Alejandro Vergara, jefe de Conservación en el Museo del Prado, en la Fundación Juan March

Alejandro Vergara: “El mayor desafío para instituciones como el Museo del Prado es lidiar con el exceso de gente”

El jefe de Conservación de Pintura Flamenca del Museo del Prado defiende la necesidad de proteger la experiencia de contemplación del arte y explica por qué estudiar el pasado enriquece el presente de la sociedad

Doble Clic en la March
7 min readDec 15, 2023

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¿Qué funciones corresponden a un conservador museístico?, ¿qué importancia tiene estudiar a los pintores del pasado en la actualidad?, ¿qué supone para una institución cultural lidiar con un exceso de visitantes?, o ¿cómo se gestionan los ataques a las piezas artísticas más importantes de la historia?

Estos son algunos de los desafíos que las instituciones artísticas y museos afrontarán en su futuro próximo. Alejandro Vergara Sharp (Washington D.C, 1960), jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Museos del Norte en el Museo Nacional del Prado, es uno de los profesionales del ámbito cultural que deberán resolver estas cuestiones. Ha dedicado cuarenta años de su vida al estudio, enseñanza y difusión del arte y, desde su perspectiva, es esencial observar con atención la tradición artística para hallar en el pasado una mejor comprensión de nuestra sociedad.

En esta entrevista, realizada con anterioridad a su participación en un debate sobre el precio y el valor del arte en la Fundación Juan March, ofrece algunas pinceladas sobre su trabajo en el Museo del Prado y defiende la necesidad de proteger con los medios necesarios la experiencia de la contemplación, amenazada en gran medida por el exceso de visitantes en los museos y, últimamente, por los ataques a piezas de gran valor histórico y artístico.

PREGUNTA: ¿En qué consiste la labor de un conservador de museo?

ALEJANDRO VERGARA (A. V.): En un museo como el Prado, un conservador es un historiador del arte especializado en un periodo concreto de la Historia del Arte. Es alguien que conoce bien las colecciones y hace de intermediario con el público. Básicamente, lo que hace es visibilizar la relevancia histórica de las piezas, estudiar su contexto y analizar qué es lo que puede interesar de ellas en la actualidad. Este proceso lo reflejamos después mediante libros/catálogos y exposiciones. Son los dos medios principales, aunque también nos preocupamos de la difusión mediante las redes sociales y las conferencias que se organizan en la institución. Al final, lo esencial, lo que define a los conservadores, es su capacidad para divulgar sobre temas del pasado artístico que puedan servirnos en el presente. Que sean significativos en la sociedad en la que vivimos.

Visitantes del Museo del Prado frente al cuadro del Duque de Lerma, de Rubens

P: Ha definido en alguna ocasión a las instituciones como el Museo Nacional del Prado como organismos vivos. ¿Cómo explica este concepto?

A. V. Una cuestión importante para los museos ahora mismo es mantener su vigencia. ¿Qué podemos hacer para seguir interesando? Nuestro papel es conseguir que ese pasado al que nos dedicamos siga siendo actual. ¿Por qué tiene interés estudiar a artistas como Velázquez o Goya en el presente? Primero, porque hicieron cosas que muchas generaciones han considerado maravillosas y, lo lógico es escuchar esa tradición. Creer en ella. Todos somos eslabones de una larga cadena, eso nos define como seres humanos. Somos consecuencia del pasado y caminamos hacia el futuro, así que conocer nuestro pasado es algo importante. Lo es a nivel personal, pero también a nivel colectivo. Lo que hacemos en los museos es mantener viva la historia, analizar las cuestiones que eran importantes en otras épocas y pensar cuáles podrían ser beneficiosas para nosotros en el presente. En definitiva, darle valor al pasado para enriquecer nuestra vida presente. Esa es nuestra misión.

“Debemos proteger la experiencia de la contemplación del arte, porque es muy difícil experimentar gozo en un museo lleno de gente”

P: ¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta el mundo del arte ahora mismo?

A. V: Para museos como el Prado, el desafío siempre ha sido llamar la atención hacia el pasado, pero parece que eso ya lo hemos superado. Los europeos viajan buscando cultura y la encuentran, entre otros lugares, en los museos. Yo creo que ahora quizá el desafío sería lidiar con las grandes masas de visitantes. Es un fenómeno bastante nuevo en algunas instituciones museísticas. Hasta ahora este problema solo se daba en espacios como el Museo del Louvre, pero ahora lo sufren todos los grandes museos europeos. Hay un exceso de gente y además se está dando una especie de inercia cultural que nos impulsa a hacer publicidad, a llamar la atención sobre lo que hacemos.

