¿Por qué Divergentes?
Divergir: Sinónimo de “discordar, discrepar”.
O, lo que es lo mismo, no estar de acuerdo con otra persona en un asunto u opinión.
Con estos mimbres, hacer un cesto, digo, un espacio con este título parece tarea compleja, porque, en buena lógica, se está obligado hablar de cosas con las que uno no está de acuerdo…
¿Y con qué temas no estaría yo de acuerdo?
Mi terreno abonado es todo lo referente al marketing y la comunicación, la transformación digital y la gestión de equipos, ilustradas con alguna que otra historia de “abuelo cebolleta” sobre emprendimiento. Pero ocurre que en esos temas suelo estar de acuerdo, al menos conmigo mismo.
Item más: parece de recibo que necesito a alguien para estar en desacuerdo…
Encima, el mundo de los contenidos está ya lo suficientemente abigarrado como para que sumemos más letras al mismo.
Bien, Juan Luis, entonces ¿para qué Divergentes?
Para hacer lo que siempre me ha gustado: llevar la contraria, dejándolo por escrito, mientras hablo de temas que me gustan, me llaman la atención y sobre los que nadie tiene en realidad una verdad absoluta, aunque pareceza que sí.
Como lo de estar solo en la aventura no me emociona, he tratado por activa y por pasiva de convencer a otra persona de compartir “divergencias” conmigo.
Y la he encontrado ;)
Isabel R. Benítez es una mujer inquieta, mucho; y le apetece divergir conmigo. Además, cree firmemente en lo entretenido de intercambiar opiniones a través de la palabra escrita o en formato podcast, por lo que igual cae alguna que otra sorpresa.
Pero Isabel habrá de defender sus motivos para que no haya seguidismo, sino divergencia.
Pónganse cómodos estimados lectores -caso de que los tengamos-, y disfruten de un espacio gamberro pero no zafio, inteligente pero no pedante, crítico pero no faltón, en la búsqueda de tendencias para discutirlas.
Un espacio con el que no estar de acuerdo ;)
Y tres agradecimientos muy especiales: para Aída Cerón que ayudó en la gestación original del proyecto y que alumbró el nombre, Alberto García-Casillas, mentor intermitente de éste que os escribe, siempre pendiente de la iniciativa, y al final, pero no el último, Juanma Sepúlveda, director de arte con ese capacidad que sólo los grandes profesionales tienen, responsable de que tengamos una identidad visual muy por encima de los escribanos.
¿Comenzamos?
