La pandemia: un gran catalizador para crear una cultura sobresaliente de trabajo remoto

Ana Rocío Malacón
DLabsMx
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6 min readFeb 19, 2021

En marzo del 2020, mi último semestre de estudios profesionales cambió cuando la pandemia llegó a México. De pronto mis días consistían en no salir de mi casa, socializar por zoom y olvidar los jeans para volverme cliente frecuente de los pants.

Los meses pasaron y finalmente llegó la hora de buscar trabajo en tiempos de pandemia. Tuve la fortuna de conseguir una posición pero en condiciones que jamás hubiera imaginado. Entré al departamento de sistemas de una empresa manufacturera (siendo aun más sorprendente por ser mercadóloga de profesión) y con compañeros de equipo que no conocía en persona (incluso hoy en día no he visto a la mayoría presencialmente).

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Para mi sorpresa, encontré la mejor cultura que he experimentado en mi trayectoria profesional. Todos los días vivimos un ambiente de aprendizaje continuo y de colaboración sin importar la posición ni la experiencia. Un entorno de confianza y empoderamiento individual que impulsa la innovación del equipo. Y sobre todo una cultura de amistad, compañerismo y conexión humana entre 25 personas de distintas edades, conocimientos y ubicaciones geográficas que no han convivido en carne y hueso durante los últimos meses.

Después de formar parte del equipo de Dlabs por poco más de 7 meses, puedo afirmar que esta cultura no nace ni se sostiene por arte de magia. Es una narrativa que se mantiene viva en cada interacción, proyecto, crisis y celebración.

Cuando se logra crea resultados exponenciales. El trabajo diario es más agradable para todos los miembros del equipo y esto propicia la innovación constante.

Basado en mis aprendizajes, estas son mis 5 recomendaciones para crear una cultura sobresaliente de trabajo remoto en tiempos de pandemia:

Los líderes tienen que ser parte del movimiento

Suena cliché pero no puede ser más cierto. Promover una buena cultura de trabajo tiene que ser parte de la agenda de los líderes de equipo. Deben ser los primeros en vivirla y en dejar evidencia de que es algo que practican día a día.

Crear una cultura de aprendizaje requiere que los líderes sean capaces de decir “no sé” y busquen maneras de aprender. Que aplaudan cuando un compañero no conoce la respuesta correcta en lugar de crear miedo y propiciar verdades falsas. Es igualmente importante confiar en todos los integrantes y tratarlos como adultos responsables. Al final de cuentas, si fueron elegidos para estar ahí es porque son capaces de hacer bien su trabajo. Esta confianza se demuestra empoderándolos, pidiendo opiniones y ejecutando sus ideas. Se logra olvidando prácticas de micromanagement y siendo líderes que hacen preguntas, no jefes que dan órdenes.

Vivimos en un contexto de interacciones limitadas a algunos minutos en pantalla. Ya no existe la comunicación constante en los pasillos o en el comedor. Por esto es importante que los líderes busquen la manera de transmitir estos mensajes. Hacer esfuerzos especiales para mantener la cercanía, comunicar los valores del equipo y mantener la narrativa de la cultura viva. De lo contrario, la brecha entre los líderes y los colaboradores se puede agrandar.

Empodera a todos los integrantes del equipo para que la cultura nazca colectivamente

La cultura es un conjunto de ideas y prácticas que caracterizan a un grupo. Esto puede surgir de una orden que todos deban seguir, pero es mucho más efectivo cuando se crea desde diferentes fuentes dentro del equipo. De esta manera garantizas que sean prácticas que resuenen con todos los integrantes y se hagan por gusto, lo cual aumenta las probabilidades de que perduren.

Cada persona piensa y vive situaciones distintas. Lo que para una persona suena bien, para otra tal vez no tanto. Así como un compañero vive solo y hace su trabajo sin ninguna diferencia a estar en oficinas, otros tienen hijos que cuidar mientras laboran. Uno tiene escritorio y silla ergonómica a su alcance mientras que otro trabaja desde el comedor con tres personas más.

Por esto es recomendable que todas las propuestas culturales nazcan orgánicamente. Ya sean actividades de convivencia, aprendizaje, reuniones informales o presentaciones. Imponer actividades sin tomar en cuenta las preferencias del equipo provocará descontento en lugar de resultados positivos.

