Los libros y la lectura en cinco momentos históricos

La influencia del libro como extensión de la memoria humana nos cobija a todos, tanto es así que valdrá la pena preguntarnos qué sería de la humanidad de no ser por los libros.

Fundación Juan March
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6 min readNov 12, 2021

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Natalia Martinez Alcalde

“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”, comenzaba así Jorge Luis Borges una de las cinco conferencias que impartió en la Universidad de Belgrado, Buenos Aires, en 1978. El libro fue el tema con que el escritor argentino decidió abrir intervención, y lo describió como un objeto creado por el espíritu humano. Hizo referencia a los libros que pavimentaron la historia de nuestra civilización. Sin detenerse en los que él escribió, evocó, más bien, a los tantos libros que leyó y que le concedieron la vocación del escritor. ¿Sería Borges el escritor que conocemos de no ser por los libros?

La influencia del libro como la ramificación tangible de la mente humana por antonomasia nos cobija a todos; tanto es así que valdrá la pena escapar de la figura de Borges y reformular la pregunta anterior en primera persona: ¿Sería yo quien soy de no ser por los libros? O, ampliando la perspectiva, en primera persona del plural: ¿Qué sería de nosotros, de la humanidad, de no ser por los libros?

Bajo esta premisa, La Fundación Juan March organizó en 1995 un ciclo de conferencias titulado “Libros y lecturas: cinco momentos históricos”, en el que intervinieron personalidades como el gramático, poeta y dramaturgo, Agustín García Calvo; el catedrático de Literatura Española que ocupó el cargo de secretario de la Real Academia Española, Domingo Ynduráin; el folclorista e hispanista francés, Maxime Chevalier; el hispanista inglés, Nigel Glendinning y el profesor titular de Literatura Alemana en la Universidad Complutense de Madrid, Jaime Cerrolaza. A la luz de la importancia de los libros y de la lectura, cada conferencia contó un momento específico de la historia. A continuación enumeramos estos cinco periodos históricos, recuperando algunas de las reflexiones de los ponentes:

1. Libros y lectura en la Antigüedad Clásica.

Para Agustín García Calvo cabe poca duda de que los poemas homéricos se fabricaron por escrito con el fin último de convertirse en libro. Entonces, los libros eran rollos de papiro, un invento que los grecorromanos aprendieron de los egipcios. La Ilíada, por ejemplo, ocupó veinticuatro de esos rollos.

En un recorrido concentrado en el mundo clásico grecolatino, García Calvo, poeta y dramaturgo, habló sobre las obras de Homero que fueron escritas a partir de la tradición oral, y sobre cómo en la Atenas del siglo V los libros de filósofos y físicos como Anaxágoras se podían adquirir por el módico precio de una dracma.

Fue durante este periodo que la presentación material del libro evolucionó del rollo de papiro al códex, el primer formato de libro con páginas. Y así como el libro evolucionó, la lectura también se transformó, hasta que el lector consiguió leer en silencio, sin la necesidad de articular el sonido correspondiente a cada letra o símbolo.

2. Libros y lectura en el Humanismo y Renacimiento.

En torno al año 1500, con la invención de la imprenta, estampar un libro se convirtió en una tarea cuanto menos excepcional. La actividad reportó un beneficio económico, lo que favoreció a la difusión y reimpresión de un mismo libro en cientos de ejemplares. Sin embargo, explicó el catedrático Domingo Ynduráin, hubo quien calificó de vulgares a los libros de imprenta y se obstinó en únicamente copiar a mano sus creaciones. Ejemplos de esto fueron Garcilaso y Góngora. El último jamás imprimió sus obras y se empeñó en mantener en Córdoba un taller de copistas.

Durante el Renacimiento, con la invención de la imprenta, predominaron sobre el latín las obras de creación literaria y de entretenimiento escritas en castellano y en otras lenguas peninsulares. Mientras que los serios tratados latinos se editaban en gran formato y se imprimían con caracteres góticos, los libros en castellano eran manejables y se estampaban con letra redonda romana.

3. Libros y lectura en el Siglo de Oro Español.

Si bien el Siglo de Oro Español es distinguido como un periodo histórico de gran florecimiento artístico y literario, el folclorista e hispanista francés, Maxime Chevalier, hace hincapié en el carácter limitado del público lector de la época. Quienes leían regularmente eran poquísimos, y eran, principalmente, aquellos cuyo oficio lo exigía. ¿O es que a Don Quijote se le ocurrió enseñar a leer a Sancho Panza?

