#18 Cómo fracasar en casi todo y no morir en el intento

Distancia polar
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7 min readNov 7, 2021

Amiga, ¿cómo va?
Te cuanto que buscando inspiración para esta tirada se me ocurrió googlear la palabra “éxito” y ver qué encontraba. Pensaba en algunas notas o podcast sobre el tema, algún punto de partida para un concepto tan amplio y difícil de definir. El problema es que todo lo que encontré estaba relacionado con el éxito personal, el emprendedurismo o en llevar adelante algún negocio exitoso. Raro, ¿no? Conceptos muy vinculados con lo material o con el reconocimiento, bastante lejos de lo que buscaba. Después pensé que tal vez esa no era la palabra correcta para hablar de lo que quería.

A mí me gusta más pensar en pequeños logros, por ejemplo, cuando destrabamos un bloqueo. O cuando concretamos algo deseado pero bien postergado.
En mi caso, puede ir desde finalizar un trámite, algo que me genera mucho estrés y que siempre pienso que no voy a poder terminar. Hasta hacer algo físico o manual que creí que no iba a poder lograr.

Eso me pasó con la actividad física. Durante muchos años tuve la seguridad de que simplemente no eran lo mío. En mi lógica, el mundo estaba dividido entre lxs deportistas y el resto de las personas. Odiaba todo lo que implicara correr, saltar o transpirar. Detestaba la ropa deportiva, me parecía que toda era fea y me quedaba pésimo ¿Y las manualidades? No, eso tampoco era lo mío, porque era desprolija, poco atenta a los detalles y no me sobraba creatividad. Dejando tachadas estas posibilidades no me quedaba otro camino que el de estudiar o desarrollar alguna capacidad más “intelectual” PONELE.

Error. Pasando los 25 o 26 años encontré en el bordado una actividad que me desconectaba y me representaba un desafío, porque me motivaba a mejorar un poco más cada vez. Se podría decir que destrabé algo ahí y fue como: ¡wow, sí puedo hacer cosas con las manos! Lo loco es que en el mismo momento estaba pasando por mucha angustia en un trabajo que odiaba y resultó que el bordado era lo único que me hacía olvidarme del tema y de hecho, me hacía muy feliz.

Lo mismo me pasó con la actividad física. Este año finalmente me animé a salir en bici por fuera del cuadrado de La Plata. No lo hice sola, sino que me uní al grupo de un amigx con otras personas que ya venían saliendo. Y creo que si él no me hubiese metido fichas diciéndome que podía pedalera 60 k a la par de ellxs, probablemente nunca lo hubiese hecho. En mi mente, me veía en la mitad del camino a Punta Lara sola esperando a Facu para cargar la bici arriba del auto. Creo que ese pensamiento de no querer “fracasar” también me sirvió de impulso en la primera salida, cuando me sentía muy cansada y parecía que no llegaba más.

Perdón si te esperaban una gran reflexión sobre el sentido del éxito y el fracaso en nuestra sociedad, pero yo apenas puedo hablarte de pequeños logros cotidianos.

Para salir un poco de la autoreferencialidad, hace poco me crucé con el hilo de esta piba que cuenta como reorientó su profesión, y pasó de las ciencias políticas a la programación. La historia no es tan sencilla y lineal, en el medio de este proceso atravesó dos años de depresión y terapia hasta que aceptó que ese no era su camino, y que probar algo 100% distinto tal vez resultaba necesario. Mientras lo leía pensaba: DOS AÑOS ES UN MONTÓN. Es peligrosísimo lo mucho que pueden atravesarnos algunos mandatos en cuanto a nuestra profesión o vocación, al punto en que nos flagelamos si no resulta como esperábamos. ¿Es eso fracasar? La verdad no lo sé, me parece muy duro hablar de fracasos.

Pero sí puedo decir que me gusta mucho como tratan el tema tres ilustradoras argentinas que tal vez conozcas. Una es doña Batata, que sabe resumir muy bien cómo nos sentimos todxs en mensajes como este . También esta Flor Meije que tiene un estilo más kitch que amo. Me llegó mucho esta historia que contó en su feed sobre profesores del horror. ¿Esa gente no sabe que te puede cagar la cabeza? En fin, también está la cuenta de Fracasitos, otra persona que también define con mucho humor los pequeños fracasos cotidianos, muchos mejor que yo seguramente.

¿Vos cómo te llevás con esta dos nociones? Te leo.

Lu

miga Lu

Que bueno leerte después de tanto tiempo y saber que nos pasó lo mismo. No hay mucho sobre este tema que no tenga que ver con ser tu propix jefx o lograr el cuerpo ideal, como una forma estética de alcanzar el éxito en la vida. Creo que tiene que ver con que mucho de lo que entendemos hoy por “éxitos” y “fracasos” se nos baja con una línea implícita de meritocracia y privilegios, cada vez mas difícil de reconocer a simple vista, y esto es lo que lo vuelve, a mi modo de ver, bastante peligroso.

