Sobre intolerantes

la estupidez humana nunca acaba.

Ácrata y Banquero
Échele cabeza

--

Hay cosas que la lógica no puede negar. Usualmente 1+1=2. Pero hay otras reglas igualmente sencillas que alguno inadaptados con particulares interpretaciones, se encargan de complicar o quizá ignorar — porque cuando se rompen las mínimas reglas de convivencia, se trata más que nada de un acto de ignorancia — . Ignorar por ejemplo que somos diferentes y que eso hay que respetarlo. Que el más fuerte debe garantizar el bienestar del más débil — porque es estúpido ser fuerte y utilizar eso en contra de los débiles — . Es como una pelea de tigre con burro amarrado; Mike Tyson contra Stephen Hawkings (aunque aquí el burro y el tigre cambian de papel). Eso aplica absolutamente para todo. Es así de sencillo; si usted respeta a los débiles, siendo fuerte, está asegurando que usted será respetado cuando sea débil. Porque lo importante de la diferencia son las interacciones de los distintos componentes del mosaico sociocultural. Claro que todo eso exige educación y virtudes. Educarse de verdad, sin mirarse el ombligo y pensar que es el centro del universo.

Tener autoestima y pelotas (valor) para saber que aunque soy diferente, los otros no representan una amenaza para mí. Adivine ¿por qué? Porque yo no los amenacé nunca. Es lógica, ¿no?.

Por eso lo invito a que piense como serían las cosas, y cómo se sentiría en un mundo donde a usted (en el caso intolerante) le hagan exactamente lo que usted hace. Bienvenido al mundo al revés.

Eres heterosexual, así que no tienes derecho a vivir con la persona a la que amas. Ni a compartir tu día a día con ella. Ni a casarte. Ni a adoptar hijos. Ni a formar una familia propia. Es más, como eres heterosexual tu modelo de vida supone una amenaza para las demás familias. No se puede consentir que heterosexualices a tus hijos. A tus amigos. A quienes te rodean. Tu proselitismo heterosexual es inadmisible. Por supuesto, tampoco es admisible que te beses en público. Ni te cojas de la mano. Ni que pienses en el sexo como placer. O como deseo. El sexo solo es procreación: eso es lo natural (lo única y exclusivamente natural). Como eres heterosexual, en muchos países tu forma de amar será prohibida.
Insultada.
Castigada.
Ocultada.
E incluso condenada a cadena perpetua. O a pena de muerte. Y será represaliada en países como Rusia. O motivo de manifestaciones contrarias a tus derechos en lugares como Francia. Y serás objeto de bullying, y de mobbing, y de burlas crueles por tu pluma: porque se te nota demasiado que eres hetero en tus gestos, en tu modo de hablar y hasta en tu forma de mover la manos.

Ahora, prueba a sustituir heterosexual por homosexual. Por gay. Por lesbiana. Por bisexual. O por transexual. Y si encuentras alguna diferencia en el absurdo que encierran estas líneas, corre a una biblioteca: quizá leyendo puedas curarte de la ignorancia y, con ella, del odio. Días como hoy, en el que se ha promulgado en Uganda una ley que condena a cadena perpetua a los homosexuales, solo pueden ser motivo de vergüenza y de indignación. Y, por eso mismo, también de lucha.

Otro apartado:

Si no le gusta el matrimonio Gay: no se case con gays.
Si no le gusta el aborto: pues no aborte.
Si no le gustan las drogas: pues no las consuma.
Si no le gusta el porno: no lo mire.
Si no le gusta que les quiten sus derechos…
¡No se lo quite a los demás!

Y por si fuera poco, le insisto. Es una regla que tiene que llevar marcada en la frente, o sino, pregúntele a las mujeres (recordando los buses rosa):

¿Tiene la capacidad de darse cuenta de cuántos problemas nacen del irrespeto?

--

--