El extraño atractivo del conflicto

Mi curiosidad por visitar lugares inmersos en algún conflicto político

David Fuentes
Divagaciones viajeras

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Cuando hablando de destinos viajeros me da por soltar lugares random como Kosovo, Irlanda del Norte, Turkmenistan, Ossetia, Nagorno Karabakh, Birmania (en su día), o Cachemira, noto cierto pensamiento en el resto de la gente del tipo “Este tío está como una regadera”.

¡Será por lugares reshulones en el mundo en los que no te la juegas con las condiciones políticas! Pues mira, no sé, pero yo prefiero verlo. Puede tener que ver con que no confío en los medios de comunicación (que opino que siempre hacen cualquier noticia o mucho más grande, o mucho más pequeña de lo que es), o simplemente por un pequeño punto suicida dentro de mi. No sé por qué es, pero me pasa.

Y por ello defiendo mi postura. A absolutamente todo el mundo le parece normal la frase: “Me gustaría visitar Cuba antes de que muera Fidel” , y sin embargo todo el mundo se rasga las vestiduras al escuchar “Querría ir a Jammu y Kashmir antes de que acabe el conflicto”. ¡Te van a matar! dicen… Y nos parece normal porque en algún momento nos han vendido que en Cuba hay un régimen buenrollero, destilado de felicidad y mariposas, pero que a cambio, la guerra entre los malísimos del otro lado del mundo es sangrienta, cruel y maligna… y sinceramente creo que es un visión demasiado manipulada. Ni tan bueno, ni tan malo.

Fidel, guerrillero del tiempo, by Las Razones de Cuba

Por mucho que a casi todos nos (me incluyo) caiga muy simpático este hombre, no hay que olvidar que es el líder de un movimiento revolucionario (que parece muy bonito porque nació para derrocar a otro dictador) y guerrillero que lleva sometiendo a un pueblo más de cincuenta años bajo una dictadura militar, y que claro ejemplo de que no son los mundos de Yupi, es que pocos cubanos que han salido quieren volver…

Y ojo, que lo que pretendo con esto no es generar dudas en la gente que quiera visitar Cuba, todo lo contrario, pretendo ir este verano a ver, con mis propios ojos, lo que el régimen tiene que contar. Lo que pretendo es desdemonizar lugares relegados a un segundo plano, por el mero hecho de que nos quieran convencer de que son peligrosisisisisisímos.

Que no pretendo visitar Ucrania estos días, ni Libia, ni Sudán del Sur, ni siquiera Venezuela, ni convencer a nadie de que son muy seguros. Sólo pretendo convencer que un nombre que suene a guerra, y a malos malosos, no tiene por qué serlo. Para nada.

Quiero que la gente que ha estado en Birmania pregone que una dictadura que pintan muchísimo más cruel, muchísimo más sanguinaria y muchísimo más exterminadora (que lo es), a efectos del visitante, viajero, turista, o curioso, a no ser que realmente lo busques a conciencia, no se nota lo más mínimo, salvo por las burocráticas gestiones previas a la entrada al país. Y que si alguien sigue sin querer ir, se pierde esto (foto de Nobuhiro Nikushi):

Y con ello, si logro convenceros; encontrar entre la multitud algún compañero de viaje para descubrir Cachemira.

Ladakh Landscapes, by Ashok Boghani

O a Kosovo (muchísimas ganas, por cierto):

Na Drini Cuprija, by Philippe Le Moine

O que si no queréis ir a Irán, pues ya voy yo:

Mesquita del divendres, by Pilar Torres

Pero sí que me gustaría que alguien me acompañara a Turkmenistan:

Kiz Kalas, by Valdo Silasol

O a cualquier sitio con nombre raruno.

Además, todos estos sitios que generan pánico general, tienen la virtud de que no te ves inmerso en hordas de visitantes allá donde pisas, pudiendo recorrer cualquier lugar a tu aire, sin presiones ni agobios.

Pues lo dicho.

¿Quién se viene?

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David Fuentes
Divagaciones viajeras

Pachorro, viajero, despistado, Molone, pensador, ingeniero, coherente, baterista, madrileño, cervecero, rayista, seriéfilo, comidista, chanante y submarinista.