Sé perseverante, la creación de cultura toma tiempo

Esto es válido con o sin pandemia. Para que una cultura se convierta en la base de un equipo se requiere tiempo de incubación. Las personas necesitan tiempo para procesar un cambio de ideas que probablemente estén en contra de su cultura personal. Por ejemplo, como mexicanos creemos que la única manera de lograr resultados es trabajar arduamente, por lo que tomar una hora al día para convivir con tu equipo puede sonar contraproducente. Sin embargo esto es lo que crea un buen ambiente de confianza y compañerismo.

Por esto es que la perseverancia es clave. Tal vez las nuevas actividades culturales propuestas no tengan muchos asistentes. O saldrán mal las primeras veces que se realicen. Incluso puede ser desmotivante. Pero la consistencia y continuidad, aunque no tengan tanto público, es precisamente lo que indica su relevancia para el equipo.

Con el tiempo se perfeccionan y se modifican los formatos y horarios. Finalmente tendrán actividades que sean piezas fundamentales de su cultura y su factor de diferenciación. Así creamos nuestro club de lectura, club de ciclismo, noches de videojuegos y otros más. Hoy, después de meses y varias iteraciones, son parte de nuestras actividades semanales.

Respalda las actividades culturales con presupuesto

La mejor inversión que puedes hacer en tu equipo es la cultura. Ofrecer sueldos altos pero sin sentido humano está en el pasado. Las nuevas generaciones prefieren a un empleador que ofrezca buena calidad de vida y un propósito. Tener claro y comunicar la prioridad que tienen las actividades culturales es de gran relevancia, por lo que deben incluirse en el presupuesto, evaluarse y tomarse tan seriamente como cualquier otro proyecto.

La pandemia ha cambiado completamente la forma de trabajar. El uso de los recursos ahora es distinto. El presupuesto que se usaba en mantener las oficinas ahora se utiliza para libros del club de lectura. O para mandar una taza de café a domicilio en las juntas trimestrales. Estos detalles “triviales” demuestran lo que es verdaderamente relevante para la organización. Apoyar con acciones tangibles cualquier valor que promuevas reafirma tu compromiso con estos valores y como resultado obtendrás ese mismo compromiso de parte de tus colaboradores.

Una buena cultura organizacional diferencia a las empresas que son innovadoras a pesar de la pandemia.

Saber que una organización invierte y se preocupa por crear un ambiente de trabajo al cual los integrantes disfruten ir cada mañana, crea un fuerte sentido de pertenencia. En momentos de crisis esto demuestra el compromiso de los colaboradores hacia su organización y se convierte en fuente de innovación y reinvención.

Siempre pon al centro a los humanos

Al final del día no somos tan distintos como parecemos. Todos buscamos conexiones humanas, reír, pasar un buen rato y compartir intereses. En tiempos de aislamiento nos damos cuenta de lo importante que es tener personas y compañeros en tu vida para convivir. Con quienes puedas combatir el sentimiento de soledad y las preocupaciones que la pandemia provoca.

Poner al centro a los humanos es darle más prioridad a la salud y bienestar de tus compañeros que a algún proyecto o producto. El mejor activo de tu equipo son las personas que lo conforman. Y si estas personas se encuentran bien (en todos los sentidos) las relaciones interpersonales entre compañeros, la productividad y los resultados son mejores. Tocar base con los demás constantemente para saber cómo están, crear espacios para la convivencia informal y compartir tus pensamientos y sentimientos sinceros con el equipo son la clave para que el sentido humano esté siempre presente.

Lo más interesante es que al poner en práctica estas ideas, descubres intereses similares, talentos ocultos y experiencias de vida. Te das cuenta de que las personas con las que pasas ocho horas al día son más interesantes de lo que pensabas. Poco a poco creas lazos de amistad y compañerismo con personas que normalmente no serían tus amigos. Y esto aumenta la confianza, incrementa el diálogo, construye un mejor ambiente y causa mejores resultados para el equipo.

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Con o sin pandemia, lo que verdaderamente diferencia los logros de un equipo a otro son las personas que los conforman. Y estas personas crean una cultura de trabajo que a su vez atrae a más talento que comparta los mismos valores. Invierte en tu equipo. Crea un espacio al cual disfruten asistir todos los días. Construye puentes con la participación de todos y fomenta una cultura donde se vivan tus valores. De esta manera no habrá otra alternativa más que el éxito.

Si quieres conocer un poco más sobre este tema, te invito a que me contactes aquí.

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Ana Rocío Malacón
DLabsMx
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Ideator and creator. Beach lover, dog mom, writer in the making.