Mis razones etíopes

Diez lugares, o experiencias, que animarán a más de uno

David Fuentes
Donde nació todo

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El mundo de los viajes se está convirtiendo en un cúmulo de listas. Si no está en una lista, no existe. “Los 10 mejores parques con aves picudas del mundo”, “50 rugidos de hiena que oír antes de morir”, “Las 250 ciudades en las que más manteca de cacahuete se consume”, “Los 3 edificios en los que mejor se verán las palomas el 14 de noviembre de 2041". En realidad, es algo que a mi me pone un poco nervioso, pero si es lo que hace falta para ser oído, o leído, o conocido, que así sea.

Etiopía es mi destino anhelado número uno desde hace mucho (al menos el que suelo decir en público, en realidad diría que mi number one es Nueva Zelanda, pero es más típico, y por eso lo digo menos). Siempre que alguien, especialmente los que piensan que soy un experimentado viajero (por error), me dice de elegir un sitio, digo Etiopía. Y normalmente la reacción es extraña, porque no es un destino turístico, ni siquiera exótico. Es como que genera un poco de pereza. Y eso hay que remediarlo, así que planto aquí mi lista de diez, sólo diez, por no llegar a veintitrés y volver esto demasiado pesado (no tengan ustedes en cuenta el orden de aparición).

Uno: El breiquindans

En realidad el breiquindans no es algo que abunde en Etiopía, pero me apetecía meter una morcilla ☺.

Quería empezar con el lugar probablemente más conocido de Etiopía; se trata de la iglesia excavada en la roca de Bet Giorgis, en la localidad de Lalibela

Lalibela, by Tak
Lalibela, by Roberto Vallejo

Diría que uno de los lugares menos espectaculares de esta lista, pero sospecho que ha de estar envuelto en cierto halo de magia, que tiene que dar un toque especial a cualquier visita al lugar. Y eso me hace tener muchas ganas.

Dos: Las montañas Simien

Pensar en Etiopía lleva a la mente inevitablemente a recordar las hambrunas recientes que han sufrido, debidas principalmente a las enormes sequías; por lo que cualquiera podría pensar que estamos ante un enorme secarral del tamaño de España.

Y hombre, secarral es, pero no todo. Cierta zona, al norte, cerca de la frontera con Sudán se alza con una vegetación inaudita por estas latitudes; se trata del Parque Nacional de las Montañas Simien.

Simien mountains, Kigndom of Gondar, by Rod Waddington
Simien mountains, by Richard Mortel

Tres: El castillo de Gondar

Si alguien ha sido observador, habrá visto que una de las fotos previas, el autor la sitúa en el Reino de Gondar, una región de Etiopía que, antiguamente, era un reino. Y ocurre que en su capital, Gondar, encontramos un castillo totalmente atípico de África; de hecho tiene cierto estilo claramente europeo.

Gondar Castle, by Gordontour

Cuatro: El monasterio de Debre Damos

Si me dicen: “En tu visita a Etiopía vas a visitar un monasterio feote”, diría yo: “No gracias, el tiempo es oro”. Pero si hubieran mencionado que está en lo alto de una montañaca con unas vistas increíbles, que sólo se puede subir trepando una soga, que sólo dejan entrar a hombres (esto no añade atractivo especial), y que una vez arriba me habrían dejado compartir una taza de tela con los monjes, pues hombre… me lanzaría. Y eso es el pequeño y milenario monasterio de Debre Damos:

Climbing to Debre Damo, by Travel Aficionado

Cinco: El Arca de la Alianza

Cuenta la leyenda que Las Tablas de La Ley, de Moisés, fueron guardadas en un arca construido según las ordenes del mismísimo Yahvé. Se le siguió la pista, de manera más o menos documentada, hasta el año 800 de nuestra era, donde varias pistas lo sitúan en la iglesia de Santa María de Sion, en Aksum, Etiopía. Obviamente no se puede entrar a la cámara donde supuesta está, pero se dice que está. De hecho, el predecesor del actual Abune (algo así como un Papa) de la Iglesia Ortodoxa aseguró, en una entrevista con el Papa Benedicto XVI en el Vaticano, que había visto el Arca, que se encontraba en buen estado y que están preparando un museo en la mencionada iglesia para que el mundo pueda admirarlo.