Después de días sin encontrar nada fuera de las clásicas visiones económicas y materiales, empecé a preguntarle a mis amigxs qué consideraban ellos como sinónimo del éxito y el fracaso Si bien todas las respuestas fueron diferentes, tenían algo en común y me hicieron reafirmar algo que venia pensando: las medidas del éxito y del fracaso son totalmente subjetivas.

Es muy loco entonces pensar como muchas veces intentamos estandarizar cuestiones que son, y deberíamos saberlas, súper personales. Salir afuera, compararte en la calle, compararte en las redes donde todxs son exitosísimos y están viviendo su mejor vida, para después llegar a tu casa y mirarte al espejo pensando: “y yo acá, con el pescado sin vender” como me dijiste el otro día entre risas cuando te llamé por tu cumpleaños.

No sé si es por lo abrumadora que a veces puede ser esta carrera de egos y miedos allá afuera, pero últimamente, me cuesta trabajo salir de mi casa. Es como si quisiera mantener indemne mi pequeño lugar en la realidad, apartado de cualquier injerencia exterior que me haga recordar aquellos goals que ni siquiera estoy segura de querer alcanzar.

La idea de ese éxito inventado, como la manzana en la punta de ese palo que llevamos atado a la cabeza, y que corramos lo que corramos no vamos a alcanzar, es un fracaso en si misma. Y no me refiero al hecho de no alcanzarlo, sino al de perseguirlo.

Como ya sabés, hace unas semanas atrás recibí la maravillosa noticia de que Canadá me aceptaba como una legitima residente permanente en sus tierras de maple. Esto, que sin duda es uno de los mayores éxitos que tengo, me llegó después de un sinfín de frustraciones y fracasos que no me alcanzaría este news para contarte. Hoy, que ya me puedo acordar de todos sin llorar, creo genuinamente en que fueron una parte muy importante y necesaria para que todo esto pase.

A veces, no poder alcanzar ese éxito nos da miedo, y también nos da miedo fracasar. Pero si seguimos reproduciendo ese silogismo deductivo en nuestra cabeza, en el que todo lo que no es ESE éxito, significa entonces un fracaso, terminaríamos teniendo mas miedo que ganas de intentar. Pienso que este miedo al fracaso es también temor a mostrarnos vulnerables, a exponer los procesos, a decir “no me salió.” Es tener miedo a que se vean los cimientos, las intenciones inconclusas, a que miren el desorden de tu casa ese día en que el ánimo no te dejó limpiar.
Una de las mejores maneras que encuentro para salir de mi miedo a ser falible y al autoboicot, es admitiendo frente a gente x algunos de mis fracasos mas comunes. “No me animo a manejar sola en la ruta, tampoco en distancias muy largas que no conozca”. “Nunca entiendí bien eso del cierre de la tarjeta de crédito” “Siempre saco mis pasajes de avión con alguien más mirando porque no confió en mi logística de escalas” “A veces siento angustia de que todo lo que hago no tenga ningún sentido, o no me conduzca a ningún lugar”. Siento que de esta forma me libero de las expectativas propias y ajenas, y se me hace mas fácil empatizar con otrxs desde la vulnerabilidad y no desde el refriegue de mis propias victorias.

En estos días empecé una serie que te la recomiendo muchísimo. Se llama
Succession y viene totalmente a tono con todo esto del éxito, la meritocracia y el poder. ¡Te va a encantar! Siempre que la veo me deja pensando en como en realidad, mas que el camino al “éxito”, la meritocracia es la forma que encuentran las personas más privilegiadas de justificar todo lo que tienen y venderte una receta que, aunque la sigas al pie de la letra, nunca te va a salir igual.
Y sobre tema libritos estoy leyendo “
El hombre en búsqueda de sentido”, un psiquiatra en un campo de concentración analiza el deterioro psicológico de sus compañerxs, hasta llegar a esas cosas que importan cuando se es despojadx de todo, excepto de la propia existencia. Deprimente, pero alentador al mismo tiempo.

Creo que todxs fracasamos y somos exitosos de maneras diferentes, y medir estas cuestiones en parámetros estandarizados pueden llevarnos a estar corriendo sin sentido, detrás de esa manzana que nunca vamos a poder morder. El éxito para mí son esas cosas imperceptibles, pero extraordinarias, que nos mueven la energía, como el maravilloso hecho de tener a quién escribirle un domingo al mes.

Hasta el próximo mes amiga Lu.

Tiara

“Estas fotos son del primer rollo que revelé con mis manos. Si hay algo que no se me da es el mundo de los químicos. Si bien el resultado no fue correcto desde el punto de vista técnico, animarme a la equivocación hizo entender que muchas veces el proceso es mejor que el resultado” Lole

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