Al Bawaba, 6 de noviembre de 2018 — Fundado en 1957 con tiendas de campaña para los palestinos obligados a abandonar sus hogares por el establecimiento de Israel, Yarmuk se convirtió en un extenso barrio de estructuras permanentes que se convirtió en el hogar de 160.000 palestinos, y también de sirios.
Después de años de combates, asedios paralizantes y bombardeos, lo que una vez fue el mayor asentamiento urbano de la diáspora palestina en el sur de Damasco ha quedado reducido a un mar de escombros.
Ahora es un pueblo fantasma donde las excavadoras han tallado amplios pasadizos a través de un revoltijo de escombros de hormigón y barras de acero destrozadas.
Los antiguos residentes del campo de refugiados palestinos de Yarmuk esperan desesperadamente la ayuda internacional para poder levantar de entre los escombros el que una vez fuera un bullicioso vecindario.
Estos refugiados necesitan que alguien reconstruya las casas para poder regresar.