Más que sentarse bajo la sombra de un árbol a leer en silencio, el tipo de lectura común durante este periodo en nuestro país fue la recitación. Por un lado, estaba la lectura culta de textos en verso que se solía oficiar en comunidades religiosas y en colegios a la hora de comer, o la lectura en voz alta pronunciada por lectores profesionales al servicio de los soberanos. Por el otro, se encuentra la lectura de textos en prosa a un público en su mayoría analfabeto. La segunda se llevaba a cabo en plazas y corrillos y se solían leer libros de Cervantes, de Covarrubias o de Quevedo.

4. Libros y lectura en la Ilustración.

El profesor Nigel Glendenning, hispanista inglés, principalmente dieciochista, acercó a su público a los albores del siglo XIX y explicó cómo en esa época la impresión de los libros, su complejidad y confección, había experimentado un gran desarrollo, hasta convertirse en un verdadero arte. Son evidencia de esto los bellos detalles en los papeles o la minuciosidad en las ilustraciones.

El espíritu de la época se manifestaba sobre todo por el deseo de instrucción universal y la imprenta era reconocida como la más poderosa causa de la civilización. Sin embargo, en el tramo final del siglo de las Luces surgieron problemas como la censura política, lo cual marcó decisivamente el mundo de la creación literaria. La libertad de imprenta no era legal, los escritores debían someter sus textos a la lupa de un censor, tarea que desempeñó el mismo Manuel José Quintana.

5. Libros y lectura en la obra del autor contemporáneo, Elías Canetti.

Explicar los avatares del mundo del libro durante los siglos XIX y XX es una tarea de lo más extensa. Durante el periodo que el libro alcanza su máxima expansión. Hoy, se editan y se imprimen libros más que nunca, pero el hábito de la lectura padece una crisis causada por la confrontación entre la imagen de fácil consumo y la escritura, a la que hay que acceder mediante cierto esfuerzo.

El profesor Jaime Cerrolaza hace referencia testimonial al libro y a la lectura de nuestro tiempo a través de la figura del escritor Elías Canetti, Premio Novel de Literatura de 1981, quien personifica en sí mismo el amor al libro, ya que para él escribir era equivalente a respirar. En su obra “La provincia del hombre” (1973), Canetti describe al libro como lo que es: una herramienta para la trascendencia humana.

“Hay libros que tenemos a nuestro lado veinte años sin leerlos, libros de los que no nos alejamos, que llevamos de una ciudad a otra, de un país a otro, cuidadosamente empaquetados, aunque haya muy poco sitio, y que tal vez hojeamos en el momento de sacarlos de la maleta; sin embargo, nos guardamos muy bien de leer, aunque sólo sea una frase completa. Luego, al cabo de veinte años, llega un momento en el que, de repente, como si estuviéramos bajo la presión de un imperativo superior, no podemos hacer otra cosa que coger un libro de estos y leerlo de un tirón, de cabo a rabo: este libro actúa como una revelación. En aquel momento sabemos por qué le hemos hecho tanto caso. Tenía que ocupar sitio; tenía que ser una carga, y ahora ha llegado a la meta de su viaje; ahora levanta su vuelo; ahora ilumina los veinte años transcurridos en los que ha vivido mudo a nuestro lado. No hubiera podido decir tantas cosas si no hubiera estado mudo durante este tiempo, y qué imbécil se atrevería a afirmar que en el libro hubo siempre lo mismo”.

Para saber más…

  • Sobre la importancia del libro, esta conferencia que impartió Jorge Luis Borges en la Universidad de Belgrado, Buenos Aires, en 1978.
  • Sobre los libros y la literatura en la Antigüedad Clásica, este texto del filósofo, sociólogo y ensayista, César Rendueles, sobre la conferencia de Agustín García Calvo, Libros y Lectura en la Antigüedad Clásica (Hablar con los muertos).
  • Sobre la tradición oral en el Siglo de Oro Español, este libro en el que Maxime Chevalier, uno de los conferencistas de este ciclo, explora el folklore, la literatura y el cuento oral de la época.
  • Sobre la vida y obra del Premio Nobel de Literatura de 1981, Elías Canetti, este artículo del escritor Tomás Eloy Martínez para El País.

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