciones gubernamentales que se refieren a su presencia o empleo en el país deben ser decididas por el Consejo de Ministros, no por ministros individuales cuyas decisiones puedan afectarles dependiendo de su afiliación política.

Sistema discriminatorio

Los refugiados palestinos en el Líbano están atrapados en una zona gris dentro del complicado sistema político libanés basado en la religión y que los ve como extraños.

En tanto que refugiados, los palestinos reciben asistencia en educación y atención médica a través de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).

Pero una de las principales quejas palestinas que han surgido en las últimas semanas ha sido la falta de una política clara y adecuada sobre la presencia palestina en el país por parte de Beirut.

La legislación libanesa se refiere a los trabajadores palestinos en términos generales como “trabajadores extranjeros”, pero reconoce su situación particular porque no pueden, como “trabajadores extranjeros”, regresar a Palestina.

Zaher Abu Hamdeh, un refugiado y periodista palestino en el Líbano, dijo que los palestinos no están plenamente considerados como “trabajadores extranjeros” ni como “refugiados”, una situación que deja la puerta abierta a los ministros del gobierno libanés para tomar medidas arbitrarias contra ellos.

“En cualquiera de los dos casos, tendríamos derecho a un conjunto diferente de derechos y beneficios, pero se les niega… en ambas categorías”, dijo.

“El Líbano tiene un elaborado sistema político racista diseñado para discriminar a los palestinos”, argumentó Abu Hamdeh.

Dijo que, por ejemplo, como trabajadores extranjeros, los palestinos tendrían derecho a vivir en cualquier lugar del Líbano, a tener derechos legales y a todas las prestaciones de la seguridad social, incluida la asistencia sanitaria.

Pero se les prohíbe trabajar en muchas profesiones organizadas corporativamente, incluyendo la medicina, el derecho y la ingeniería, o como taxistas y barberos. Por eso, la mayoría de los palestinos terminan aceptando trabajos de bajos salarios en la agricultura y la construcción, aquellos que la mayoría de los libaneses evitan.

El desempleo entre la población palestina se estima que ronda el 20 por ciento.

También se prohíbe a los palestinos poseer propiedades o heredarlas de sus familiares.

Permisos de trabajo

Según los palestinos, la exigencia del gobierno de que obtengan un permiso de trabajo no es realista e ignora su situación real en el Líbano.

Dicen que para obtener ese permiso, primero deben obtener un contrato de trabajo, que implica la inscripción en la seguridad social del gobierno y el pago de cuotas, un servicio del que, como palestinos, no pueden obtener beneficios inmediatos, incluso en el ámbito de la atención sanitaria, la baja por enfermedad y otros.

También dicen que este requisito abre la puerta a una mayor explotación de sus derechos como trabajadores por parte de empleadores codiciosos, que se mostrarían reacios a contratar a palestinos con un permiso de trabajo ya que tendrían que pagar un impuesto de seguridad social del 23 por ciento en su nombre.

Según el sistema político libanés basado en la religión, los tres cargos más altos de gobierno en el país — el presidente, el primer ministro y el presidente del parlamento — se asignan a un cristiano maronita, un musulmán sunita y un musulmán chiíta, respectivamente.

Analistas libaneses y palestinos argumentan que la repentina prisa por atacar a los trabajadores palestinos y sirios en el Líbano tiene que ver con la competencia entre los partidos cristianos de derecha del Líbano, principalmente entre el Movimiento Patriótico Libre encabezado por Gibran Bassil, ministro de Asuntos Exteriores y yerno del presidente Michel Aoun, y las Fuerzas Libanesas, encabezadas por Samir Geagea.

Geagea, un ex jefe de milicia con una animosidad histórica hacia los palestinos, está haciendo campaña dentro de la comunidad cristiana para debilitar a Bassil, su principal rival para la presidencia del Líbano, según los observadores.

Los analistas también señalan que la reciente represión en el terreno laboral solo se ha producido porque Abu Sleiman, el actual ministro de trabajo, es miembro de las Fuerzas Libanesas: la cuestión no se había planteado durante el mandato de los anteriores ministros de trabajo que pertenecían a un partido político diferente.

“La feroz competencia entre Geagea y Bassil sobre quién es mejor para representar a los cristianos es esencialmente lo que impulsa la crisis actual”, dice el periodista palestino Abu Hamdeh.

Sigue a Alí Yunes en Twitter: @ali_reports

Este artículo fue publicado por Al Yazira y ha sido traducido por Javier Villate

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