The chapel of the Tablet, by Alan Davey

Además, en Aksum se encuentran las ruinas de la antigua Aksum (sorprendente), capital del reino de Aksum (más sorprendente), precursor de la actual Etiopía/Eritrea.

Seis: Las caratatas del Nilo

Pues sí, el Nilo hace cataratas. Varias de hecho, y alguna bastante grande. En concreto hay una que se llama Tis Issat (foto de Ksengog), bastante cerca del Lago Tana, y en realidad cerca de todos los lugares enumerados hasta ahora, que tiene una belleza especial, sobre todo algo después de la época de lluvias, cuando registra su máximo caudal.

Y aunque no cuente como uno de los lugares de esta lista, navegar el cauce del río desde aquí hasta el Lago Tana, y visitar alguna de las tribus que viven por allí es una de las experiencias que más ansío de un viaje a Etiopía.

Siete: El cráter volcánico de Dallol

En el Desierto de Danakil (la foto que abre este post) encontramos una zona de actividad volcánica más extrañas e impresionantes del planeta, que los que saben de esto comparan con el mismísimo Yellowstone y, sin haber estado en ninguno, yo diría que está por encima. Palabras mayores.

Sea como fuere, las fotos de este infierno son absolutamente espectaculares, y eso hace que mi ansia etíope suba exponencialmente.

Dallol Volcano, by Pierre C38
Dallol Volcano, by Pierre C38

Ocho: El macizo de Garalta

Dicen que uno de los mejores lugares del mundo para escalar es el Macizo de Garalta, una pequeña acumulación de cumbres cerca de la ciudad de Tigray, en Etiopía. Pues aunque no sea yo un experimentado, y aunque probablemente me diera miedo incluso probar, la cantidad de rutas a pie, en bicicleta o en 4x4 que hay por estas montañas me obligarían moralmente a rezarles una visita si es que algún día tengo la suerte de visitar estas tierras.

Escarpment, Tigray, by Rod Waddington

Nueve: Las tribus del bajo Omo

La región del valle del Omo es una de las regiones del planeta en el que más tribus ancestrales conviven bajo medios muy anteriores a toda la sofisticación actual. Donde sus costumbres se han mantenido imperturbadas durante siglos y que hoy en día nos parecen de otro mundo, como de documental.

Ethiopian Tribes, Karo, by Dietmar Temps
Ethiopian Tribes, Mursi, by Dietmar Temps

Hoy en día, no obstante, dentro de su tradición, están acostumbrados a las visitas esporádicas de foráneos y existe la posibilidad de convivir algún corto período de tiempo con ellas, por el mero placer de volver al neolítico durante unos días.

y Diez: La caldera del Erta Ale

Existen en la actualidad la friolera de CINCO lagos de lava permanentes en el mundo (y uno de ellos, ya casi está perdiendo su status de “permanente”). No os habéis colado leyendo, no: Lagos de Lava. Lagos de piedra fundida a miles de grados de temperatura borboteando fuego como si fuera una olla doméstica (en este caso, la foto borboteante es de Pierre C38). Así que es un fenómeno de la naturaleza digno de no ser pasado por alto (sobre todo porque uno de ellos está en la Antártida y otro en Vanuatu, lugares a los que, de momento, Ryanair no tiene líneas operativas).

Y en mi caso concreto, como buen freak de la geología, muchísimo menos.

Erta Ale, by Filippo Jean

Estas han sido mis razones para intentar cambiar el primer pensamiento en la cabeza de los lectores la próxima vez que escuchéis “Etiopía” o penséis en un viaje.

Si a alguien se le ocurren 10 mejores de otro destino, para compartirlas conmigo, que no lo dude, pues no tengo ningún problema en cambiar mi podio de destinos deseados.

Y ya sabéis: Si os gustó, corred la voz.

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David Fuentes
Donde nació todo

Pachorro, viajero, despistado, Molone, pensador, ingeniero, coherente, baterista, madrileño, cervecero, rayista, seriéfilo, comidista, chanante y submarinista.