Es complicado lidiar con tanta gente y creo que es un desafío que tardaremos en gestionar. Lo que tenemos que hacer es proteger la experiencia de la contemplación del arte, porque es muy difícil experimentar gozo en un museo lleno de gente. En este sentido, una medida que tomamos en el Prado, de la que mucha gente se queja, es la prohibición de sacar fotos. La razón es la de proteger, precisamente, esa experiencia de contemplación. Alguien que se acerca a ver un cuadro y que, además, levanta el brazo con el móvil y se da la vuelta para sacarse un ‘selfie’, ocupa más espacio y tiempo. Eso hace que para el resto de personas en la sala sea más difícil disfrutar de las piezas. Creo que, al margen de lo concreto, tenemos que trabajar para proteger lo que tiene de especial ver arte. Si no lo hiciéramos, los museos no tendrían sentido.

P: ¿Qué piensa sobre los ataques contra obras que se están produciendo últimamente?

A. V: Me parece un despropósito. No solo entiendo, sino que comparto, la sensibilidad medioambiental que anima a estas personas. Sin embargo, creo que hacen un flaco favor a su propia causa llamando la atención mediante el ataque a estos bienes que hacen que la vida tenga algo de regalo, que sea algo más agradable. Me cuesta entender que, para proteger algo maravilloso, ataquemos a otra cosa maravillosa. Tiene algo de arrogante, incluso. Si te pones a pensarlo, incluso te enfadas. ¿Quién es uno para decidir poner en riesgo una cuestión que le importa a mucha gente con el fin de proteger otra? Es una cuestión altamente egoísta, narcisista y arrogante. Hay que luchar por las causas que uno cree, pero con tolerancia hacia las demás.

Dos activistas se pegan a ‘Las majas’ de Goya en el Museo del Prado

P: ¿Podría descubrir una joya poca conocida del Prado?

A. V: El gusto por el arte es una cuestión muy personal, pero un cuadro que ha sostenido mucho mi atención en los últimos dos años es El sentido de la vista (1617), de Jan Brueghel el Viejo. Se encuentra en la segunda planta norte del museo, en una sala muy tranquila a la que no va mucha gente y que me gusta promocionar. Es un cuadro maravilloso porque tiene una estética miniaturista que obliga a dejar el mundo atrás y fijar la vista muy cerca del cuadro. De alguna manera te obliga a evitar un mundo de placer estético. Eso me parece muy especial.

‘El sentido de la vista’, de Jan Brueghel el Viejo

Asimismo, llevo también unos meses muy entusiasmado con otro cuadro que se encuentra en la misma sala: el Mercurio y Argos de Rubens. Es una obra que me parece muy imperfecta y que no me había llamado mucho la atención hasta hace poco. Sin embargo, hay un detalle que me impresiona: la cabeza de una vaca que se sitúa a la izquierda. Ilustra una figura mitológica, una mujer a la que han convertido en vaca. Tiene una historia detrás: ella busca a su padre y, cuando lo encuentra, le lame las manos. Él no la reconoce y entonces ella, aún convertida en vaca, comienza a llorar. Cuando aprecias esta historia en el cuadro es realmente emocionante. Es como leer un poema interpretado por un gran artista, que consigue hacer el sentimiento aún mayor. Quizá no escogería el cuadro entero, pero sí la imagen de la vaca.

‘Mercurio y Argos’, de Rubens

Para saber más…

  • Sobre el valor del arte, esta sesión de La cuestión palpitante en la que el experto disertó junto a Manuel Fontán del Junco acerca de la relación entre el valor y el precio del arte.
  • Sobre Pedro Pablo Rubens, esta conferencia que impartió en 2011 en la Fundación Juan March, en la que desvela la forma de funcionar del taller del pintor flamenco.
  • Sobre el trabajo de comisariado, esta entrevista realizada por el Comité Español de Historia del Arte en la que indaga en los detalles de su profesión.
  • Sobre la mitología en la pintura, esta ponencia que impartió en el Museo del Prado sobre la representación del mito en los cuadros de artistas como Tiziano, Van Dyck o Velázquez.
  • Sobre la colección del Museo del Prado, este artículo que escribieron en El País a raíz de la publicación de su ensayo ¿Qué es la calidad en el arte?

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